🍁Chantajes y Liberaciones XXI🍁

108 17 0
                                    

Dejé a Anderson solo en la habitación cuando conseguí que se quedará dormido. Busqué por los pasillos a alguna enfermera que pudiera decirme dónde estaba el dichoso consultorio del doctor Frederick, y muy amablemente se ofreció a llevarme.

──Estaba esperándola creí que volvería a escaparse con el paciente como la otra vez

Soltó con sarcasmo.

──¿Que es lo que quiere? Dinero ¿Cuánto cuesta su silencio?

No estaba de ánimos para soportar más amenazas.

──Esa voz me agrada ── cogió un pedazo de papel y escribió en el precio de su silencio ──esto es lo que cuesta quedarme callado

Deslizo el pedazo de papel sobre la mesa hasta mí. ¡Maldito aprovechado! Quería medio millón de dólares.

──Esto es ridículo, es mucho dinero

──Tú decides qué hacemos

No tenía más opciones, me había acorralado.

──Está bien, aquí tienes

Le di el cheque y liquidé la cuenta de Anderson, ya me lo podía llevar a casa.

──¿Estás bien? Has estado muy callada desde que salimos del hospital

──Solo estoy cansada

No me creyó, pero se limitó a no seguir preguntando, Anderson se recuperó en dos semanas, me hizo muchas preguntas sobre el porqué fue a dar al hospital, le inventé que había sido algo que comió durante el día, el cual lo intoxicó aparte de ello las cosas parecían estar saliendo mejor que nunca Dexter se había calmado y aunque aún no tenía pruebas en su contra no me iba a dar por vencida Nathan está rastreando todo sus movimientos en cualquier momento va a caer.

El tiempo que pasé con Anderson me sirvió para tomar la decisión de amarlo, de olvidarme de su error y darle la oportunidad a mi corazón de sanar, pero no podía vivir toda la vida dentro de la burbuja que había construido tarde o temprano, Aria debía morir.

──Tengo una sorpresa para ti

Susurró Anderson en mi oído mientras me subía a la mesa de mi oficina para follarme, deslizó su mano por debajo de mi falda y acarició el elástico de mis bragas. Su mano libre sostenía mi cuello para evitar que nuestros labios se separasen un instante. Me concentré en desabotonar a su playera mientras él se deshace de la mía de un tirón. Quedó en sostén mientras sus manos en mi sexo me roban gemidos, dejó caer la cabeza hacia atrás dándole acceso a mi cuello, dejó un reguero de besos húmedos que bajan hasta mis pechos, lame mis pezones endurecidos.

──Nos esperan en la sala de juntas

Le recuerdo, pero le da lo mismo. Está muy ocupado besando mi abdomen hasta llegar a mi sexo, mete dos dedos torturándome.

──Entonces debemos ser rápidos

Termina de desabrochar su pantalón y sus calzoncillos, coge un preservativo y se lo pone acerca la punta y la deja ir penetrándome.

──¡Oh! ¡Dios!

──Silencio, nena, me encanta que estés tan apretada

Cómo espera que me calle si me dice esas cosas guarras.

──Mmmm

Coloca un dedo sobre mis labios para callarme mientras me penetra más rápido hasta que acaba dentro. Tira el condón en el bote basura y termino de arreglar mi ropa antes de ir a la sala de juntas.

──Señores, soy el abogado del señor Dandelios él está interesado en comprar acciones de esta empresa, no le importa pagar lo que sea por ellas

Expreso sin tapujos.

──Dandelios no había escuchado de él jamás

Remarque dudando de la existencia del sujeto.

──Lo siento pero no estamos interesados

Sentenció Anderson con voz dura, al hombre no le quedó más que marcharse de la empresa.

El corporativo Milos no está en su mejor momento, y quién más que Dexter puede estar interesado en pagar por una empresa que está prácticamente en ruinas.

──Azucena cancela mis citas de hoy si me necesitas llámame al móvil no voy a estar en todo el día por aquí

──Se va con el señor Milos

──Si estamos saliendo

No podía con la cara de sorpresa de Azucena.

Anderson apareció y me llevó hasta su coche un Audi negro, uno de sus favoritos. Antes de partir, me colocó una venda en los ojos.

──¿Dónde me llevarás esta vez?

Indague.

──A un lugar que estoy seguro te va a encantar

Aparcamos en un restaurante italiano, y un camarero nos llevó a nuestra mesa.

──En un momento les traen su comida

──Pero si aún no hemos ordenado nada

El camarero le dio una mirada cómplice a Anderson, entonces lo capte; esto era parte de su sorpresa.

La comida llegó, era una pizza extragrande, dedos de queso y una rosa sobre ella. Esta tenía algo amarrado en el tallo con un listón rojo.

──A veces no se trata de cuánto tiempo ha pasado desde que conociste a una persona te adoro y quiero ser la persona con la despiertes todos los días y ser el nombre que grites todas las noches, tengo tanta suerte de haberme cruzado contigo no quiero perderte entonces te ofrezco un trato pasa el resto de tu vida a mi lado

No pude evitar no derramar una lágrima mientras le escuchaba recitar aquellas palabras. Había una gran tormenta en mi interior; sin embargo, ya tenía una respuesta.

──¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Mil veces si

Se levantó y se arrodilló ante mí, extendí la mano y colocó el anillo, le miré a los ojos y lo besé sincera y lista para comenzar a pensar en la forma de romper todas mis mentiras.

──La pizza se enfría

──Entonces comamos, pero que quede claro que por el resto de la noche no se va a escapar de mi señorita Lennon. Voy a hacerte gritar mi nombre toda la noche

Susurró eso último, mis mejillas se incendiaron con solo escuchar aquello.

──¿Tan seguro estabas de que iba a aceptar?

Indague, creí que dejaría el tema después de cómo lo rechacé la otra noche.

──Eres la primera mujer que deje entrar en mi corazón después de Ellie. Por ti estoy dispuesto a arriesgarme a ser herido. Fue difícil enfrentar mi pasado después de lo que sucedió. Gracias a ti, siento que vuelvo a hacer el Anderson, que creí que había muerto

Contigo Sí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora