TWO ²

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El sonido de la campana brindo el anuncio de fin de clases, los estudiantes poco a poco guardaban sus materiales de estudio, otros salían de las aulas, algunos iban a los club escolares y unos como nuestra sacerdotisa se estaba apunto de irse a casa. Necesitaba irse lo más pronto posible a Saitama, recientemente recibió la notificación de Tsumiki de la finalización del viaje escolar.

Estos días Kagome se ha hecho cargo de los Fushiguros desde la alimentación, limpieza, estudios, ropa y calzado. Si bien el inicio fue extraño, más para cierto niño con cara de "mantenme", otra como el solecito Tsumiki, se acostumbró rápido a la presencia de la azabache en la casa. Desde entonces se ha estado acomodando de forma constante el horario, salida, llegada, retirar a los niños, trabajo de media jornada, trabajos escolares. Era... Complicado y desgastado eso jamás lo iba a negar, sin embargo sus viajes experiencias seguían latentes en ella y lo mentalizo como sencillo.

Con rumbo a la estación abandonó la escuela o bueno... Ese era el plan.

──  ¡Kagome!.

La sacerdotisa se tensó al escuchar la voz de cierta amiga y compañera de clase, miró por encima del hombro, sintiendo una gota de sudor bajando por el cuello al saber lo que continuaría.

── Ho-hola chicas. ──  riendo nerviosa al sentir las energías elevadas de las tres, al estar rodeándola.

── ¿A dónde vas?.

── Ya no nos dejas pasar tiempo juntas.

── ¿Estás saliendo a escondidas con un chico problemático?.

── No digas eso Eri, nuestra Kagome jamás saldría con ese tipo de chicos. Teniendo a Hojo detrás suyo ¿Verdad, Ka-go-me?.

La pobre sacerdotisa sentía que con cada pregunta su presencia se hacía más y más pequeña. Hablando del susodicho...

── ¡Higurashi!.

"No puede ser, necesito irme ¡Ya!". Ella rápidamente ignoro al castaño con claras intenciones de retirarse, hasta que la mano de Yuka la tomo del cuello del uniforme marinero verde para colocar adelante. Sin más opción la azabache alzo la mano fingiendo una sonrisa incomoda.

── Hola, Hojo-kun.

── Finalmente te encuentro, estos días ha sido difícil chocar contigo. ¿Has estado enferma?. ──  esa simple pregunta fue un obvio deja vú para la chica. ──  Si necesitas medicina, puedo traerte.

──  No es necesario Hojo-kun... Pero enserio necesi-.

── ¿Tienes libre el sábado por la mañana?. En el cine hay una película a estrenar y quería invitarte. ──  expresó con timidez el castaño.

── No pue-.

── ¡Oh, claro que puede! ──  respondió Eri.

Ayumi notó la expresión de su amiga, preocupada: ── No creo que sea una buena idea  chicas...

── Pero claro que sí, Kagome puede ir ¿Verdad?. ──  Yuka tomó por los hombros a la chica, con una sonrisa tenebrosa.

Sin embargo en el interior de la sacerdotisa las acciones de las dos chicas no le resultaban correctas, en el pasado esa fueron las principales razones por las cuales tuvo problemas. Entendía que eran sus amigas y buscaban formas de emparentar con alguien, pero en esta segunda oportunidad... No podía, ni quería salir con él.

──  Lo siento mucho, pero tengo responsabilidades y no puedo aceptar la cita. ──  realizando una reverencia de 90° al chico delante suyo. ──  Muchas gracias por tenerme en consideración, Hojo-kun. Pero seguramente otra chica se sentirá lo suficientemente afortunada de salir contigo, debo irme. ──  sonrió una última vez para salir corriendo de allí.

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