[SEGUNDA PARTE DE ORION]
La búsqueda por las gemas del alma ha comenzado. Después de que la oscuridad se apoderara del mundo mágico, Jimin y su guardián Yoongi tendrán que emprender la búsqueda para activar la única arma capaz de acabar con la osc...
Yoongi detuvo a Caranthir de arrebatarle a su protegido. Después de haber perdido la consciencia había logrado recuperarla con la ayuda de las fundadoras del mundo mágico, no supo que había sido lo que paso, pero al ver a Jimin derrotar a Tenebrae tranquilizó su corazón. El peligro se había acabado. Finalmente podían estar en paz consigo mismos y con quienes los rodeaban. No tendrían que ocultarse nunca más, simplemente podrían elegir donde vivirían si en el mundo humano o en el mágico, pero una decisión que pensarían con calma más adelante.
Por eso cuando apareció ni siquiera dudó en interponerse entre su amado y el líder de los elfos oscuros.
Detuvo a Caranthir lanzándole un hechizo que lo encadenó frenando sus poderes y decidió transportarlo a los calabozos de una de las prisiones más rigurosas en el bosque de las animas.
—Yoongi... —Jimin musito con un hilo de voz tras él.
Se giró con lentitud apreciando a su protegido, quien tenía un suave rasguño en su rostro producto de la reciente batalla. Se acercó a él tomando su rostro entre sus manos y juntó sus frentes buscando tranquilizar su corazón.
—Estoy aquí —le respondió con calidez—. Volví.
—Volviste —lo imito el elfo.
E ignorando las cenizas que quedaban tras el caos sellaron sus sentimientos, miedos y anhelos en un suave beso que borró todo lo que habían vivido. Sus labios se encontraron en una suave danza lenta y dulce que desvaneció su alrededor. Se unieron como un eclipse que pronto encerró su amor.
—Lamento interrumpir —se disculpó Hoseok acercándose a pasos lentos—. Pero tenemos que acabar con esto.
Dijo en referencia a todo el caos.
Jimin y Yoongi se separaron, se miraron a los ojos prometiéndose en silencio que tendrían tiempo para hablar y adorarse como tanto habían anhelado.
—Vamos —Yoongi entrelazo su mano con Jimin—. Acabemos con el caos y restauremos la paz.
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Pasaron largos días liberando a los reinos que habían sido invadidos por los elfos oscuros. Se dedicaron a ayudar a la comunidad élfica a restaurar todo lo que habían perdido. Jimin se había encontrado con sus padres biológicos y había tenido una larga charla llena de lágrimas, momentos emotivos y promesas por un futuro incierto pero mejor de lo que había sido su pasado alejado de ellos.
En compañía poco a poco restauraron la paz en el mundo mágico mientras se contactaron con el consejo Orion que había decidido hacerse cargo de todos los trámites políticos para establecer nuevas leyes y regular el libre tránsito entre un mundo y otro. Habían decidido abrir las puertas hacia el mundo mágico a todos aquellos seres que desearan visitar aquel mundo humano, con la condición de seguir manteniendo oculta la comunidad mágica. Seguiría siendo un secreto que, entre las sombras de Seúl, habitaban seres con habilidades extraordinarias. Todo era con el fin de protegerse y mantener la armonía de los reinos élficos.
Jimin decidió tomarse un tiempo para pensarse qué es lo que haría. Sabía que quería volver a la comunidad humana y disfrutar de su tiempo, no estaba preparado para asumir el mando de un reino que apenas comenzaba a conocer, quería encontrarse consigo mismo, y vivir su amor con Yoongi. Por eso había aplazado su nombramiento como heredero, sus padres accedieron a su petición respetando su decisión pues para Amarïe y Eldar lo más importante era disfrutar de un nuevo tiempo en compañía de su hijo a quien habían tenido que renunciar desde su nacimiento.
Lúthien por otro lado se había tomado un tiempo para resolver las cosas consigo misma. Como última descendiente de la familia real, lo único que había dejado antes de desaparecer era el permiso para que Nix se volviera una república que fuera gobernada justamente. Y se había ido a un lugar lejano a encontrar la paz que durante años había perseguido.
Jungkook volvió al mundo humano para reportarse y tranquilizar a todos. Tenía que seguir manteniendo la apariencia de que los últimos meses no habían sido un caos mágico llenos de eventos inesperados. Taehyung volvió al reino de Ara y retomó el mando, restaurando a su pueblo que había sufrido los efectos de la invasión del clan de Tenebrae, se dedicó largas semanas a proveerlos de todo lo que necesitaban mientras equilibraba la esfera mágica. Había jurado con Jungkook que se volverían a encontrar en algún momento para descubrir esos sentimientos que comenzaron a florecer en ambos.
Hoseok se marchó de nuevo al bosque de las animas para seguir protegiendo el equilibrio y la armonía del mundo. Mientras que Lyra y Yoongi habían pasado tiempo juntos contándose lo que había sucedido durante el tiempo que habían estado separados.
Poco a poco todo volvía lentamente a su orden natural.
—¿Qué piensas? —Yoongi se sentó a su lado entrelazando sus manos.
—No lo sé, debería volver a la comunidad humana o quedarme aquí —le confesó el elfo.
—Yo iré a donde tú vayas —le prometió el guardián con una suave sonrisa.
Jimin tranquilizó su corazón preocupado con el suave gesto del guardián y asintió.
—Quiero vivir un tiempo en la comunidad humana —le reveló.
—Hagámoslo —dijo el elfo.
—Bien.
Se besaron sellando esa promesa mientras disfrutaban de la preciosa puesta de sol. Sus corazones se entrelazaron para la eternidad como un eclipse que se encargó de juntar el sol y la luna. Ambos destinos habían sido entrelazados desde el comienzo de los tiempos, su amor desafió las leyes naturales para sobrevivir ante la arrasadora energía de la oscuridad.
Porque no había magia más fuerte contra la oscuridad que el amor.
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