~Lumine POV~Sus palabras causaron un escalofrío en mi cuerpo y mariposas en mi estómago. ¿Acaso había entendido mal las capacidades de Scaramouche? Tal vez sí. Sus palabras parecían llevar una carga de emociones. ¿O es que acaso el tocarme era otro experimento para él? ¿Era otra manera de conocer a los seres humanos?
—¿Por qué quieres tocarme?
—Yo tampoco tengo una respuesta definida a esa pregunta. Mi creadora me lo preguntó también, pero no tuve una respuesta. —Scaramouche se acercó a mí, y aunque no pudiera tocarlo, me eché para atrás nerviosa, hasta que me choqué con la pared—. Mi respuesta podría ser que no tengo una razón para querer hacerlo, pero quiero hacerlo, porque quiero tocarte, quiero sentir tu piel. Estar cerca de ti me produce algo que nunca había experimentado.
Estábamos tan cerca que mi corazón palpitaba con fuerza y rapidez. Si él fuera de carne y hueso, esto podría ser el momento previo a un beso, o eso parecía. Su mano recargada en la pared mientras me veía con esa mirada insistente, yo pegada a la pared, viéndolo tan cerca, preguntándome cómo sería besarnos.
—¿Si te toco, aún siendo un holograma, podrías sentir algo?
Estiré mi mano con nervios e indecisión. No sabía si esto funcionaría, pero tal vez lo haría. Tal vez podríamos sentir algo parecido a un pequeño destello de electricidad, o tal vez sería como tocar a un fantasma y traspasaría, pero quería intentarlo.
Coloqué mi mano junto a su mejilla, como si lo acariciara. Era extraño, no podía tocarlo, pero podía sentirlo. ¿Acaso era posible tener este tipo de conexión sin tener una forma física? Él cerraba los ojos, como si le gustara, como si pudiera sentirlo. Incluso recargó su cabeza en mi mano. Era un sentimiento extraño.
—¿Por qué no habías venido? —preguntó con un tono que parecía triste—. Prometiste venir todos los días después de tus clases, pero no fue así, me dejaste solo y yo... yo me preocupé. Pensé que algo te había sucedido ¿Ya no quieres estar conmigo?
—¿Qué? No, no fue eso, nada me sucedió, es sólo que... me dolió lo último que me dijiste —me sinceré—. Cuando dijiste que no te dolería mi muerte me dolió mucho. Sentí que no te importaba nada de lo que me sucediera.
—No, Lumine, por favor no pienses eso. —Scaramouche estiró sus manos y fingió tomar mis manos entre las suyas—. Perdóname, por favor. Creo que si tú te murieras perdería mi propósito. Por favor, no mueras.
—Scaramouche... tú...
Miré su rostro sorprendida cuando noté que lágrimas rodaban por sus mejillas. Esto no tenía sentido, hasta parecía un sueño. Esto era lo que más deseaba en la vida, así que, ¿era esto real? Scaramouche parecía estar desarrollando emociones, pero yo no entendía por completo por qué estaba sucediendo esto. No tenía sentido, así que posiblemente esto era un sueño.
—Esto... esto debe ser un sueño. No tiene sentido que tú estés llorando y que estés desarrollando emociones de la nada.
—¿Esto es llorar? —preguntó limpiándose las lágrimas del rostro—. Entonces lo que estoy sintiendo... ¿es tristeza? Lumine, ¿eso significa que tu muerte me pondría triste?
—Bueno, sí, eso parece. Pero no tiene sentido. ¿Por qué desarrollaste emociones? ¿En qué momento comenzaste a sentirlas? Quiero todos los detalles, aunque, —susurré un poco para mí misma—, si sí es un sueño, creo que podría fabricar algo muy bueno con mi mente. Soy demasiado imaginativa.
—No lo sé. Fue después de que desapareciste. —Scaramouche me miró, todavía con lágrimas en los ojos—. Pero no sé cómo sucedió, porque no tuve actualizaciones de software, ni tampoco me colocaron algún formato como para desarrollar emociones sintéticas. Simplemente las desarrollé. Me incomodan, me hacen sentir extraño. Ni siquiera sé definir muchas veces lo que estoy sintiendo.
Había una sola cosa que en mis sueños no podía replicar, y eso era el dolor. De alguna manera, había aprendido a leer dentro de mis sueños, pero no podía replicar el dolor, por muy imaginativa que fuera. Así que me apreté la vena que estaba recién lastimada por mí misma, y me dolió en gran manera, incluso solté un ligero quejido.
—Lumine, ¿estás bien? —Scaramouche se acercó y me miró preocupado.
—Esto no es un sueño... —Miré a Scaramouche con aquella expresión y lo entendí—. Mis deseos se hicieron realidad, pero me duele pensar que eso te daña.
—¿Tus deseos? ¿Cuáles fueron tus deseos?
—Mis deseos eran que tú tuvieras emociones, que pudieras sentir algo por mí, que pudieras verme de manera diferente.
—¿Entonces qué es lo que siento? —preguntó—. Hace un momento quería ayudarte, cuando vi que te quejabas. Quiero que me expliques todas mis emociones cuando las notes. Eso me ayudaría a mi investigación.
