⚠️TW: Temas de suicidio⚠️.
La tranquilidad y el silencio eran abrumadores en este momento en el que mi vida dependía de si daba un paso o no. Sólo podía escuchar el viento pasar por mi cabello y el ruido eterno de la ciudad, pero fuera de eso no había nada más. Ni siquiera sonaban búhos o algún tipo de ave nocturna. No había sonido alguno. Mi teléfono estaba en silencio, así que lo único que sentía era una vibración constante, pero a este punto, ya me había acostumbrado.
Mi celular vibró en mi bolsillo. Miré el mensaje en la pantalla, era mi hermano. Se podía leer: "Nuevo mensaje de Moco: Lumine, encontré una carta sobre la mesa y te he marcado bastantes veces pero no contestas. Por favor, espera en donde estás, llegaré pronto, ¿de acuerdo? No hagas ninguna locura". No me atreví a contestar, así que sólo lo dejé en visto. Sin embargo llegó otro mensaje: "Lumine, por favor no me dejes, te lo suplico. Eres mi hermana y eres la persona que más amo, sin importar cuánto peleemos o lo pesado que podamos llevarnos. Por favor, sólo resiste esta noche, ¿sí? Lo resolveremos".
Sin quererlo, mis emociones me traicionaron y comencé a llorar. Prefería pensar que Aether, mi hermano, no sufriría por mi causa, que le daría igual y seguiría con su vida, como si fuera un robot. Ya no podía resistir más. Me ahogaba la ansiedad y la tristeza. Podía sentir que me ahogaba todos los días. Entendí cómo se sentían los pájaros en jaulas. Teniendo que cantar y fingir que están bien, pero sufriendo por no poder ir más allá. ¿Por qué? ¿Por qué no podía ser un ave libre? ¿Por qué tenía que estar encerrada en este pedazo de carne andante fingiendo que todo está bien día tras día?
—Aether, por favor, déjame ir —le dije al viento mientras lloraba—. No puedo quedarme, pero tampoco puedo irme si sé que te duele.
Miré hacia abajo. El edificio en el que estaba era realmente alto, era uno de los más altos que conocía, con más de 26 pisos. Solía temerle demasiado a las alturas, tanto que me mareaba al llegar arriba. Así que había intentado no ver hacia abajo desde que había llegado, para evitar arrepentirme. Pero ahora no sabía qué hacer. Mi hermano sufría y yo meditaba qué hacer.
Me subí a la orilla sin ver abajo, sólo viendo la ciudad. El viento era más fuerte aquí arriba, y pegaba sobre mi rostro, congelando mi piel y mis lágrimas. Sentía que mi pelo se movía hacia atrás sin parar. Me pregunté si sentiría lo mismo antes de morir por tirarme del edificio, un frío que recorriera todo mi ser, un viento abrumador... y luego nada. ¿Qué se sentía morir? ¿Siquiera sería consciente de que morí? ¿Sería capaz de saber que todo terminó? ¿Y después que habría? ¿Un cielo o un infierno? ¿O acaso habría nada? Tal vez de pronto viera una luz y entonces estaría renaciendo como un bebé.
—Señorita, —la voz me sobresaltó, haciendo que casi cayera sin quererlo—, por favor dé unos pasos hacia atrás. Retroceda.
Me giré para ver de dónde provenía la voz, pero no vi a nadie. En aquella azotea la única persona era yo y sólo yo.
—Ja —me reí—, supongo que me estoy volviendo loca después de todo.
Miré hacia abajo unos segundos, pero tuve que cerrar los ojos de inmediato. Me daba mucho miedo lo alto que era. Sé que debía ser así si quería morir instantáneamente, pero no podía evitar sentirme agobiada.
—Estoy capacitado para llamar a los servicios de emergencia si no retrocede en 3 ... 2 ... 1.
—¿Cómo? —Me giré nuevamente y pude ver a un holograma detrás de mí.
—Se ha informado a los servicios de emergencia que la ciudadana Lumine Daslof de 22 años de edad se encuentra en la cima del edificio de la compañía Taesin con aparentes intenciones suicidas.
—¿Qué demonios? —Me bajé de aquel borde del edificio y caminé hacia el holograma—. ¿Eres un holograma o he comenzado a volverme loca?
—El término loca no debería existir. No me gusta que se llame así a sí misma. —El holograma tomó una forma más humana. Era de sexo masculino al parecer, y era bastante guapo—. Señorita Daslof, por favor no se llame a sí misma con palabras hirientes, no es bueno para su salud mental. Y gracias por bajar del borde.
—¿Quién eres?
—Me disculpo por mi falta de modales. —El holograma se paró erguido—. Mi nombre es Scaramouche y soy una IA especializada en salud mental. Mi deber es cuidar de las personas y ayudarlas a superar los malos momentos. Me gusta aprender de ellas. Aún estoy en desarrollo, así que tengo fallas.
—Bien, Scaramouche. Ahora cuéntame qué haces aquí arriba.
—Al haber una alta tasa de suicidios en este edificio, mi creador decidió poner un proyector de holograma en aquella antena que está detrás de mí. —Scaramouche señaló la antena y luego me miró nuevamente—. Desde entonces tengo un sensor de ritmo cardíaco cada que una persona sube. Si alguien tiene más de 120 pulsaciones por minuto, me veo en la necesidad de activarme y verificar la actividad de la persona. Si veo que la persona intenta suicidarse, entonces intento hablar con ella para tranquilizarla y darle palabras de consuelo. Después le pido que se retire. Si no funciona, entonces llamo a los servicios de emergencia.
—Entonces notaste que estoy aquí arriba con intenciones de acabar con mi vida, ¿no es así?
—Exactamente, señorita Daslof.
—Aún quiero hacerlo, pero es incómodo contigo aquí.
—Lamento que mi presencia sea incómoda para usted. Sin embargo, dadas las circunstancias, me parece que lo mejor será que me quede, ya que su incomodidad no le permitirá hacer nada conmigo presente, según entendí en su comentario reciente.
—Tengo buenas razones para querer hacerlo, así que no deberías detenerme.
—Aunque me diera sus razones, seguiría con la misma determinación por detenerla. —Me miró tan firmemente que por un momento olvidé que sólo eran un montón de códigos hechos luz—. Su vida es valiosa para mí, al igual que seguramente es para los seres que la rodean. Por favor, medite en cómo se sentiría usted si alguien que ama tomara la fatídica decisión de terminar con su vida. ¿No se sentiría devastada y culpable? ¿No querría irse junto con esa persona?
Pensé en Aether. Sí él tomara la decisión que yo estaba tomando ahorita no habría día en que no me culpara por no haber estado más para él. No habría día en que no sintiera que la vida no valdría la pena. A veces parecía que ni siquiera nos queríamos, pero a pesar de las burlas, las bromas pesadas y que jamás decíamos "te quiero", pero ambos nos queríamos demasiado, en especial después de que nuestros padres murieran en aquel accidente.
—No puedo entender cómo se siente, porque no tengo emociones humanas, pero por lo que he investigado, al morir el dolor que queda detrás es muy fuerte para las personas que aman. —La IA me miraba fijamente, sin parpadear algunas veces, lo cual me hacía pensar que esperaba una respuesta—. ¿Podría irse de este mundo sabiendo que le está dejando un dolor tan grande a alguien que la ama?
—No. —Me desplomé de rodillas en el piso—. Mi ansiedad me carcomió, y mi egoísmo se apoderó de mí. No podría dejar a ese inútil solo. Subí a este edificio porque hoy me encontré con alguien indeseable, pero Aether no debería pagar por ello.
—No se sienta triste, señorita Daslof. Es bueno equivocarse para aprender de esos errores, y es normal sentirse mal y querer abandonar todo en lo que creemos. La ansiedad y depresión son muy comunes hoy en día, y afortunadamente, en estos tiempos es más aceptado socialmente como una enfermedad real y tangible.
—Supongo que soy afortunada.
—¿Ha intentado obtener ayuda de un especialista en salud mental?
—No, eso nunca ha ido conmigo. —Saqué un cigarrillo del bolso y comencé a fumar mientras aún seguía en el piso—. Mis padres nos inculcaron desde pequeños que uno debe aprender a sobrellevar las cosas. Solían decir que quien iba al psicólogo era para justificar su ociosidad. Nos decían que la depresión se daba porque la mente volaba ya que no hacíamos nada.
—Lamentablemente, las generaciones pasadas solían pensar de una manera no tan sana. La depresión no es ociosidad, ni tampoco es que tu mente esté despejada. —Scaramouche comenzó a ver hacia todos lados por unos segundos y entonces me miró nuevamente—. Según la definición que ofrece la psiquiatría y el psicoanálisis, la depresión puede ser considerada como un trastorno mental que afecta la capacidad de la persona de vivir una vida normalmente. La persona que sufre depresión puede sentir una sensación de vacío, desesperación, desánimo, apatía, etc.
—Vaya, ¿entonces eso en la depresión?
—Sí, sería un buen punto de partida para entender la depresión. —Scaramouche comenzó a caminar de un lado a otro mientras parecía meditar. Pero es importante añadir que, aunque la depresión tiene características en común, es importante entender que es un trastorno muy completo, y que puede tener diferentes expresiones en cada persona. Algunas personas pueden ser, metafóricamente hablando, hundidas por la depresión, mientras que otras pueden ser más...
Me quedé esperando unos segundos, pero Scaramouche sólo había cerrado la boca y ahora me miraba fijamente, como si esperara una respuesta. Ni siquiera había terminado su diálogo, ¿acaso esto era normal?
—Creo que no terminaste lo que decías.
—¡Oh, disculpa! A veces me sucede. —Scaramouche sonrió robóticamente, pero de alguna manera, también se sentía humano—. Continuando, la depresión puede ser expresada de muchas maneras, por lo que no hay un único patrón de comportamiento o de sentirse en las personas con depresión. Algunas pueden sentir mucha tristeza y vacío, mientras que otras pueden sentir angustia u otras cosas.
Lo había dejado hablar sin parar de algo que claramente podría haber googleado porque, de alguna manera, el escuchar su voz me tranquilizaba. Su presencia completa había logrado disipar todos mis pensamientos suicidas por, cuando menos, un pequeño instante. Se sentía bien escucharlo.
El sonido de varios tipos de sirenas comenzaron a inundar el aire, y entonces entendí que esto era a causa mía. Ellos venían debido al alertamiento de Scaramouche y estaban aquí para tranquilizarme. Me preguntaba qué explicaría ahora que ya me había tranquilizado.
—¿Debería asomarme para que no piensen que fue en vano que vinieran? —Me acerqué al borde, mirando hacia abajo—. Hay de todo, ambulancias, bomberos, patrullas. Creo que les he hecho perder el tiempo.
—Una vida siempre va a valer la pena y el tiempo. —Scaramouche estaba a mi lado, sujetando el borde como si realmente pudiera tocarlo.
—¿Incluso la mía, a pesar de que ya no quiera tenerla?
—Sobretodo la tuya, que piensas que no hay motivos para tenerla. —Scaramouche me miró—. Vales mucho la pena, señorita Daslof. Nunca lo olvides. No habrá día en el que me arrepienta de haber estado aquí para salvarle la vida.
—¿Y si fuera una asesina?
—¿Está confesando un delito ahora mismo?
—¡Por Dios no! Sólo era una broma.
—Lo siento, no soy muy bueno aún para notar el sarcasmo, pero prometo mejorar para entenderla mejor. —Scaramouche me miró sonriente—. Para la próxima haré una broma con sarcasmo que no se esperará.
—¿La siguiente? —Me agradó escuchar que habría siguiente vez—. ¿Tendré que venir al techo para que hagas esa broma?
—No será necesario, porque hay otras formas de contactarme. Sólo debe buscar en internet mi nombre y apareceré.
—Bien, prometo buscarte. —Scaramouche sólo sonrió amablemente.
—Creo que ya no seré necesario, así que me retiraré —dijo Scaramouche en cuanto escuchó el sonido de pasos en las escaleras por las cuales había subido—. Fue un placer servirle, señorita Daslof.
—¡Espera! —Scaramouche me miró con la cabeza ladeada—. Cuando te contacte nuevamente... ¿Recordarás quién soy?
—Claro que lo haré. Ya tengo su información guardada en mi memoria. Así que no debe preocuparse, me encargaré de recordarla la próxima vez que me contacte.
—Gracias, Scaramouche.
—Hasta pronto, señorita Daslof.
Miré con una sonrisa a Scaramouche desaparecer. Era ilógico que un montón de luces proyectadas me hubieran reconfortado más que un ser humano. Miré hacia abajo nuevamente. La verdad me daba vergüenza haberles hecho perder el tiempo a los policías, bomberos y paramédicos, así que mínimo quería fingir un poco para que sintieran que no perdieron el tiempo. Estuve a punto de subir al borde, hasta que una mano me jaló con mucha fuerza.
—¡Lumine, no! —Aether me jaló hacia él y me abrazó—. Ni siquiera lo pienses. Estás atada a mí hasta que seas una anciana decrépita, ¿me escuchas? No te librarás de mí tan fácilmente. Si te molesta tanto mi existencia puedo dejar de molestarte un poco, pero no voy a permitir que te lances, ¿lo entiendes?
—Aether, —sus palabras parecían querer molestarme, pero sus ojos lloraban—, lo siento. Por favor, perdóname. No quería hacerte llorar. No lo haré, ¿de acuerdo? No te preocupes. Vayamos a casa.
Lo abracé apenada por haberlo hecho sentir así. Ahora sólo quería regresar a casa con mi hermano y olvidar esta noche tan amarga y tan llena de diversas emociones. Quería regresar a ver la tv y olvidarnos de todo. Sabía que podría con esto. Sabía que lo lograría. No estaba sola.
—Cállate, yo no estaba llorando. —Su boca dejaba salir palabras cortantes, pero sus brazos me abrazaban con desesperación—. Pero si te sientes tan mal puedes invitarme un helado. Me lo debes por hacerme quedar despierto tan noche.
—Tú eres el mayor, imbécil —me separé de él para darle un golpe en el brazo—. Tú eres el gemelo alfa, así que tú deberías invitarme las cosas.
—Como soy el gemelo alfa soy quien manda. Y límpiate esos mocos, te ves fea llorando como un ogro.
Sonreí al escuchar a mi hermano bromear en medio de su dolor. Entendí lo mucho que lo había hecho sufrir al ver que decía las cosas como si jugara, pero su cuerpo reaccionaba muy diferente. Su mano no me soltaba del brazo en ningún momento, como si temiera que al soltarme me lanzaría. Sus piernas temblaban también, no sabía si por venir corriendo o por la ansiedad. Y sus ojos no paraban de llorar, casi como si no pudiera evitarlo. Estaba con el cabello completamente revuelto, así que era obvio que había estado tan frustrado que se había pasado mil veces la mano por la cabeza para rascarse, como solía hacer cada que sentía ansiedad.
—Bajemos de aquí, y prometamos que jamás volveremos.
—Aether...
—No, Lumine. No puedes decirme que no lo puedes prometer, no esta vez, no con esto. ¿Lo entiendes?
Sólo lo miré y asentí. No podía prometer que algún día no volvería, porque conocía mi ansiedad, y sabía que a veces no pensaba en lo que hacía hasta que ya era muy tarde, pero quería hacer sentir tranquilo a Aether ahora. Así que sólo asentiría.
—Está comenzando a llover, así que debemos apresurarnos a bajar si no queremos terminar empapados.
—Está bien, vámonos.
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Código Salvation || Scaralumi AU ||
FanfictionCuando Lumine está al borde del abismo mental, se decide a pedirle ayuda a "Scaramouche", una inteligencia artificial cuyo propósito es el mismo que una línea de ayuda para gente con problemas mentales e ideas suicidas. Su ayuda puede ser de gran ay...