🍁 Revelaciones XI🍁

92 19 0
                                    

Rememoré mi pasado, hurgue hasta el rincón más oscuro en mi memoria, a todas las personas que creí mi familia, cada uno de ellos me había traicionado, ahora sentía todo tan falso, me asqueaba solo imaginar aquella escena, nunca conocí sus verdaderas intenciones su ambición los cegó a todos. El dinero es una enfermedad, vuelve a las personas zombies de sus deseos pintados de oro, todo me asfixiaba, sentí las manos de alguien en mi espalda sosteniéndome para que no cayera.

──Sacame de aquí

Pedí con la cabeza vuelta una noria.

──¿Estás mejor? Te ves pálida quizá debamos ir al doctor

──No, no quiero un doctor, quiero que toda esta basura sea solo una pesadilla, no quiero creer que mi mundo a estado compuesto de mentiras asquerosas, no quiero creer que mi mejor amiga sea una cualquiera

Nathan no sabía qué decir antes, mis lloriqueos y balbuceos poco entendibles hablaba entre dientes y los apreté fuerte tratando de suavizar mi coraje, mi frustración con tantas verdades que me han lanzado a la cara sin ningún tipo de protección.

──No sé qué es lo que te ha pasado y te ha puesto así, pero aquí tienes un hombro donde llorar cuando lo necesites, sin preguntas, sin reproches

Eso me hizo llorar mucho más, estoy segura de que podría estar en cualquier lugar mejor que una mujer y su mar de lágrimas.

──Lo siento tú no tienes por qué aguantar esto, seguramente tienes cosas más importantes que hacer

Tomo mi mano y le dio un suave pero reconfortante apretón.

──Que sepas que estoy para ti y que cuentas con todo mi apoyo es lo único que me importa, te parece si te llevo a mi apartamento para que puedas recostarte un rato, nadie te buscaría ahí

──Si, gracias

Llegamos a su casa, el apartamento era pequeño con solo lo justo y necesario a pesar del poco espacio destilaba calidez de hogar, me señalo la habitación y él se quedó en la cocina preparándome un té para que pudiese calmarme, me recosté en la cama dejando que mis mejillas volvieran a mojarse con mis lágrimas las sábanas olían a él y por alguna razón me hacía sentir bien.

Poco a poco fui quedándome dormida, pero la tormenta que caí sobre mi cabeza me siguió todo el tiempo que dormí sentí un bulto a mi lado cuando desperté Nathan estaba recostado a mi lado, pero dejando espacio entre nosotros están respetuoso que se gana mi cariño con todos estos detalles el reloj sobre la mesilla me hizo saltar de la cama eran más ocho de la noche seguramente Anderson está vuelto loco me fui de la oficina desde la tarde y no regrese no quise darle más molestias al pobre de Nathan antes de irme le dejé una nota.

~Gracias por lo de hoy~

Llame un taxi que me recogió veinte minutos después, debería comprarme un auto, lo apunte en mi libreta para que no se me olvidará, llegué al apartamento, pase la tarjeta y abrí la puerta, la sala estaba desolada, pero había luz en la cocina Anderson estaba de espaldas aparentemente cocinando algo no llevaba camisa sus músculos se contraían cuando revolvía la comida.

──Te desapareciste todo el día ¿Dónde estuviste?

──Resolviendo unos asuntos, nada que ver con la oficina, son cosas personales

Avance dejando la bolsa sobre la isla.

──Estuve llamándote necesitaba que firmaras unos documentos

──Se me acabó la pila

──A ok

Su indiferencia era cortante y densa, por qué se pone así quise confrontarlo, pero sería ridículo, no somos nada. Salí de ahí y me encerré en mi habitación, tome una larga ducha y me tire en la cama, busque el celular por todas partes, no lo encontraba, recordé que estaba en mi bolso y lo había dejado abajo.

Anderson ya no se encontraba ahí, cogí mi bolso y saque el celular, había un mensaje.

Número desconocido: hola, :( soy Nathan, espero no haberte causado problemas con el jefe, te llamé porque quería saber si estabas bien, te fuiste sin despedirte

Aria: ¿Por qué tendría problemas con Anderson?

Me respondió al instante resulta que había llamado y Anderson lo cogió según Nathan estaba cabreadísimo, le desee buena noche y salí echa una furia.

──Con qué derecho coges mi teléfono, dejaste de ser el presidente del corporativo y ahora te dedicas a contestar llamadas

El hombre me veía incrédulo, creyó que Nathan se quedaría callado por miedo, casi se atraganta con la comida, pero me valió tres hectáreas de mierda, Anderson no podía irrumpir en mi privacidad si quiero seguir manteniendo mi secreto debo dejarle clara la línea de hasta donde puede llegar o acabará descubriéndome en cuestión de tiempo.

──Estaba sonando vi que no tenía nombre pensé que se habrían equivocado por eso lo cogí

Que excusa más barata.

──De cualquier manera te exijo que respetes mi privacidad o tendré que regresar a mi apartamento antes de lo previsto

Intento levantarse de la cama para ir detrás de mí, pero se le cayó la cena encima, sentía mucha culpa, pero seguí mi camino y cerré la puerta con pestillo para evitar que entrara.


Contigo Sí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora