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Todos en la cafetería se miraban entre sí y murmuraban por lo bajo, Nathaniel por otra parte se encontraba hecho nervios por lo que su novio podría llegar hacer. Kentin que a pesar de ir a la escuela militar por unos meses no se encontraba a la altura de la fuerza y agilidad de Castiel quién simplemente habría observado y aprendido de la calle.
Sin esperar más tiempo Nathaniel se aproximó hacia estos dos antes que su novio dará el primer golpe.
-¡Castiel! Por favor no hagas esto... -suplicó intentándolo calmar y evitar aquella confrontación para nada necesaria. No quería una pelea, no quería que eso sucediera.
El pelirrojo observaba al castaño con esas ganas de romperle la maldita cara de una buena vez, enseñarle de mala manera quien putas mandaba ahí, desvío su mirada del pobre chico frente a él quien se encontraba sudando medio tembloroso y tragando saliva sólo para mirar a su pequeña pareja.
Apretó su mandíbula con fuerza y con las manos hechas muño volvió a mirar aquel pobre ser frente a él, y en el tono más sutil que pudo debido al coraje que sentía le respondió a al rubio.
-Nath... Por favor, sal de mi camino.
El rubio lo miro suplicante esperando que esté entrará en razón y en un cruce de miradas Castiel soltó un largo suspiro y dejó de mirar aquel payaso vestido de militar. Tomó la mano de su novio sonriéndole levemente, no quería causarle problemas a Nath, simplemente dejaría pasar esto por ahora.
Dispuestos a marcharse del lugar le dieron la espalda a Kentin que tras sentirse humillado por ese par de maricas no se quedó callado.
Cosa que fue su sentencia.
-No... N-No necesito que ningún marica me defienda...
Castiel en un ataque de irá se soltó de la mano de Nathaniel rápidamente y giró bruscamente dónde el castaño se encontraba lazando el primer puñetazo directamente en la cara de este tumbándolo al suelo sin poder reaccionar ante los golpes, los golpes del pelirrojo eran fuertes y certeros pues no estaba siendo nada cuidadoso en dónde debería o no golpear. Toda la ira que tenía contenida desde el primer día que se había enterado lo que el castaño le hacía a Nathaniel estaba saliendo en una grotesca lluvia de puños.
-¡Dime marica a mí hijo de puta! -le gritó mientras Kentin trataba de golpearlo fallando en cada intento.- ¡Dímelo! ¡Repitelo!
Todos en el comedor empezaron a gritar, otros a grabar aquel suceso mientras Nathaniel, Armin y Sucrette trataban de llegar hasta Castiel para separarlo de Kentin.
-¡Castiel, basta! ¡Por favor para! -Grito Sucrette mientras jaloneaba al pelirrojo.
-¡Separen a Castiel antes que lo mate! -Gritaban todos entre sí.
Nathaniel se acercó rápidamente tomándolo de los brazos tratándolo de separar de Kentin con el respaldo Armin y otras personas más, poco a poco lo fueron alejando del castaño quién por todos los golpes quedó tendido en el suelo, anonadado con sangre en la cara tratando de respirar con normalidad.
El pelirrojo insatisfecho con eso solo se quedó observado al castaño frente a él esperando sentirse mejor al verlo de esa manera. Sin darle mucha importancia en realidad si estaba inconciente, simplemente se digno a acomodarse el cabello y parte de su ropa mientras aún respiraba con irregularidad, poco a poco se fue calmando mientras limpiaba sus manos en su pantalón de mezclilla color negro. Volteó a mirar a su rubio novio y notó el asombro mezclado con un ligero toque de decepción en su mirada, se acercó a el mientras todos los miraban en silencio y beso la frente de este con dulzura.
-No dejaré que nadie, escúchame bien. Nadie, te lastime ni te falte el respeto. -dicho esto beso sus labios con cariño y en total serenidad- No frente a mí.
Ante tal escándalo no tardaron en venir profesores a averiguar qué estaba sucediendo encontrándose a Kentin incorporándose del suelo pausadamente con sangre en su rostro y a Castiel con sangre en sus puños, este último viéndolos sin ningún tipo de arrepentimiento. Rápidamente dedujeron que habría pasado entre estos dos, cosa que informaron y reportaron a la directora quién se acercó rápidamente hacia al lugar de los hechos.
-Ustedes no sé cansan de meterse en problemas, ¿No es así? -les habló intentando mantener la compostura bajo la mirada y sonrisa irónica de Castiel.- Tú.
Señaló a Kentin quién solo podía escucharla con la cabeza gacha mientras tapaba su nariz con su camisa blanca ahora empapada de color carmesí.
-Ve a la enfermería y luego a dirección. Y ustedes dos...-señaló a Castiel y Nathaniel.- Síganme.
Demandó mirándolos seriamente.
Tras caminar por los pasillos ambos chicos se miraron entre sí, Nathaniel estaba realmente preocupado por las consecuencias que tendría que enfrentar Castiel sin embargo una cálida sonrisa y un giño por parte de su novio lo calmó mientras se aproximaban a dirección.
Un leve susurro se escuchó por parte de Castiel antes de entrar a la habitación.
-Descuida, bebé. Todo estará bien...
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Los dos se miraron entre sí disimuladamente frente a la multitud.
Ambos se acercaron discretamente a los baños de la institución.
Ambos compartieron un fogoso momento en uno de los cubículos.
Ambos se sonrieron.
Ambos compartieron con el otro un "Te amo"
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