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Ꮺ ָ࣪ capítulo 2O 𓂃

Después de aquella hermosa propuesta, la boda se realizó tres meses después, y ahora allí, en un bonito salón donde se llevaría a cabo aquel importante suceso, y posteriormente, la fiesta típica luego de un matrimonio, se encontraban ambos enamorados y dulces jóvenes, a punto de unir sus vidas para siempre, a pesar de que el omega portaba aquella bonita marca en su cuello hecha por Jeno hace ya casi tres años, cosa que en definitiva no podría separarlos jamás.

Jaemin estaba de pie frente a su alfa, ligeramente maquillado, con sus aretes y vistiendo un pulcro y bonito traje, completamente blanco, mientras el contrario vestía un bonito traje con camisa blanca, saco y pantalones negros, incluyendo una corbata del mismo color. Ambos se sonreían con ternura tomando sus tibias y cálidas manos, casi ignorando completamente a aquel hombre que hablaba a un lado de ellos, hasta que ven a Jisung y Chenle llegar, cada uno trayendo consigo uno de los bonitos anillos que prontamente adornarían sus manos. Ambos miraron a aquel hombre mayor, quien dijo que podían comenzar a decir cada uno sus votos matrimoniales.

–Nana. – Comienza a hablar Jeno con una gran sonrisa. –Por fin estamos aquí, en nuestra boda, cosa que anhelaba desde que nos conocimos a los diez años, porque sí. – Suelta una risita. –Me enamoré de ti desde que tengo memoria, y ahora, en presencia de nuestros padres, amigos, familiares y nuestro pequeño Jeongin- – Se voltea y ve a su cachorro que, por cierto, estaba vestido con un tierno y elegante trajecito, sentado en el regazo de Mark. Jeongin le sonríe mostrando sus dientecitos y aplaudiendo al ver a sus papis allí, Jeno le sonríe de vuelta para después tomar el anillo más pequeño, agarrando este con su mano y continuar hablando. –Yo, Lee Jeno, prometo amarte y respetarte siempre, cuidarte en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe, mi amor, te amo. – Ahora procede a deslizar cuidadosamente aquel bello objeto en el dedo anular de su pareja, quien sonríe mirando ahora su bonita mano siendo decorada por ese anillo.

–Yo igual te amo. – Responde en un susurro, para luego hablar con su suave y dulce voz. –Supongo que ahora es mi turno, Dottori. – Dice riendo levemente para luego realizar la misma acción de tomar el anillo que permanecía en la cajita que estaba en la mano de Jisung. –Esperé demasiado este día por tres meses desde que me lo propusiste, pero llevo fantaseando con esto desde que tengo diez años... – Habla mirando al alfa, quien se contenía de unas inmensas ganas de acariciar y apretar las suaves mejillitas contrarias. –Cuando me dijiste a los dieciséis que no querías ningún compromiso, que luego me enteré era mentira. – Sonríe. –Me rompiste el corazón, pero mis sentimientos jamás se fueron, siempre permanecieron allí para mi alfa, hasta que fueron correspondidos, y aquí estamos hoy, donde yo, Na Jaemin, te acepto como mi esposo y prometo amarte y respetarte, cuidarte en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe... – Es turno del omega de colocar el anillo en la gran mano de su alfa.

–Ahora, los novios, pueden besarse. – Sonríe aquel hombre que anteriormente había estado hablando, mirando enternecido a la pareja.

Ambos chicos se toman de las manos nuevamente, y acercan sus rostros, acortando así la poca distancia que existía entre ellos, uniendo sus belfos, moviéndolos lenta y dulcemente entre el ruido producido por los aplausos y grititos emocionados de todos los presentes que admiraban aquella romántica escena. Jaemin cruza sus brazos por sobre el cuello de su ahora, esposo, mientras este lo abrazaba delicadamente por la cadera.

–Te amo demasiado, Lee Jeno. – Susurra separándose levemente del mencionado, aun rozando sus labios.

–Yo más, Lee Jaemin. – Sonríe, provocando lo mismo en el omega, quien vuelve a unir sus labios, hundiéndose en su propio mundo a la vez que cerraban sus ojos.

Finalmente habían logrado aquel hermoso y único suceso, unirse en matrimonio. Se tomaron de las manos y comenzaron a caminar hacia un tipo de salida como se hacía en todas las bodas cuando la pareja había hecho lo necesario. Escuchaban los aplausos, felicitaciones y sollozos por parte de sus amigos y familiares mientras caminaban con una sonrisa de oreja a oreja.