FROST «thena»

V

F A M I L Y

"¡el que no canta es un desviante!"

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Como solían estarlo tantos años antes, se sentaron en la mesa de la casa de Gilgamesh y Thena para almorzar. Ikaris, Frost y Sprite estaba de un lado, con sus característicos y amargados humores, mientras que del otro estaban Kingo, Karum y Sersi. Los dueños de la casa se colocaban en los extremos, con el cocinero orgulloso de las caras satisfechas que hacían todos al probar su comida.

—Entonces, ¿esto es lo que comen todos los días? —preguntó Sersi, pasándole a Frost las papas. 

—Todos los días —asintió Gil.

—Siéntate bien —regañó Frost a Ikaris, que comía encorvado pero inmediatamente obedeció. 

—Esto es un trío de vino, cerveza e hidromiel —Gilgamesh le puso la bebida en medio a Kingo y Karum, quienes estaban pendientes de la seria mirada que les daba Thena. 

—¿Ella debería estar bebiendo? —preguntó, alarmado, el eterno. Frost llegó a escuchar que el de ella no tenía alcohol, lo que la hizo sonreír con ternura. Sin duda ella no hubiera sido capaz de cuidarla de esa manera. 

—Te di lo mismo, Sprite —bromeó, y comenzó a reírse a carcajadas. Mientras continuaba hablando su ropa se transformaba —. Estaba bromeando. El tuyo es un brebaje secreto que me enseñó Odín como agradecimiento luego de que lo ayudaramos a vencer al ejército de Laufey en Tonsberg —ahora estaba vestido como un bebé gigante, con babero y gorra incluido.

—Karum, estos son los momentos que debes filmar —dijo Frost, estallando de risa junto a Kingo e Ikaris.

—Eres muy madura, ¿podrías decirle que se detenga? —Gil la miró a Frost con seriedad.

—No me mires a mí. Ella ya es una adulta —en cuanto dijo eso la miró y alzó los brazos con inocencia —¡Oye, dije que eras adulta!

Pronto comenzaron a hablar de Thor, Iron man, el Capitán Rogers y los Vengadores. Temas en los que no deberían entrometerse si seguían las órdenes de Ajak, ¿pero qué más daba? Ya no estaba. 

—Ajak ni siquiera te eligió para dirigirnos —dijo Gilgamesh a Ikaris cuando pensó en la idea de dirigir a los Vengadores.

—Ese fue un golpe muy bajo —opinaron todos, riéndose.

—Oye, tú no te rías, a ti tampoco te eligió —le dijo Ikaris, burlándose.

—Sin duda lo hubiera hecho mejor tú —se defendió Frost, fingiendo estar ofendida por su comentario —. Yo debía estar después de Sersi. Me seguían los demás, Karum, mi vecina Anya, mi estudiante Anatoly, y recién entonces estabas tú como opción. 

—¿A dónde vas?

—A tomar un poco de aire —respondió Sersi después de que su ex le preguntara. No iba a hacerlo, todos lo sabían, pero le daban su espacio. 

—Esto es de verdad muy bueno, Gil —dijo Kingo, dejando el fondo vacío de su jarra —. Podría venderlo. Ponerle mi cara, vender algunas unidades. Frosty, de verdad deberías probar esto. 

—Realmente, prefiero que no —respondió con una sonrisa. Estaba familiarizada con el proceso de elaboración de aquello a lo que Kingo era tan fanático, por lo que gozaba con verlo disfrutarla —. Por cierto, Gil, ¿cómo es que haces esa bebida?

—Bueno, F, yo mismo mastico cada grano y lo fermento con mi saliva.

Todos comenzaron a reírse, menos Ikaris que pensaba levantarse para ir con Sersi, pero Frost lo detuvo. Le dijo que no con la cabeza y continuó en la conversación. La había notado diferente desde el momento en que hablaron sobre quiénes deberían dirigirlos, y con razón, sin duda lo último que habría pensado era que Ajak la elegiría a ella.