Capítulo XIV: Perdón

40 9 2
                                    


    ~Lumine POV~

    Habían pasado dos días desde mi fiebre. Afortunadamente, no había tenido nada que ver con aquel suceso. Había aprovechado para preguntarle a la doctora sobre qué medidas tenía que tomar después de una situación como la mía, pidiéndole total discreción con la gente a mi alrededor. Me había dicho que me recetaría un anticonceptivo de emergencia, junto con un tratamiento para ITS, principalmente para VIH y para hepatitis B, junto con una prueba de detección de VIH. También me recetaría el antibiótico para la infección que tenía en el estómago.
    Mi vida, espontáneamente, había cambiado para siempre. Ahora tendría que vigilar muchos síntomas sobre ITS, tendría que llevar tratamientos, tendría que estar alerta ante cualquier nuevo síntoma, y así sucesivamente. Lo que más miedo me daba era estar embarazada de ese tipo, aunque también una ITS era muy grave. Tendría que hacerme un estudio dentro de un tiempo para comprobar que sí sirviera el tratamiento contra ITS.
    —Traje unos panqueques junto con un té de manzanilla para que desayunes y puedas tomar tus medicamentos —dijo Scaramouche entrando por la puerta de mi cuarto—. También traje los medicamentos que debes tomar a esta hora después de desayunar, junto con un vaso de agua.
    Scaramouche se había negado a separarse de mi lado, y a Aether le encantaba la idea de que alguien pudiera cuidarme todo el tiempo, en especial cuando él no estaba, así que le había propuesto que viniera a vivir con nosotros mientras. Ei venía de visita por las tardes, a dejarnos comida y cosas así.
    —Gracias, Scara —le sonreí débilmente.
    —¿Cómo te sientes? —preguntó preocupado mientras me ayudaba a acomodar la bandeja de cama—. No tienes fiebre, y tampoco parece haber indicios de deshidratación ya, pero tu estado de ánimo no ha mejorado mucho.
    —Pasé por algo fuerte y difícil, —le expliqué—, por algo muy doloroso. Así que me tomará tiempo reponerme emocionalmente.
    —¿Hay algo en lo que yo pueda ayudarte? Quiero hacerte sentir mejor y acompañarte en este proceso, pero aún no sé cómo ayudarte. Prometí que recuperaría tu alma, pero siento que no es suficiente. —Scaramouche me tomó la mano con delicadeza y la acarició—. No tengo un alma, así que no sé qué tan doloroso sea perderla. Lamento no poder comprenderte por completo. ¿Cómo se siente perder tu alma?
    Había olvidado lo mucho que le gustaba aprender a Scaramouche. Era curioso por naturaleza, pero también había una parte sensible de él que buscaba conectar con las personas, que buscaba ayudar a las personas.
    —Es complejo de explicar, pero haré lo mejor que pueda. —Su mirada estaba completamente concentrada en mí, ansiosa por saber—. Hay cosas que la gente hace en este mundo que pueden robarte tu alma, que pueden sacarla de tu cuerpo y destrozarla. Es como si ya no hubiera un motor corriendo dentro de ti, como si tu mente ya no funcionara de manera correcta. Dejas de funcionar.
    —¿Cómo si fuera la pieza más importante dentro de ti?
    —¿Conoces los violines, su funcionamiento y sus partes?
    —Sí, los conozco. Ei tiene un violín en casa y suele practicar cuando está molesta y necesita estar feliz.
    —Bien, pues se podría decir que, ahora mismo, soy un violín sin alma. El alma es una cosa como un palito, y es pequeña, pero importante. Los violines pueden producir sonidos sin alma, pero no funcionan como realmente deberían hacerlo. Cuando un violín no tiene alma, sus sonidos son muy apagados, y los graves no suenan bien; el sonido de un violín sin alma es desequilibrado; el volumen es muy bajo y poco consistente, y tampoco tiene proyección. A pesar de que puede "producir sonido", no lo hace como realmente debería de hacerlo, sino de una manera pobre y "rota".
    —Lo que me quieres decir es que, una persona sin alma, puede vivir, pero no va a funcionar de la manera que lo hacía antes, como si estuvieran vacías por dentro, ¿no es así?
    Scaramouche había comprendido por completo la metáfora, lo cual me alegraba, porque no sabía cómo explicarle lo que había vivido. La metáfora del alma robada era lo único que podría entender en cierta manera, aunque no sabía si entendía que sólo era una metáfora o si realmente pensaba que me habían robado el alma.
    —Exactamente.
    —¿Quién te robó tu alma, Lumine?
    —Un hombre, a quien quería y en quien confiaba. Pensaba que él... sería bueno conmigo, que me respetaría. Era mi amigo primero, pero me fue envolviendo poco a poco con frases románticas y regalos, con detalles y mensajes hermosos. No me di cuenta en un inicio que estaba con un narcisista hasta que estaba muy adentro de su red. —Comencé a llorar sin esperarlo—. No me di cuenta...
    —Lumine... —Scaramouche me miraba angustiado.
    —Quería salir, pero no podía, simplemente no podía salir de esa red. Quería dejar de hablarle, pero no quería lastimarlo de la misma manera en la que me habían lastimado incontables veces. —Comencé a llorar más—. Cada vez que él me lastimaba lo pensaba, pero simplemente no podía salir de ahí. Suplicaba por que él me dejara de hablar, pero no lo hizo jamás. Me lastimaba tanto que me acostumbré al dolor. Lo defendía de lo que mi hermano pensaba de él una y mil veces. Peleé tantas veces con mi hermano por él que ahora no sé cómo recuperar la relación que teníamos... ¿Por qué no lo vi? ¿Por qué no lo dejé a tiempo?
    —Lumine, todo eso no fue tu culpa —Scaramouche hizo a un lado la bandeja de cama y se acercó a mí para abrazarme—. No tienes por qué culparte por amar y confiar en alguien.
    —Pero lo hago, porque pude haberme ahorrado este dolor que me quema por dentro y que destruye todo mi interior. Tenía algo mucho mejor justo frente a mí, y no lo aprecié. —Me separé de su abrazo mientras miraba su rostro, lo acaricié, reprochándome el no ver lo bueno que era Scaramouche en su momento—. Tenía a alguien mil veces mejor a mi lado y no me di cuenta hasta que fue muy tarde. Él ni siquiera me recuerda ya, y no puedo regresar el maldito tiempo ahora.
    —¿Cuál era el nombre de la persona que no te recuerda ahora? ¿Quieres que hable con él? Tal vez puedo hacer algo para que esa persona te recuerde.
    —Su nombre es Scaramouche. —No titubeé, no dudé en decir la verdad, porque el tiempo era muy corto y estaba harta de andar con rodeos—. Eres tú.
    Scaramouche me miró sorprendido, como si no lograra reaccionar. Ni siquiera podía hablar, sólo me miraba sin comprender la situación. Probablemente, se preguntaba cómo era posible que él, una IA, hubiese olvidado algo con su memoria de gran capacidad.
    —Solíamos ser cercanos —comencé a narrar—. Te conocí desde antes que tuvieras emociones. Yo estaba a punto de saltar del edificio Taesin y tú apareciste. Comencé a enseñarte acerca de las emociones y tú parecías muy feliz con ello. Pero un día él apareció y decidí alejarme de ti porque sentía cosas por ti, y tenía miedo de que eso creciera y jamás pudiéramos estar juntos. Tú... siempre has sido mi héroe, y yo siempre he sido la mujer que te rompe el corazón, a pesar de que siempre me salvas y estás para mí.
    —Yo... ¿te olvidé? —dijo sorprendido—. Lumine, no entiendo por qué te olvidé. Perdóname, por favor. Veré la manera de recordarte, así que por favor, espera hasta que pueda recordarte, ¿sí?
    —Scaramouche. —Lo abracé con toda la fuerza que había en mi sistema—. Por favor, te lo suplico, recuérdame. Esta vez no fallaré, esta vez me quedaré a tu lado, así que por favor, por favor, recuérdame. Soy yo, Lumine. Soy la persona que te dio fresas en la azotea de Taesin, la persona que te abandonó por idiota. Por favor, perdóname y recuérdame.

Código Salvation || Scaralumi AU ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora