Código Salvation || Scaralumi AU ||

Capítulo XVIII: Nada es lo que Parece

    ~Aether POV~
   
    Las horas habían pasado y Lumine aún no despertaba. Ei no me había contactado en todo este tiempo. No sabía nada sobre Scaramouche, ni siquiera sabía qué había pasado con Hache. Si Hache sobrevivía, tal vez Scaramouche podría no ser castigado en sobremanera, pero si él moría, Scaramouche sería investigado por homicidio. Realmente deseaba que muriera, pero por otro lado, no quería que Scaramouche pagara por ello.
    —Disculpe, señor Aether. —El doctor de Lumine me llamó desde la puerta—. Unos policías están afuera, buscándolo.
    —Gracias por informarme. Iré hacia allá.
    El doctor salió de la habitación. Aproveche la oportunidad para poder hablar con Lumine a solas. Yo sabía que ella podría escucharme aún en su estado actual.
    —Lumine, la policía quiere hablar conmigo y sé que tal vez esto no es lo que querías, pero iré a dar mi testimonio y... también denunciaré lo que pasó antes. Tengo evidencia, así que tal vez podamos refundir a Hache en la cárcel. —Pasé mi mano por su cabello—. Regresaré pronto, ¿de acuerdo?
    Caminé hacia la puerta, sin más opción. Estaba en la escena de un crímen, así que era sospechoso de momento. Scaramouche ya había confesado, así que probablemente tendrían la mirada más puesta sobre él, pero aún así, quería ayudarlo de alguna manera.

    Los policías me interrogaron durante un largo rato, me hacían todo tipo de preguntas. Les expliqué a detalle todo lo que había sucedido desde que habíamos llegado hasta ese momento. Intenté no hablar demasiado sobre Scaramouche, ya que no quería perjudicarlo, así que sólo conté mi parte de la historia.
    Cuando me preguntaron qué era lo que había sucedido y qué era lo que había hecho Scaramouche fui vago. Comenté que yo no había estado presente, que yo había llegado, comprobé que mi hermana respirara y estaba por salir cuando ellos llegaron, pero que no había estado presente en ese momento y que tampoco era completamente consciente. También comenté que Scaramouche nunca había sido agresivo conmigo, por lo cual, creía que tenía una razón muy poderosa para hacer lo que hizo.
    Fue durante mi testimonio en el que aproveché para comentar que mi hermana había sido atacada con anterioridad por Hache, que había sido violentada y que ella sufría de un gran trauma psicológico. Expliqué la situación a detalle y comenté que tenía evidencia sobre el hecho. Dijeron que se abriría una carpeta de investigación.
    Me dediqué a hablar más sobre cómo Hache había sido una mala persona, que mi hermana no había sido la primera víctima. Hice mi mayor esfuerzo para cubrir a Scaramouche y atacar a Hache durante mi testimonio de manera sútil. Realmente esperaba que mi testimonio sirviera de algo.
    —¿Aether? —Me llamó mi hermana, quien acababa de despertar, distrayéndome de mis pensamientos—. ¿Dónde estoy?
    —¡Lumine! —Apresuré mi paso hacia ella—. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
    —Me duele un poco la cabeza y el cuerpo, pero creo que estoy mejor. —Comenzó a juguetear con sus manos temblorosas—. Lo siento, Aether. Pensé que si lo enfrentaba él ya no me molestaría y se acobardaría. Nunca pensé que me atacaría de esta manera.
    —Lumine, espera, tranquila —tomé sus manos entre las mías—. No debes disculparte, eso no es tu culpa. Tú te defendiste, pero él se comporta como si no fuera humano. No debes disculparte por algo así. Yo soy el que debería disculparse por fallar en protegerte otra vez. Soy tu hermano, debí haber estado para ti.
    —Aether, eres mi hermano, pero no eres mi papá. Tenemos la misma edad, ¿recuerdas? Ambos tenemos que cuidarnos el uno al otro, no sólo tú a mí. —Acarició mi cabello con suavidad, lo cual logró tranquilizarme mucho—. No quiero que continúes preocupándote por cosas como trabajar en exceso ni pensar que por ser "el hombre de la casa", debes protegerme. Quiero que también tengas tu vida y que puedas ser feliz. Quiero que encuentres tu felicidad. De la misma manera en la que tú me amas, yo te amo. Así que deja de exagerar con todo y preocúpate también por ti, ¿sí? Es la mejor manera en la que podrías cuidarme, siendo bueno contigo.
    Mi corazón se encogió al escuchar sus palabras. A pesar de estar en un mal estado de salud, a pesar de que su estado psicológico no era más estable y a pesar de que había pasado por algo tan difícil en menos de un mes, mi hermana me consolaba y se preocupaba por mí. Ella se preocupaba por mi vida y por mis decisiones, porque yo también encontrara mi camino.
    La miré mientras ella me sonreía y me acariciaba la mejilla. Se sentía extraño que estuviéramos siendo tan amorosos el uno con el otro. Siempre habíamos sido bruscos y nos molestábamos constantemente, como, seguramente, cualquier par de hermanos en el mundo, pero desde que ella había intentado suicidarse, no solíamos ser como antes. Tal vez porque sentía la necesidad de madurar y cuidar de ella. Pero sus palabras ahora me tranquilizaban. ¿Podía volver a jugar con ella?
    —Sí bueno, demasiada cursilería. No me toques que me dará roña.
    Lumine comenzó a reír y comenzó a tocar mi rostro sin parar, mientras yo hacía cara de asco y daba arcadas como si fuera a vomitar. Ambos jugueteábamos, como antes, como si jamás hubiera pasado nada traumático en nuestras vidas.
    Después de un rato ella paró y se tocó con suavidad las costillas. Aún estaba dolorida, pero no quería demostrarlo mucho. Quería hacerle saber, también, que no estaba sola, porque nunca se atrevía a hablar de lo que le dolía o de lo que sentía. Quería hacerle saber que ya no debía ocultar lo que le aquejaba.
    —Lumine, puedes quejarte del dolor en tus costillas, y también del dolor en tu corazón. Ya no necesitas ocultar tus lágrimas, no necesitas esconderte para llorar. Sé que no soy el mejor cuando se trata de consolar y sólo me quedo viendo como un completo idiota, pero quiero que me tengas confianza. No tienes por qué estar sola, ¿de acuerdo?
    —Gracias, Aether. —Acarició mi mano—. Sé que no estoy sola ya. Sé que te tengo a ti, a Scaramouche y a Ei. Es más de lo que podría haber pedido. Por cierto, ¿dónde están Scaramouche y Ei?
    —Bueno... ellos están dando su testimonio.
    —¿Testimonio? ¿Sobre qué?