Capítulo 09 | Traición, mentiras y amor

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Capítulo 09 | Traición, mentiras y amor

—¡Tráiganme a la prisionera! —ordenó Lúthien a los guardias que custodiaban a Arwen y los reyes de Stella.

La elfa se encontraba nerviosa. Caranthir había ordenado que fuera al bosque de las animas y se llevará a Arwen con ella, dijo que le serviría de ayuda y como escudo en caso de que las almas errantes los atacaran. Siempre buscaban lo mismo un alma que comer, no importaba la pureza de ellas, solo que fueran almas que podían extraer de algún ser mágico. Les alimentaba y conseguía hacerlos tener más fuerza, si conseguían saciar su hambre podían volver a tomar un cuerpo físico y volver al mundo terrenal.

Por eso eran peligrosas.

Consumían otras almas para recuperar la suya.

Tras un rato los guardias trajeron a rastras a Arwen quien se encontraba agonizante, hambrienta y adolorida. Sus pies apenas se arrastraban por la impoluta duela de mármol, pero apenas alzó la cabeza y vio la cabellera roja de Lúthien sacó fuerza de algún lugar para gritarle.

—¡Te mataré monstruo! —vociferó con rabia.

Sus ojos azules parecían dos dagas a punto de atravesarla, rojos por la falta de descanso. Lúthien ni siquiera se inmuto por su comportamiento, con un simple movimiento les ordenó que la dejaran tirada sobre la estancia.

—Es tan encantador de tu parte, Arwen —masculló Lúthien con sorna—. No me interesa que quieras asesinarme... y te revelaré un secreto.

Su voz era fría y carente de emociones. Arwen estaba enfurecida tanto que su juicio se encontraba nublado por el odio y el rencor. No había cabida para más, todos los buenos recuerdos que alguna vez construyó con su hermana se habían esfumado. A pesar de que no recordaba la razón exacta de porque ella se encontraba a su lado el día que la desterraron, sabía que era algo que jamás debía revelarse por su bien. Debía asegurar su sucesión.

Eso le advirtió su madre cuando Lúthien fue desterrada de Nix y nadie volvió a saber de ella hasta que apareció aliada con los elfos oscuros.

—¡MONSTRUO! —grito Arwen—. Tu eres la culpable de todas las tragedias que precedieron a Nix, jamás debiste existir —declaró con la mandíbula apretada.

—¡EL MONSTRUO ERES TU ARWEN! —Lúthien estalló de vuelta perdiendo la tranquilidad por unos segundos— Tu fuiste la culpable de mi destierro, ¿lo sabías?

Arwen se quedó callada y se encogió asustada por las palabras que escuchó.

¿Qué ella era la culpable?

Mientes...

—No lo hago —decretó la pelirroja— te apuesto que ni siquiera recuerdas lo que realmente sucedió.

Su sentencia fue directa y sin piedad. Arwen se removió sintiendo un intenso palpito en la cabeza que la hizo sollozar por el dolor insoportable.

—Te lo recordaré con gusto —Lúthien señaló.

Con su magia obligó a Arwen a doblegarse ante ella. La princesa de Nix quedó a su merced débil sin el poder de defenderse. Los elfos oscuros la habían atacado lo suficiente para dejarla casi moribunda. Lúthien extendió las manos en su dirección y con palabras de magia oscura entró en su mente. La invasión se sintió dolorosa y casi le desgarró el alma. Un carrete de recuerdos comenzó a pasar a una velocidad alarmante mientras suplicaba que se detuviera. Pudo ver aquellas memorias con su madre Idril, sonriéndole y acogiéndola. Prometiéndole que algún día el precioso reino de Nix sería suyo y ella lo gobernaría.

ORION II: Las gemas del alma ★ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora