El Clan Gojo era sede de hechiceros muy poco reconocidos desde la última aparición de un portador de seis ojos, pese a tener un apellido de renombre por sus años de servicio e incluso por la técnica más temible en el mundo de la hechicería. No eran destacados en cierto nivel, sin embargo con el nacimiento de Satoru las cosas dieron un cambio de 180° grados; los progenitores del más fuerte pasaron de ser simples chamanes a estar en el punto más alto de la cadena alimenticia. La llegada del albino trajo ventajas y desventajas al mundo: tal ejemplo es el nacimiento de maldiciones de un nivel exorbitante con un grado de dificultad bastante amplio, como ventajas: fue el posicionamiento del Clan como uno de los más importantes.
Dejando en claro que solamente la presencia del chico, era necesaria para acabar con todas las maldiciones de grado especial. Satoru era ya un hechicero de grado especial desde el momento de relevar la habilidad; por lo cual luego de vivir un tiempo en su tierra natal: Kioto. Lo llevaron a Tokio donde terminó su crecimiento e ingresando a la academia metropolitana con sede en dicho lugar.
Debido a este tipo de acontecimientos Satoru creció en un ambiente donde solo era tratado como una "herramienta" o casi un "ser superior" intocable a los ojos de los demás. Eso tuvo repercusión en su personalidad a lo largo de la vida hasta llegar a conocer a Suguru Geto; alguien que no vio como inferior, sino un igual. Su aferró a él fue el resultado de no tener una persona a quien apreciar...
Tal vez por eso. Suguru es el más apreciado ser en la vida de Gojo, su mejor amigo.
Aunque esas condiciones actualmente también aplica para cierta sacerdotisa viajera del tiempo. Al principio Satoru vio a Suguru en Kagome; sus personalidades era parecidas pero no las mismas, ciertos rasgos físicos le eran familiares. Pero... Kagome jamás sería capaz de matar a seres inocentes, el tiempo que ha pasado con ella se dio cuenta de esa dato; le da miedo matar. Ella a diferencia de cualquier hechicero es un ser puro, inocente, casto, amable y dulce. Cualidades no pertenecientes a un chamán por lo cual, en la mente del albino, la niña no puede ser uno de ellos.
Porque su lógica dictamina que un hechicero tiene cierto grado de locura.
Y claramente más allá de la preocupación extremista por esos dos enanos; no recide ese locura características de ellos.
Recargo el mentón en su mano observando fijamente a cierta personita de cabello azabache y ojos azules correr en compañía de dos perros, un niño de pelo de erizo y una castaña por el camino ambiguo con dirección a la escuela de Kioto. Escucha las risas contagiosas, el ambiente amigable, amoroso, ruidoso y juguetón en esa sección; le resultó divertido desde su posición al lado de una estatua verlos con tanta emoción.
No iba a mentir... Le cuesta ver un futuro sin la compañía de esas tres personas, retiro las gafas percibiendo de primera mano los poderes espirituales de la sacerdotisa. Finalmente tuvieron esa charla a primera hora de la mañana.
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Liability ✓
FanfictionDos niños + Uno con complejo de niño = Responsabilidad. Esos eran los pensamientos de Kagome desde que su vida se cruzó con el mundo de las maldiciones y hechiceros. ✓ Jujutsu Kaisen & Inuyasha corresponde a sus correspondientes mangakas. ✓ La hist...