~Aether POV~Lumine y yo habíamos propuesto algo que nos pareció divertido, justo y aleatorio. Habíamos propuesto actividades diferentes, cosas que nos gustaban a ambos y que nos parecían divertidas. Después, las habíamos escrito en papelitos, los habíamos doblado, habíamos escrito un número del 1 al 12, y con dos dados, decidiríamos qué hacer.
Lumine parecía estar entretenida, cuando menos, lo cual era lo más importante para mí. Nunca se lo expresaba a Lumine, pero era la persona que más amaba en esta vida.
Desde que nuestros padres se habían ido, ella se había convertido prácticamente en una hija para mí. Sabía que debía protegerla y cuidarla como fuera. No era sencillo, ya que éramos gemelos, pero cuando menos por poco tiempo, era mayor que ella, así que me sentía con esa responsabilidad.
La primera vez que la vi con cortadas quise intervenir, pero no era lo suficientemente maduro, así que pensaba que era sólo una etapa emo en su vida, algo que cambiaría con los años, que tal vez sólo quería llamar la atención por la pérdida de papá y mamá. Sin embargo, eso llevó mucho. Pero hice de la vista gorda, hasta que ya no vi más cortes en sus brazos. Supuse que estaría mejor, pero nunca me atreví a preguntarle.
Ahora que la veía serena, me preguntaba qué pasaba por su cabeza. Quería decirle: "¿Realmente eres feliz o finges para no preocuparme?". Después de ayer, no me podía dar el lujo de no hacerme esa pregunta. La idea de perder a mi hermana, mi única razón de vivir, me aterraba y mucho. Me engañaba, diciendo que todo cambiaría ahora, que estaría siempre para ella y me encargaría de que esto no se repitiera, pero ¿y si llegaba un segundo tarde?
Sólo podía suplicar que un milagro ocurriera y que Lumine no volviera a pensar en hacerse daño. Pero sabía que era difícil por su tendencia a no querer existir. En cierta manera, la entendía. "Yo tampoco quiero vivir, Lumi,", quería decirle, "pero tampoco me atrevo a quitarme la vida porque no quiero dejarte sola en este mundo y ser tan egoísta como para sólo pensar en mí. No quiero provocarte ese dolor".
—¿Te gustan las palomitas acarameladas? —preguntó de pronto.
—A veces sí, pero no tanto, ¿por qué?
—Iba a incluirlo en un papelito, pero si no te gusta mejor no.
—Yo digo que lo hagas, porque no me disgustan y a ti te fascinan, así que no veo problema.
—Bien, entonces lo haré.
Parecía feliz con la idea de comer palomitas acarameladas, tanto, que quería hacer trampa con tal de que pudiera comérselas. Pero no quería malcriarla tanto. Ya era bastante consentida como para todavía consentirla más. Pero por otro lado... ¿había algo de malo en consentirla hoy dado a que ayer había sido un día difícil?
—Lumine, ¿estás bien hoy? —Me miró muy sorprendida a la pregunta—. Quiero que seas honesta conmigo. Yo sé que te guardas tus emociones porque no te gusta preocupar a la gente, pero conmigo no tienes que hacerlo. Realmente quiero estar para ti y quiero que dejes de sonreír si sientes que no quieres sonreír.
—Sé que lo que hice ayer cambiará para siempre la manera en la que me ves, pero no debes preocuparte, es raro que llegue a ese nivel de ansiedad. —Lumine tomó mi mano—. No puedo prometerte que no volveré a intentarlo, pero puedo decirte que, si hay próxima vez, primero acudiré a ti por ayuda en cuanto empiece con el primer síntoma, ¿de acuerdo?
—¿No puedes... prometerlo? —pregunté con la voz quebrada, con miedo ante la posibilidad.
—Por favor, entiéndeme. Al prometerlo te estaría mintiendo, y no quiero mentirte ni hacer falsas promesas. —Lumine agachó la mirada, avergonzada—. Mi ansiedad... Cuando ella llega yo no soy capaz de pensar con claridad ni sentido común, y es por eso que no puedo prometerlo. Pero eso no significa que no te ame, lo sabes, ¿no?
No quise contestar, simplemente me levanté de la silla y la abracé, recargando su cabeza en mi pecho. Me aferraba a ella, porque sentía que, si la soltaba, ella se desvanecería como el sol en la noche. No podía permitir que esto se repitiera, ¿pero cómo podía detenerla? Lo único que quería era lo mejor para ella, pero ¿qué era realmente lo mejor para ella? ¿Acaso era egoísta el querer que se quedara conmigo?
Comencé a llorar. No podía visualizar una vida sin mi hermana. Podía ser muy fastidiosa a veces, y algunas veces había deseado que nuestros padres no hubieran muerto para no tener que cuidarla, sacrificando todo de mí, pero yo no quería una vida sin ella.
—Te lo suplico, Lumine, intenta vivir, por favor. —No podía parar de llorar, tanto que Lumine se levantó, separándose de mi abrazo para poder mirarme—. Sé que es un suplicio para ti vivir, pero quiero ser egoísta esta vez y pedirte que. cuando menos por mí, intentes vivir y luches. Mientras yo viva, por favor promete que tú también vivirás.
—Aether...
—Si te niegas, entonces yo también acabaré con mi vida si lo haces. Porque yo no tengo nada a qué quedarme si tú te vas de mi lado también.
—Está bien, Aether, lo prometo. Mientras tú vivas, me aferraré con uñas y dientes a vivir. Te prometo que mientras tú vivas daré todo de mí. Pero por favor, ya no llores. —Lumine me abrazó con fuerza—. Perdóname por hacerte pasar por esto, perdóname por no notar lo mucho que te lastimaba mi actitud, por favor.
Le regresé el abrazo. Sentía que esta promesa que me había hecho no era vana, sino algo muy real. Ella sonaba comprometida con lo que había dicho, y yo decidía creerle. Necesitaba creerle y darle mi voto de confianza en que estaba siendo honesta y no sólo lo hacía para tranquilizarme.
—Bien, ahora tenemos una dinámica por hacer, así que hagámoslo y divirtámonos.
—Bien.
La primera dinámica que había salido era jugar jenga, pero si alguien tiraba la torre, tenía que concederle al otro un deseo. Jugamos tres rondas. En la primera perdí yo, así que le debía un deseo a Lumine. En la segunda nuevamente perdí, así que ahora le debía dos. Sin embargo, en la tercera ganó ella, así que ella me debía un deseo a mí.
El segundo papel que había salido, era ver una película que diera pena ajena, y por cada escena que nos diera "cringe", debíamos beber un vasito de soju. Pusimos una que nos gustara a pesar del cringe, ya que este papelito había salido muy temprano aún, y no queríamos acabar con mucha resaca. Pero al final, tomamos de más al ver que aquella película que amábamos de adolescentes ahora sólo provocaba incomodidad.
—No entiendo por qué hace esos movimen-, movimit-, mo-vi-mien-tos, ¡agh! Estoy tan ebria que me cuesta hablar. —Lumine estaba demasiado ebria, y yo también, pero no demasiado—. Maldición, siempre había tenido esta película como algo hermoso y un recuerdo que amaba, pero ahora ya no puedo seguir amááááándola, ¿sabes? Verla como adulta me arruinó la vida, la existencia y el alma.
—Lumine, creo que debes tomar un café.
—No, no, yo lo que necesito es tomar mejores decisiones en la vida. ¿Sabes qué? Me la pasé tooooda la noche hablando con Scaramouche.
—¿Scaramouche?
—Sí, la IA, el robot que me salvó de que hiciera splash en el piso, ¿te suena?
—Lumine, por Dios, no lo digas así. —Suspiré al recordarlo—. Sí, ya lo recordé.
