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Miradas.
Se dice que a través de una mirada se puede ver el alma, saber los secretos más oscuros de una persona o ver sus intenciones y sentimientos.
Ellos creen otra cosa, que no se puede ver a los ojos a cualquier persona y saber todo aquello, pero para eso se necesita una conexión, algo más que sólo una mirada a los ojos por primera vez.
Para Castiel y Nathaniel las miradas lo eran todo dentro del instituto, por la casi inexistente interacción que debían tener.
Ellos conocían cada gesto o acción distinta del otro que pudiera ser un tipo de mensaje.
Por ejemplo, cuando Nathaniel daba pequeños suspiros en clase y Castiel los escuchaba, ese señal significaba que le extrañaba.
Cuando Castiel miraba fugazmente al rubio y se dirigía al baño completamente relajado, eso significaba que Nathaniel también tenía que ir. Por que solo en esos momentos ambos se saciaban el uno al otro por unos pocos momentos, solo unos segundos en que la temperatura subía a tope y todo quería pasar al siguiente nivel, pero eso no podía pasar.
Cuando Nathaniel carraspeaba y arreglaba su cabello inquieto, significaba que se sentía incómodo con las personas —En su mayoría mujeres— que se le acercaban a Castiel.
O como ese momento.
Castiel es de esas personas que les cuesta disimular sus celos, aunque siempre dijera que no lo eran.
En esos momentos Nathaniel se encontraba hablando animadamente con Jade, un chico nuevo del instituto.
Castiel hizo lo mismo que Nathaniel, carraspeó y paso su mano por su pelirroja cabellera, más su rubio estaba muy lejos como para notarlo.
Una vez más lo repitió cuando los vio reírse juntos, esta vez haciéndolo más fuerte pero aún así no lo escuchó.
Lo hizo una vez más cuando vio a este tocar el cabello de su rubio, más no hubo respuesta. Ya no aguantaba más, a la mierda las señales. Se puso de pie y fue directo hacia ellos como en un paso mecánico, tratando de parecer calmado aunque todo su esfuerzo era en vano. Estaba que hechaba humo.
A cada paso que daba estaba dispuesto a tomar al chico nuevo por el cuello y sí se resistía alejarse de Nathaniel, darle el golpe de su vida.
Pero tuvo que detenerse a unos cuantos metros.
Otro chico, uno que conocía como Dajan llegó a lado de los chicos y llamando la atención del nuevo, este se puso de pie y se despidió amistosamente de Nathaniel, tomó la mano del peliverde y salieron del lugar sonriéndose amorosamente.
Castiel miró la escena sorprendido, tenía pareja. Casi golpeada al chico pensando que coqueteaba con su rubio.
Él menor dirigió su vista al pelirrojo, de inmediato entendió el por qué ahí estaba su novio y sólo le dirigió una miradas, de esas que dicen "No te preocupes."
Recogió sus cosas y dándole pequeña una sonrisa fugas a Castiel salió de ahí mientras reía levemente.
Castiel estaba muriendo de vergüenza.
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—Castiel.
—¿Si bebé?
—¿Estabas celoso cuando me viste hablando con Jade?
