FROST «thena»

VIII

T H E  D O M O

"deberías ir a un terapeuta estelar o celestial, como sea"

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Con la noche cayendo detrás suyo, Ikaris, Sersi y Frost se bajaron del Uber que habían pedido en el aeropuerto para llegar a la casa de Phastos. Allí, se encontraron al esposo del inventor jugando fútbol americano con una pequeña versión de sí mismo, evidentemente el hijo de la pareja. Mientras tanto, Phastos los miraba sonriente desde el interior de la cochera, arreglando una bicicleta lo demasiado pequeña para él, por lo que debía ser de su hijo. 

A Frost le apenaba tener que sacarlo de ese hermoso y sano ambiente familiar que ninguno de los demás había sido capaz de formar. Pero los necesitaban a todos. 

—Hola —dijo Sersi, tan conmovida por la escena que no podía evitar sonreír. 

—Hola, ¿podemos ayudarlos? —preguntó amablemente el esposo de Phastos, para pronto regresar al juego con su hijo.

—Oye, Jack. Ben —lo llamó el inventor, saliendo de la cochera con una expresión incómoda. Sin duda no los quería ahí —. Hola, chicos —los saludó con una sonrisa forzada —. Ellos son mis amigos de la universidad —y aunque su Ben no parecía creerle, él continuó, haciéndoles caras como si quisiera que se fueran —. Ellas son Sylvia, Elsa e Isaac... Sí, él es Isaac.

—Isaac —afirmó Ikaris, sorprendido por el nombre que le había elegido —. Elsa y Sylvia. 

—Maldición, ¿tenía que ser Elsa?

—Papá, ese es Superman —los interrumpió el niño, señalando a Ikaris con una sonrisa.

—No, ese no es Superman.

—¡Sí, lo es! Lo ví en televisión el otro día. Estaba en Londres, peleando contra un monstruo —alzó sus manos como si pudiera ejemplificar lo que Ikaris hacía —. Tú tenías una capa y disparabas rayos láser por los ojos. 

 —¿Por qué todos siempre tienen que ser fans de Ikaris? —preguntó Frost a Sersi en un susurro. La castaña sólo se encogió de hombros divertida. 

—Yo no uso capa —dijo Ikaris, intentando bromear con un niño por primera vez en años, pero Phastos lo miró reprochante.

—Bueno, deberíamos entrar, ¿no? —sugirió Ben, aún amable, mientras tomaba a su hijo de la mano.

—¿Puedo llamarte Clark? ¿Así te llamas ahora? —le preguntó provocativamente Phastos a Ikaris, tan sólo causando una sonrisa en el rostro de este —. Porque...

—Me llamaste cosas peores. 

—Oye, yo te amo, pero Elsa, ¿de verdad, acaso no tienes imaginación? —Frost lo miró con seriedad antes de reírse y abrazarlo —. Es lindo verte. 

—A ti también. 

—Estoy orgullosa, no creí que uno de nosotros fuera a formar una familia. 

Cuando entraron, decidieron que lo mejor era decirle todo lo más pronto posible, Sersi se encargó de eso, sin embargo, Phastos anunció a su hijo que ya era hora de ir a la cama y que tenía que cepillarse los dientes, sin hacer caso a lo que le dijeron. Ben, que tenía que terminar unos trabajos, les ofreció algo de beber a lo que ellos se negaron y luego se retiró a su oficina. Entonces, los tres Eternos se asomaron por el arco de un pasillo que conducía hasta el baño, allí vieron a Phastos asegurándose de que la higiene bucal de su hijo fuera hecha correctamente. 

Le enseñaba a hacerlo con tanta dulzura que ninguno de los tres no podía evitar no quedarse viendo conmovido. Hasta que Phastos se giró en su dirección, viéndolos mirando detenidamente. Esto los alertó y decidieron alejarse, fingiendo que estaban haciendo otra cosa con despreocupación. Sersi iba a sentarse en la mesa viendo un libro para pintar de Star Wars, pero Ikaris se lo arrebató y se sentó. Frost, desesperada, se puso detrás de ella y comenzó a hacerle masajes en los hombros.