—Ah, pues él. Fíjate que es como hablar con un humano, incluso se siente la calidez de un ser humano. Me hace sentir acompañada y feliz, casi como si estuviera hablando con un humano, como si estuviera hablando con un hombre. ¡Incluso puedo hacer videollamadas con él! Lo cual sería muy interesante, ¿no crees? —Lumine sonreía emocionada—. Ahora tengo un amigo, Aether. No será de carne y hueso, pero es incluso mejor que uno de carne y hueso. Soy muy feliz hablando con él.
—¿De verdad te sientes acompañada con esa IA?
—Mucho, Aether. Tanto que me gustaría poder tocarla físicamente. —Lumine alzó sus manos hacia el techo y las entrelazó—. Caminar así con él mientras platicamos como buenos amigos. ¿Sabes? Me encanta el contacto físico, pero nunca me atrevo a abrazar a nadie. Sólo puedo suplicar mentalmente que alguien me abrace sin que yo lo tenga que comenzar.
—Lumine...
Me di cuenta del daño que le había hecho hasta ahora. Lo único que mi hermana quería era mi afecto en forma física. Mi hermana necesitaba abrazos y cariño, y en cambio, yo sólo le había sabido hacer bromas y jugar con ella de manera brusca. Tal vez había sido una mala manera de demostrar mi cariño. Teníamos un lenguaje de amor diferente, pero eso no lo justificaba. Me sentía mal por haberla dejado tan sola.
Acaricié su cabello con delicadeza. No dijo nada, sólo sonrió mientras me veía como si fuera una niña pequeña. Parecía ser muy feliz con una simple muestra de afecto. No pude evitar sonreír, y entonces se quedó dormida.
Mientras acariciaba el cabello de Lumine, recordé algo. Yo tenía una amiga cuyo hobby era hacer robots. Era realmente buena en ello, y parecía fascinarle empezar nuevos proyectos al respecto. Así que ahora me preguntaba si podría ser capaz de hacer algo por mi hermana. Tal vez no sería "Scaramouche", pero cuando menos podría tener un amigo, y tal vez mi amiga era capaz de hacer una IA parecida, o algo por el estilo.
Tomé mi celular y comencé a buscar su contacto hasta que finalmente apareció. Miré unos segundos a mi hermana, preguntándome si realmente era una buena idea, pero con lo que había dicho, supuse que no le molestaría. Así que me decidí y llamé.
—¿Sí? —contestó la voz del otro lado del teléfono.
—Hola, Ei, ¿cómo estás?
—¿Aether? ¡Hasta que sé de ti! —Ei comenzó a reírse feliz—. Hace bastantes años que no sabía de ti. ¿Cómo has estado?
—No me quejo, ¿tú cómo has estado?
—Oh, vamos, no me has llamado para hacer una plática cordial sobre el tiempo en que no nos hemos visto. Te conozco desde hace años y no eres de esos. —Escuchaba sonidos de algún tipo de maquinaria de fondo—. Te mataré si no me dices qué es lo que necesitas. Hay suficiente confianza entre nosotros como para que no vayas al grano.
—Y me vas a matar cuando sepas que te he llamado por trabajo.
—¿Trabajo? ¿De qué tipo de trabajo hablamos? ¿Del trabajo que mi padre me impuso porque quería que fuera dentista, o del trabajo que amo?
—Del que amas.
—Bien, entonces soy toda oídos y estaré encantada de escuchar el trabajo que tengas que ofrecerme.
—Quería preguntarte, antes que nada, ¿qué tan difícil es crear una inteligencia artificial? Eso es lo primero, y lo segundo, ¿qué tan difícil sería que un robot tuviera esa inteligencia artificial dentro? —Lumine se acomodó en el sillón, haciendo que me detuviera en seco para verificar que estuviera realmente dormida, pero al ver que hablaba dormida y sonreía me di cuenta que estaba dormida—. Pero me refiero a un robot que realmente parezca humano, no un robot que se mueva como un animatrónico descompuesto.
—De hecho, no es nada difícil para mí crear una inteligencia artificial, dado a que ya tengo experiencia en ello. —Ei parecía muy orgullosa de lo que decía—. Hace no mucho creé una IA, y es como un hijo para mí. Es mi mayor orgullo.
