Capítulo 07 | Una dulce mentira

42 3 0
                                    

Capítulo 07 | Una dulce mentira

Tosió sintiendo su garganta seca y punzante. Sus manos se encontraban encadenadas a la pared al igual que sus tobillos, su ropa estaba rasgada y sucia, el frío le hacía sentir la piel erizada. Había rastros de sangre seca que manchaban su mejilla, estaba débil y cansada. El dolor físico que sentía era un constante recordatorio que aún seguía viva a pesar de que sintiera que había muerto cuando vio a su madre caer sin vida frente a sus ojos. Arwen se sentía colérica, la rabia corría por sus venas ansiosa por acabar con Lúthien.

Venganza... Venganza... Venganza... —susurro al borde del delirio.

Su susurro agonizante repercutió como eco en el frío cuarto donde se encontraba.

Morirás Lúthien... —sentencio mirando a la nada mientras volvía a desvanecerse.

◆═════════●★●═════════◆

Lúthien entró en la estancia donde el líder residía. Este se encontraba de espaldas al trono mientras las sombras cubrían su rostro y solo era visible una parte de su vestimenta. Una capa larga de seda negra caía por su espalda con elegancia.

—Es sorprendente cuánto ha resistido tu hermana —murmuró Caranthir sin girarse.

Su voz era baja y grave. Casi gutural.

—Arwen no es mi hermana —sentenció la pelirroja con rabia.

—Provienen del mismo linaje Lúthien, eso no se puede evitar ni negar —respondió el líder girándose.

Finalmente pudo ver su rostro que descubrió con una pasmosa tranquilidad. Sus facciones afiladas, de piel grisácea, marcas aún más oscuras en sus sienes y frente. Su cabello blanco corto hasta los hombros portando una preciosa corona de Onix, una piedra preciosa representativa de la facción de Tenebrae.

—¿Por qué la sigues manteniendo con vida? —murmuró el líder.

—Solo así puede sentir el dolor que yo sentí tras mi destierro. Tiene que vivir con el peso de no poder salvar a Idril —comentó en referencia a la reina de Nix—. Quiero que agonice de dolor.

Caranthir se mantuvo impasible. No dijo nada, si bien él conocía el trasfondo de la historia que perseguía a Lúthien, sabía que lo mejor era mantenerse al margen de los planes que ella tenía respecto a su hermana y los demás reinos elfos. Solo había accedido a apoyarla para obtener un poco de ventaja, Lúthien era una pieza más de aquel rompecabezas que poco a poco iba completándose. Era una de las llaves que lo acercaría a la liberación del primer gobernante de los elfos oscuros. Tenebrae, el padre de la oscuridad regresaría.

Su misión era liberarlo de su encierro y él cumpliría con su deber a como dé lugar. Las sombras merecían salir al mundo, gobernar lo que les pertenecía. Ya no vivirían como viles seres ocultos en la oscuridad por los pretenciosos elfos que auguraban por paz y equilibrio. Todo era una mentira, los principales reinos eran tan egoístas que solo velaban por su bien.

El reclamaría su corona y liberaría el poder de la oscuridad.

Tenebrae regresaría para tomar el mando mientras él le servía fielmente.

—Ten cuidado con lo que haces Lúthien —le advirtió—. No quiero que nada se interponga en mi camino.

La elfa lo miró y asintió. Jamás sería una piedra en el camino de su líder de eso estaba segura. Ella solo quería que las personas que habían traicionado su confianza y orillado al borde pagaran por todo el dolor que le habían ocasionado. Que supieran que el dolor no se había ido, quería que lo vivieran en carne propia.

ORION II: Las gemas del alma ★ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora