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Ari estaba sin dudas nerviosa ante la propuesta de la rubia, quien la miraba de manera insistente y nerviosa. Sabía que si aceptaba todo el colegio los molestaría, su madre se negaría y las personas los verían en menos, pero cada vez que estaba junto a Rivers se sentía protegida de cualquier cosa, como cuando eran niñas y la protegía de los 'monstruos nocturnos'. Porque Rivers hacía lo posible para neutralizar los miedos de Ari a pesar de que ella también lo sintiese.

-Si no quieres no te seguiré insistiend..

-Sí -las palabras se desbordaron y huyeron por sus labios, como algo que no podía tocar para detener y solo fluía por el viento. -Quiero ser tu novia -una tímida sonrisa apareció en sus labios y Rivers sonrió en grande, abrazando fuertemente el cuerpo de Ari.

Ambas estaban unidas en un cálido abrazo, se sentían muy bien estando la una con la otra. Realmente se necesitaban, porque se tuvieron toda su vida, desde cuando eran pequeñas, pero ninguna se dio cuenta jamás de las indirectas que la otra le lanzaba.

Finalmente cuando pasaron un par de minutos salieron de aquel frío lugar. Eran aproximadamente las una con cuarenta de la mañana y Rivers sabía que su perezosa Ari estaba muriendo de sueño, pero aún tenía una sorpresa más para la castaña.

Ambas entraron a la habitación de Rivers, lugar que estaba extrañamente todo oscuro. Ari parpadeó un par de veces bastante lenta, estaba al borde de dormirse ahí mismo, pero Rivers entró detrás suya y la abrazó con bastante cuidado de no asustarle. Sabía que la castaña era mas miedo que persona, así que la acunó en sus brazos y comenzó a balancearse de lado a lado, muy suavemente.

-Te amo -Rivers habló y Ari sonrió avergonzada, posando sus manos sobre las manos de la rubia.

Rivers la guió hasta la cama y la recostó con cuidado sobre esta. Dejó un casto beso sobre la frente de Ari y finalmente se alejó, yendo a buscar una pequeña cajita que estaba repleta de moños y decoraciones. Encendió la luz para que la castaña pudiera verla y esta se sentó en la cama sin comprender mucho qué era eso. Guardó silencio y dejó que Rivers se acercara a ella, dejando la caja luego sobre sus piernas.

-Abrela -la de cabello rubio ladeó su cabeza levemente, sonriendo bastante enternecida por la imagen de un Ari adormilada y emocionada a la vez. Era tan hermosa, era como una muñequita al que deseaba cuidar con su vida.

Ari abrió finalmente la caja, viendo qué contenía dentro. Era un conejito de peluche y un pollito del mismo material. Estaban unidas por un corazón de felpa y sus mejillas se calentaron al ver una cartita pegada en el corazón. Miró hacia la rubia, quien soltó una leve risa con ternura.

No hizo mas que despegar el papelito con cuidado y abrirlo, leyendo la letra de Rivers. Decía 'Estaremos juntas incluso si el universo cae a pedazos, porque nosotras haremos nuestro propio mar de estrellas'

Ari dejó la carta y la cajita a un lado para acercarse a la rubia, abrazándola de golpe como si todo el sueño que estaba sintiendo se hubiera esfumado de la nada. No podía estar más feliz, realmente Rivers la hacía muy feliz. La necesitaba consigo el resto de su vida y las siguientes.

-Te amo, te amo, te amo -decía la castaña mientras dejaba muchos besos sobre el rostro perfecto de Rivers, ganándose varias risitas de parte de este.

-Yo te amo más -Rivers puso sus manos sobre las mejillas de Ari, haciendo que sus labios se abultasen y aprovechó de robarle um casto besito.

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