🍁¿Como vivir sin ti? XXIII🍁

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Terminé de arreglarme y bajé por las escaleras, llamé a Anderson para avisarle que ya podíamos irnos a la oficina, pero no estaba en el apartamento. ¿Dónde se habrá metido? Le esperé unos minutos, pero en mi pecho se instaló una sensación, un sentimiento no dejaba de pensar en Anderson, le llamé, pero el móvil lo había dejado en la mesa del comedor, baje y en la recepción me dijeron que había salido también me enteré de que había preguntado quién había entregado al edificio esto no me gustaba para nada algo estaba mal.

Marque a la oficina, pero nadie me supo dar razón de él, no podía con la angustia cogí mi bolso y llamé al único amigo en el que podía confiar.

Nathan no tardó en aparecer me vio tan mal que se apresuró a envolverme en sus brazos le conté lo que pasaba y se ofreció a llevarme a recorrer las calles para ver si lo veíamos le llamé a la secretaria de Anderson para que me diera el número de su mejor amigo no estaba con él mientras ponía lo ponía al tanto de la situación Nathan se detuvo y cogió mi mano con fuerza alce la mirada hacia él y me señalo con la cabeza al voltear ahogue un grito me trague todos los malos pensamientos y bajamos del auto Nathan se apresuró a preguntarle a los policías que había sucedido y camino hasta mí con una expresión indescifrable.

──Antes de cualquier cosa tienes que ser fuerte ── le miré sin entender, me dio un pedazo de plástico quemado, no del todo. Había una parte visible, tenía una fotografía, era la identificación de Anderson, las piernas dejaron de sostenerme y caí al suelo sin reparo ──lo siento, está muerto

Un pitido ensordeció mis oídos; no me salían las palabras, mis mejillas parecían una cascada formada por el manantial en el que se habían convertido mis ojos.

──No, no, no, por favor, dime qué no es verdad. Anderson no puede estar muerto Nathan Dime, por favor, qué es mentira, que escuchaste mal, por favor, dime, qué no es él, dímelo, no, no, es mentira. 

La voz apenas salía de mi garganta. Nathan intentaba calmarme, me sostenía sin soltarme, evitando que me lastimara.

──Lo siento, pero los oficiales están casi seguros de que está muerto

El alma me volvió al cuerpo al escuchar aquello.

──Casi seguros

Nathan seguía con su mala cara.

──Es imposible que se haya salvado, los cuerpos están irreconocibles. Se hicieron cenizas, el taxi explotó, tienen que hacerle pruebas para confirmar que se trata de él, pero todo parece apuntar que si es si no, ¿Por qué estaría esto ahí? 

Mientras no existiera un papel que me confirme que el amor de mi vida está muerto no voy a creer; en lo contrario, voy a aferrarme a ese pequeño ápice de esperanza.

Llamé a Franko para darle la noticia y fue una de las cosas más horribles que he hecho en mi vida. No tardó en llegar con nosotros, estaba igual de desesperado que yo.

──¡Maldita sea! ── gritó con las lágrimas, a punto de salir, golpeó la cajuela del auto de Nathan ── no puede estar muerto

──Oye, amigo tranquilo

──¿Cómo? Me pides que me tranquilice si mi mejor amigo, mi hermano, está muerto y vuelto cenizas 

Cogí a Franko del brazo y lo abracé, no lo conocía en persona hasta hoy. Era castaño más alto que Anderson por solo unos centímetros, sus ojos eran verdes y tenía un lunar cerca de los labios, solo nosotros podíamos sentir realmente el dolor de perderlo.

──No puede estar muerto ayúdame a demostrarlo 

Rogué, a sabiendas de que pedía un imposible, me apartó un poco y me dio un suave apretón en el hombro antes de ir a hablar con los policías.

No tenía cabeza para nada ni siquiera para la empresa, por eso le pedí a Nathan que volviera y se hiciera cargo de cualquier cosa que se ofreciera, aunque sabía que no sería así hace unos años Wretertblack era la mayor casa productora de bebidas energéticas en el mercado, pero con los robos Dexter y la mala reputación se vino en picada nadie quiere hacer contratos con nosotros.

La ansiedad se estaba por consumirme, ¿Por qué Franko tardaba tanto? Por fin lo vi aparecer entre los policías.

──Ya terminaron de recoger los cuerpos, los van a llevar al laboratorio para hacerles las pruebas de ADN

──¿Pruebas de ADN? Pero él no tiene familia viva

──En ocasiones como esta, se toma una muestra post mórtem del sujeto fallecido como su madre o su padre y así comprobar que se trata de Anderson. Esto durará varias horas, yo voy a estar durante todo el proceso 

──¿Puedo ir contigo?

Se rascó la nuca indeciso, pero pareció entender que no me iba a rendir si él me decía que no encontraría la forma de ir sola.

──Si es lo que quieres. 

El camino hacia el laboratorio estaba siendo muy tardado y el silencio empezaba a resultar cortante.

──¿Hace cuánto conoces a Anderson?

Indague, intentando hacer más llevadero este momento tan desgarrador.

──Desde niños nuestras familias se hicieron muy amigos y aunque al principio Anderson era muy clasista y me veía como una masofia con el tiempo que pasábamos en la escuela y en su casa nos hicimos amigos éramos inseparables y hacíamos las peores travesuras de la historia estuve en todos sus momentos difíciles cuando murió Ellie cuando murieron sus padres cuando se quedó solo fueron sus peores momentos jamás alcance a contar cuánto me dolería su partida nunca lo había extrañado y siento que el pecho me quema por dentro los días de nuestra infancia me torturan ── su voz estaba rota igual que su corazón ──nunca tuve hermanos así que siempre lo vi como uno me dio trabajo joder si ayer me hubiesen dicho que hoy ya no estaría más le hubiese llenado de besos la cara al maldito 

Aquello me hizo reír un poco. Las historias que Franko me contaba del Anderson adolescente me hacían sentirlo tan cerca de mí que se me olvidó por un momento que ya no lo tendría más.

Contigo Sí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora