🍁Hurricane XXXII🍁

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Sus ojos miel resaltaban su color bajo las luces amarillas. Tomó mi mano y su pequeño gesto me hizo perder el control de mis pensamientos. Sonrió triste de lado mientras sus pulmones se llenaban de aire.

──Se que estás ocultándome cosas, Tamara, sé que no me amas, al menos no como lo amaste a él y lo entiendo, solo dilo, sé que me necesitas y estoy aquí para ti, aunque eso signifique que te deje romper mi corazón, es mi decisión dejarlo en tus manos 

Entreabrí los labios dejando salir el aire, entre ellos sus palabras arrasaron como un huracán en mi interior. Sentía la presión sobre mí haciendo que me doliera la cabeza.

Tragué el nudo en mi garganta y tomé la decisión.

──Vamos a por Dexter, vamos a cazarlo y si el precio son nuestros corazones, vamos a romperlos. El mío nunca va a volver a estar completo

Tomo mi mano y con su mano libre acaricio mi mentón y lo levanto suavemente para que nuestros ojos se encontraran.

──Yo seré la pieza que complete el rompecabezas «Mía» 

──¿Mía? 

Sonrió.

──Fuiste, Aria, escondite a Tamara, pero esta noche, esta noche, eres Mía

Usó un tono sugerente: él deseaba tanto como yo escapar del mundo. Esta era una decisión de la cual me arrepentiría, pero que más da un error más. Ambos pagamos la cena y corrimos libres al viento por las vacías calles en aquella noche estrellada dejamos a nuestros cuerpos hablar lo guie hasta un viejo roble que yacía al lado de un lago al que solía venir de pequeña era mi lugar especial nadie más había pisado este mágico rincón nadie hasta esta noche pegó su cuerpo contra el mío y me atrapó entre el tronco de aquel árbol que nos escondía y nos abrazaba sus manos veloces sé deshicieron de mi ropa y el frío erizo cada bello de mi piel, pero su tacto caliente pronto lo reemplazo por la sensación ardiente que encendía algo que creí apagado en mi interior me sentía de nuevo como una adolescente enrolle mis manos en su cabello tirando de él para profundizar el beso sus deseosos dedos llegaron al elástico de mis bragas.

──Espero que no las vayas a extrañar

Susurró coqueto en mi oreja, sus besos húmedos recorrían mi cuello. No entendí a lo que se refería hasta que de un tirón arranco mis bragas y sin apartar su boca de la mía las guardo en su saco podía ver la luna reflejándose sobre el lago el agua cristalina nos recibió las gotas de agua resplandecían sobre su pecho perfectamente tonificado por la luz de la luna entre besos y caricias la noche paso definitivamente algo cambio y estaba contenta por ello sus brazos me enrollaron dejándome casi sin aliento me tenía apresada a su cuerpo sentía su miedo me di la vuelta para tenerlo frente a mí le di un casto beso en los labios para asegurarle que no me iría a ninguna parte esta noche era suya.

Los huracanes arrasan con todo a su paso. Esta noche lo hizo, mañana nos esforzaríamos para recoger todos los destrozos que causó, pero esta noche no.

El día había llegado, pero no me sentía preparada para el mundo real no cuando tenía a Nathan tan cerca de mí demostrándome que tenía razón él había completado mi corazón los pedazos rotos no pueden reconstruirse, pero él no tenía planeado hacerlo Nathan iba a destruirme como un Huracán y estaba dispuesta a ser destruida.

Seguía completamente dormido, cogí el móvil, ya debíamos regresar. Todos deben estar preocupados por mí, no llegue a la casa, anoche ni llame para avisar.

Cinco minutos después decidí escribirle a Sofía y contarle parte de lo que había pasado con Nathan. Anoche le tomé una foto mientras dormía y se la envié. Mientras guardaba el móvil lo sentí removerse me acerco a él y sentía su corazón latir acelerado en mi espalda sus suaves labios acariciaron mi nuca regando besos hasta llegar a mi espalda descubierta las cosquillas recorrieron todo mi cuerpo su mano aparto el cabello de mi rostro y noto el ligero rubor que se extendía en mis mejillas ante su tacto deseaba más cada vez que me tocaba las palabras de la noche anterior se repetían como una grabadora en mi cabeza.

Esta noche eres mía. Esta noche eres Mía. Esta noche eres Mía. 

──¿En qué piensas? 

Su voz ronca me hizo un nudo en la garganta. Este hombre comenzaba a volver locas a mis hormonas.

──En la noche mágica que vivimos anoche

Seguía dándole la espalda con la mirada fija en las raíces de aquel frondoso árbol.

──Tamara, lo que dije es cierto, estoy dispuesto a caer por ti, estoy dispuesto a romperme 

Giré mi cuerpo y él no dudó en recibirme con un abrazo, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello. Lo sentía tan desprotegido, tan vulnerable, sus músculos se contraían ante el tacto de mis manos acariciando su espalda.

──Voy a destruirte, Nathan, pero yo también voy a romperme por ti. Anoche fui tuya y en este momento lo sigo siendo. Hazme el amor de nuevo, quiero ser tuya para siempre 

No reconocía a esta mujer tan valiente dispuesta a saltar del avión sin paracaídas, solo sabía una cosa.

Caería por él y él se rompería por mí. En este juego no habría ganadores.

Esa fue la promesa que nos hicimos debajo de aquel roble escondido del mundo, solo él y yo habíamos convertido aquel lugar en nuestro escape.

De la mano volvimos a la mansión Sofía ya nos esperaba así que no se sorprendió al vernos cogidos de las manos sus ojos brillaban en respuesta estaba contenta de que Nathan y yo estuviéramos juntos lo único que no sabía era que esto ya no era una mentira ni un juego esto era el comienzo de una nueva vida.

Estaba renaciendo, era hora de dejar el pasado en su lugar y la basura en el contenedor.

Leandro estaba serio, sentado en el sillón, sabía que lo estaba pasando mal, la oscuridad en sus ojos sabía a reclamo.

Contigo Sí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora