~Aether POV~Mientras más pasaban las horas, peor me sentía. Lumine no atendía el teléfono y no llegaba. No tenía el número del tal "Hache" tampoco, así que no podía llamarlo para saber si había pasado algo.
Las tiendas ya habían cerrado, ya que eran pasadas de las 11:00 p.m., y no podía ir a buscarla porque había sido tan idiota que ni siquiera sabía a dónde habían ido a comprar las cosas. Sólo podía sentarme y esperar, también llamar a Lumine. No podía hacer mucho más por mi cuenta.
Sin embargo, pasaron más horas y peor me sentía. Desesperado, volví a marcarle a Lumine nuevamente, pero no atendió. Entonces abrí mis mensajes y le mandé un mensaje a Ei para saber si podía marcarle. A los segundos me contestó que le marcara.
—¿Ei? —dije en cuanto respondió.
—Aether, creo saber por qué me has llamado.
—¿Cómo? Espera no, no te llamo por cuestiones de negocios o de favores, bueno de un favor tal vez, pero esta vez se trata de...
—De tu hermana —me interrumpió antes de que pudiera decir cualquier cosa—. Se trata de tu hermana.
—¿Cómo...? —Ni siquiera podía completar la pregunta.
—Lumine está conmigo, Aether. Y antes de que me digas cualquier cosa, yo tampoco sé cómo acabó aquí, pero parece que necesita tiempo. No sé qué le pasó, pero no parece que haya sido cualquier cosa. Así que, por favor, no vengas esta noche, porque cuando me ofrecí a llevarla a casa, me pidió que no lo hiciera.
—Pero... ¿Ella está bien? —pregunté preocupado.
—Para serte honesta, no lo creo. Parece que está muy mal. Ahora se está bañando mientras yo estoy en el pasillo, pero parecía muy afectada. Buscaba a Scaramouche desesperadamente y... Se acercó a la orilla del edificio, no sé si quería hacerlo, pero parecía eso. —Ei hizo una pausa—. Dale tiempo, Aether. Sé que se acercará a ti y ella te dirá lo que pasó, pero ahora déjala tranquila, déjala sanar.
Mis manos temblaban ante la idea de que Lumine estaba tan mal y yo no podía hacer nada. Quería ir a verla y repetirle que siempre estaría para ella. El trabajo y las constantes peleas nos habían distanciado nuevamente, pero eso no significaba que no estaría para ella. Quería hacérselo saber, pero debía seguir el consejo de Ei y esperar a que Lumine quisiera hablar conmigo.
—Está bien, esperaré a que esté lista para hablar conmigo, Ei. —Me sentía mal, pero haría caso a lo que Lumine quería—. Cualquier gasto que necesite hacer Lumine, yo lo cubriré y te depositaré lo que gastes.
—Por favor, no te preocupes por eso, Aether. Eres como mi hermano, así que Lumine también lo es. Cuidaré bien de ella.
—Gracias.~Fin de Aether POV~
~Lumine POV~
Me tallaba una y otra vez, restregándome el agua y jabón, intentando borrar cualquier huella, cualquier mancha o rastro de él. Su asquerosa loción aún seguía pegada a mi cabello, sin importar cuánto tallara. Tallaba y tallaba cada parte de mí, pero no podía sacar por completo esa sensación de mí, la sensación de él.
—¿Lumine? ¿Te encuentras bien?
La voz de Ei me hizo reaccionar al trance en el que había entrado, tallando sin parar. Me detuve, aún con el cuerpo tembloroso, y cerré la llave del agua. Mi cuerpo se sentía pesado, y mis ojos cansados de tanto llorar. Desde que me había metido a la regadera y había tenido que desvestirme, viendo las marcas, arañazos y el nuevo recipiente de mi alma, no había podido parar de llorar.
—Ya estoy por salir —contesté.
Me sentía tan extraña, tan ajena a mí misma, que no podía parar de llorar. Sentía que mi alma se había hecho pedazos en aquel callejón oscuro, que ya sólo era un cuerpo obedeciendo órdenes de un cerebro sin corazón. Sólo quería llorar hasta que mi cuerpo se vaciara y yo no tuviera que seguir respirando.
Vi mi cuerpo en el espejo de Ei nuevamente, y me giré de inmediato. No quería verme, no quería notar los cambios que había dejado en mí. No quería ver los golpes, los raspones y sus dedos marcados por doquier. No quería repetir la escena cada vez que viera mi cuerpo desnudo. No quería revivir todo, porque entonces no podría soportarlo.
Me sequé y me vestí como pude, evitando los lugares lastimados para no sentir dolor. Ei me había prestado una pijama, así que era lo mejor para mí. Vi la falda escocesa, la cual había amado toda mi vida hasta hoy. La arrugué y comencé a intentar romperla. No quería verla.
—¿Lumine?
La voz de Ei no me calmaba, sólo podía seguir arrugando la falda una y otra vez, intentando romperla sin parar, intentando desaparecerla para siempre. Preguntándome si era mi culpa por ir con algo bonito, preguntándome si debía haber usado algo más cubierto, algo que no fuera tan fácil de quitar.
—Lumine, Lumine, tranquila. —Ei sujetó mis manos y evitó que siguiera intentando romperla, haciéndome daño—. Tranquila, ahorita nos desharemos de ella, ¿de acuerdo? Tranquila, te ayudaré. Todo estará bien.
—Ei, regresé de GS25, pero no había tu sabor favorito, así que traje... ¿Ei?
Desde el momento en que escuché su voz, supe que era él, supe que era Scaramouche. Me levanté del piso apresuradamente y salí para verlo. No sabía cómo había sido capaz de dejarlo atrás como si nada importara. Él era lo que me daba sentido, lo que hacía que mi corazón siguiera latiendo después de lo que había ocurrido durante mi primer intento.
—¡Oh! Eres tú, la chica del autobús —me sonrió primero, pero luego su mirada fue de preocupación—. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas ayuda?
—Scaramouche. —Me lancé a él en un abrazo, desesperada, llorando con más fuerza, pero segura de que él me cuidaría—. Por favor, sálvame, te lo suplico. Soy yo, Lumine. Por favor, rescátame.
Al principio, sólo yo lo abrazaba, pero después de unos segundos, Scaramouche me abrazó de regreso, con fuerza. Haciéndome sentir segura, casi como si estuviera en un búnker en el cual nadie podría entrar. Él me abrazaba de manera protectora. Era ridículo pensar que hacía unos momentos el tacto de cualquier persona me ponía nerviosa, pero no con él. Él era mi lugar seguro.
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Código Salvation || Scaralumi AU ||
FanfictionCuando Lumine está al borde del abismo mental, se decide a pedirle ayuda a "Scaramouche", una inteligencia artificial cuyo propósito es el mismo que una línea de ayuda para gente con problemas mentales e ideas suicidas. Su ayuda puede ser de gran ay...