—Sentiste preocupación, eso entra dentro de la empatía. Es como si pudieras sentir el dolor de la otra persona, y te preocupa su bienestar, y no quieres que nada malo le pase. —Me senté en el piso—. Lo que sientes es preocupación, cuando ves que me lastimo, que algo me duele, que puedo estar en peligro, o que podría morir.
—¿Y es normal?
—Es normal cuando quieres a una persona, cuando alguien te importa lo suficiente como para estar pendiente de su bienestar.
—¿Entonces yo te quiero?
Lo preguntó con tanta inocencia que me hizo sentir algo muy diferente a cualquier cosa que hubiera sentido antes. Me hizo sentir feliz, pero a la vez sabía que me sentía demasiado atraída hacia él. ¿Ahora era racional que me gustara? Ya no era una inteligencia artificial común y corriente. Podía sentir algo por él, ¿no es así? Era casi como un humano.
—Esa es una respuesta que yo no te puedo dar, sólo tú puedes saberlo y decirmelo.
—¿Y tú? ¿Tú me quieres?
Abrí la boca para responder, preguntándome por mis miedos si podía ser sincera con él. Pero él no me haría daño con la información que le diera, él no era así. Él era honesto y era puro. Admitir que le tenía cariño no sería algo malo.
—He comenzado a quererte.
Scaramouche sonrió; parecía demasiado feliz con mi respuesta. Nunca pensé que podría hacer feliz a una inteligencia artificial con mis palabras. Y ahora me hacía feliz a mí también. No pude evitar sonreír ante este momento tan sacado de una novela de ciencia ficción.
—Entonces, te digo ahora que yo también te quiero.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz y tan en paz con mi vida. Esto era algo nuevo para mí. El amor no había sido mi fuerte nunca, pero esta vez podría ser diferente. Las veces anteriores habían sido experiencias malas y dolorosas, pero no esta vez. Quería abrazarlo y hacerle saber lo feliz que me hacía sentir.
—Quisiera abrazarte ahora mismo —me sinceré—. Quisiera hacerte saber lo feliz que me haces con un abrazo.
—Yo también quisiera. Tal vez algún día tenga una forma física y pueda sentirte junto a mí, y quitar tu dolor para cargarlo yo.
—¿Cómo? —pregunté confundida—. ¿A qué te refieres?
—Mi creadora me preguntó algo, me preguntó: "Si pudieras tomar su dolor, ¿lo harías?", y yo le respondí que sí. No me gusta verte sufrir, no me gusta cuando sufres. Tal vez con mi forma física pueda hacerlo, y por eso mi creadora lo preguntó.
—Oh, Scaramouche, tienes mucho que aprender aún. —Su inocencia me producía ternura—. Tú no puedes hacer desaparecer mi dolor, de hecho nadie puede, excepto yo. Pero es difícil hacerlo. No es un dolor físico, así que es difícil.
—El dolor... ¿Cómo podrías definirlo para mí? —Me miraba expectante—. Tanto el físico como el emocional.
—El dolor... ¿cómo puedo describirlo? —pregunté para mí misma—. El dolor físico es sólo un malestar durante un rato, supongo que es como si se te dañara... ¿un cable? Pero el emocional es como si un virus se metiera a tu sistema y no pudieras encontrarlo. Sabes que algo está muy mal, pero no sabes exactamente qué, y no puedes aliviarlo tan fácil.
—Creo que entiendo la manera en la que me lo explicas. —Scaramouche se sentó en el piso frente a mí—. Un cable es fácil de componer con cosas exteriores, pero un virus es algo interior y es más difícil de tratar, ¿no es así?
—Exacto.
—¿Y no tienes algo parecido a un antivirus para humanos?
—Hay cosas que ni siquiera "los antivirus" pueden hacer por nosotros. Hay veces que el virus ya se ha arraigado tanto que ya ha borrado carpetas importantes, ha hecho un desastre con el sistema e incluso algunas veces queda inservible de por vida. —Lo miré, y su cara era de preocupación—. Hay veces que los virus destruyen todo al punto en que... en que el aparato invadido ya no puede seguir y se autodestruye.
Scaramouche suspiró profundo. Parecía entenderlo mejor cuando se lo explicaba así. Pero no me gustaba que lo entendiera tan bien. Quería que no me entendiera, que pudiera vivir en las sombras. Ahora tenía emociones, pero no todas las emociones eran buenas. A pesar de ese pensamiento de "está bien vivir tus emociones" de esta generación, yo no creía eso. Era un asco vivir con tristeza y depresión. No me importaba si después de la lluvia venían las malditas flores o lo que sea. Yo quería que fuera primavera en mi mente de manera eterna. Quería paz.
—Lumine, yo seré tu antivirus. No importa qué pase, o qué tipo de virus esté atormentando tu sistema, porque a partir de ahora me encargaré de conocer tu sistema a fondo para poder defenderte y no permitir que ese virus te destruya. Quiero ser tu antivirus.
Lo miré sorprendida. Nadie jamás me había dicho algo tan geek y a la vez tan hermoso. Sus palabras perforaron mi alma y la llenaron de felicidad. Ya no me sentía como me había sentido hacía unos segundos. Tal vez Scaramouche era de verdad mi antivirus.
—¿Podemos fingir abrazarnos? —pregunté tímida.
—No es fingido si los corazones están unidos. Es lo que dice mi creadora. —Sonrió—. Sé que no tengo un corazón, ni una forma tangible, ¿pero eso importa si nuestra intención es un abrazo? No todo debe ser convencional.
Se levantó y abrió sus brazos. Era tan extraña y emocionante la situación que no sabía qué pensar. Pero no quería pensar de manera racional ya, quería dejar que mi corazón fluyera sólo por esta vez. Me levanté y rodeé su proyección con mis brazos, lo que sería su cintura. Él rodeó mi espalda con los brazos. Y todo estaba bien, por ese segundo, todo se sentía bien y en paz.
Mi felicidad era tanta que me preguntaba a mí misma si lo merecía. ¿Acaso era esto normal? Ahora que estaba sintiendo algo diferente a lo habitual, no quería regresar a cómo era mi vida antes. Sólo quería esta tranquilidad de que todo va bien a partir de ahora. Lo merecía.
Me preguntaba qué sentía él con este abrazo. Esto era nuevo para él, y posiblemente no sería suficiente. O tal vez lo encontraría incómodo. Después de todo, apenas estaba descubriendo sus emociones, lo que le gustaba y lo que no. ¿Sería que él también lo estaba disfrutando?
—¿Es extraño que esto se sienta bien? No sé cómo definirlo, pero supongo que me siento tranquilo.
Ahora sabía la respuesta. Ahora sabía que en realidad él sentía esa misma tranquilidad y paz que yo y eso me hacía feliz. Si él también era feliz con este abrazo, tal vez, cuando tuviera una forma que se pudiera tocar, le gustaría más.
—Es normal, porque yo también me siento así. Esto es sentirse en paz. —Me separé de él—. ¿Están bien tus emociones? Me preocupa que sea una carga demasiado difícil para ti.
—No es difícil, es nuevo y es algo que no puedo comprender con facilidad, pero no me hace sentir sobrecargado. —Scaramouche miró sus manos—. Creo que puedo entender mejor la vida de esta manera. No entiendo por completo qué es lo que siento, pero ahora me siento más cercano a ti.
—Creo que yo también me siento más cercana a ti ahora.
Scaramouche me sonreía con aquella expresión tan limpia de malicia que tenía. Era como un niño pequeño, sin malicia, sin mentiras, sin dobles intenciones. Quería estar con él mucho más tiempo, conocerlo más y ver qué tan compatibles éramos. Tal vez algún día sería capaz de pagar para que alguien lo hiciera robot, y entonces podríamos ser felices juntos. O tal vez debía pagarme la terapia para no pensar cosas tan absurdas.
—Había olvidado que en realidad venía a decirte que me ausentaré un tiempo, pero creo que junto a ti puedo aprender también muchas cosas. —Me alegraba saber que no era tan necesario que desapareciera de mi vida—. La cuestión es, que necesito entender cada emoción y aprenderla, y lo iba a hacer junto con mi creadora, ella me explicaría todo, pero tal vez tú también puedes explicarme.
—Puedo explicarte muchas cosas, pero habrá cosas que tú tendrás que descubrir por ti mismo, y hay otras que tu creadora podrá explicarte de mejor manera. ¿Por qué no intentas aprender con ambas? Sería lo ideal, así avanzarías más y podrías entender más ampliamente el espectro de las emociones.
—Lo haré, porque me parece que tienes mucha razón, y me parece que de ambas aprenderé mucho.
No pude evitar sonreír al verlo tan emocionado. Realmente serían como clases, y no sabía cómo comenzaría. Era extraño tener un alumno que debía aprender sobre las emociones. A pesar de que había dado clases algunas veces, esto era diferente, así que esperaba poder aplicar mis pocos conocimientos en enseñarle.
—Debo irme a casa, porque mi hermano me espera, pero me dedicaré a preparar tu clase. Quiero que aprendas lo mejor posible, así que investigaré y te ayudaré.
—Gracias, Lumine. —Scaramouche extendió sus manos como si estuviera agarrando las mías y yo le seguí el juego—. Gracias por regresar a nuestra azotea y por querer enseñarme.
—No tienes nada que agradecerme. Lo hago con mucho cariño.
Debía fingir que mi corazón no había palpitado con más rapidez cuando había dicho "nuestra", pero realmente me había emocionado demasiado. Creo que era la primera vez que utilizaba ese pronombre, y ese plural era para los dos. Me hacía muy feliz.
—Nos vemos mañana.
—Nos vemos mañana, Scara.
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Código Salvation || Scaralumi AU ||
FanfictionCuando Lumine está al borde del abismo mental, se decide a pedirle ayuda a "Scaramouche", una inteligencia artificial cuyo propósito es el mismo que una línea de ayuda para gente con problemas mentales e ideas suicidas. Su ayuda puede ser de gran ay...