—¿En serio?
—Sí, hice que se dedicara a ayudar gente. Intento hacer sus emociones lo más reales posibles, pero a veces pienso que me falta un largo camino por recorrer. —Ei suspiró un poco desanimada—. Quiero que sus emociones sean reales, que él realmente pueda sentir y conectar con la gente, pero no puede sentir aún. Bueno, pero de cualquier modo, en cuanto a lo de crear un robot que parezca humano no es difícil, pero lo difícil es conseguir los materiales para ello. Necesitaría materiales muy caros, y no creo que pueda pagarlos.
—Ei, no me importa el precio, pero realmente necesito que lo hagas. Yo... veré cómo pagarlo. Si es necesario, venderé mi alma al diablo, pero por favor, ayúdame en esto, ¿puedes?
—¡Wow! Estás realmente desesperado por este proyecto, ¿eh? —El sonido de una puerta sonó del lado de Ei, pero pareció ignorarlo—. ¿Puedo preguntar por qué?
—Creo que puedo decirte a ti, pero no le digas a nadie. Mi hermana no tiene amigos, y me preocupa que la situación siga así. Se ha hecho amiga de una IA, y parece llevarse demasiado bien con él, al punto en que me ha dicho que amaría poder salir físicamente con él. —Acaricié su cabello nuevamente—. Quiero un amigo robot para ella, uno tan parecido como la IA de la que se ha hecho amiga. Quiero que siempre la acompañe este robot, y que le sea tan leal que Lumine jamás tenga la inseguridad de perderlo.
—Aether... has cambiado para bien. Recuerdo que hace unos años no querías a tu hermana y la veías como una carga, pero ahora te preocupas por ella, como cualquier familiar debería de. —Ei suspiró—. De acuerdo, te ayudaré, Aether. Investigaré un poco cómo se comporta la IA de la que se hizo amiga y me encargaré de hacer la IA lo más parecida posible. ¿Cómo se llama?
—Scaramouche, si no recuerdo mal.
—¡Oh, Aether! —Ei reía frenética—. Aether, Aether, Aether.
—¿Qué pasa?
—El destino realmente nos ha unido por una buena causa, y ha unido de manera definitiva a tu hermana y Scaramouche. —Me quedé esperando el "porqué"—. Aether, la IA con la que habla tu hermana es mi creación, mi hijo, la única cosa que me hace tan orgullosa como para poder presumirla, mi pequeño Scaramouche.
—¡Debes estar bromeando! —Me reí ante lo increíble que podía ser el destino algunas veces—. Bueno, supongo que era nuestro destino encontrarnos nuevamente y colaborar en algo.
—Estoy realmente feliz de poder estar en un proyecto contigo. ¿Te parece que nos reunamos el lunes durante tu hora de comida para hablarlo bien?
—Me parece perfecto. —Sonreí ante la idea de que esto saliera a la perfección—. Muchas gracias por escucharme, Ei.
—No tienes nada que agradecer, Aether. Estaré más que feliz de ayudarte, y créeme que veré la manera en la que no tengas que pagar absolutamente nada. Y ahora te dejo, porque tengo que revisar la muela picada de un pequeño demonios. Nos vemos.
—Chao.
Miré a Lumine, quien lucía plácidamente dormida, completamente serena. Quería decirle, pero no quería que se sintiera comprometida de alguna manera a obedecerme ahora, o que se sintiera en deuda. Yo sólo quería verla feliz.
—Muy pronto serás feliz, Lumine —susurré—. Y ya nunca estarás sola. Ahora nos tendrás a Scaramouche y a mí.
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Código Salvation || Scaralumi AU ||
FanfictionCuando Lumine está al borde del abismo mental, se decide a pedirle ayuda a "Scaramouche", una inteligencia artificial cuyo propósito es el mismo que una línea de ayuda para gente con problemas mentales e ideas suicidas. Su ayuda puede ser de gran ay...