cap 9: Tengo miedo.

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Pasaron un par de horas desde que llegué a la del señor Masacrik, el me puso algunas reglas las cuales tengo que cumplir al pie de la letra.
* Tener la casa ordenada.
* No salir de casa a menos de que él esté.
* Pedir permiso para absolutamente todo.
* No contestar el teléfono de casa.
* No abrirle la puerta a nadie.
* No entrar a las demás habitaciones y menos a la de él.
* Obedecerle en todo.

Esta última me la dejo muy en claro, cuando me lo dijo su rostro era serio y su mirada era penetrante, escalofríos recorrieron mi cuerpo otra vez tan solo de volver a pensar en ese momento.

Llegó la noche y yo me encontraba en la habitación, estaba muy nerviosa, ¿Cómo iba a dormir? Tenía mucha pena de tan solo pensar que si dormía tendrai una pesadilla y gritaría del miedo, quizás también moleste al señor Masacrik y ya no me querrá en su casa y me hechara como sí de un perro se tratara y yo me pondré muy triste... Y... Y...

T/N: Ay, no quiero dormir... N-no debo dormir...

Me senté en el suelo a un lado de la cama y me arrecargue en ella, me quedé pensando por unos minutos en qué es lo que haría, no quería molestar al señor Masacrik con mis "estupideces" así que preferí callarme y no decir nada, simplemente me quedaría despierta para que no sucediera nada el cual le llegue a molestar.

Pasaron unos minutos y yo estaba en la ventana, estaba viendo hacia fuera, los pinos llenos de nieve, el cielo oscuro y nublado, sentía tranquilidad pero también tenía frío, en la habitación no había calefacción por lo que estaba helada, no me quedaría de nada ya que después de todo yo estaba ahí de arrimada, con tener una habitación propia y privacidad era más que suficiente. Seguía mirando por la ventana y perdidq en mis pensamientos pero estos fueron interrumpidos por una fría mano en mi hombro, me asusté y solté un pequeño grito.

Masacrik: no hay necesidad de gritar, solo vine a traerte esto.

Masacrik dejo algunas prendas en la cama, era algo grandes... De hecho muy grandes para mí, solo eran camisas y abrigos.

Masacrik: Esto es lo más pequeño que encontré en mi armario, puedes usarlos como vestidos o como más te plazca... También hay unas pantis para ti, ahórrate las preguntas.

Sin poder reaccionar Masacrik salió de la habitación cerrando la puerta a su paso. Camine hacia la cama y comencé a ver la ropa que el había puesto ahí, cuando tome la primera prenda comencé a recordar que yo había salido de mi casa con una mochila pero que la había olvidado en la banca del parque, ahí tenía mi dinero y mi ropa. está muy lejos y seguramente ya no estarán ahí... Abrace la ropa con fuerza y la puse en mi boca, grite pero como tenía la ropa en la boca mi grito se escucho ahogado.

T/N: Soy una tonta...

Agarre una suéter que el señor Masacrik puso ahí en la cama, camine hacia la ducha y me di un baño de aproxima 20 minutos, salí y espere un rato antes de irme a acostar, por lo previsto no dormí en toda la  noche, tenía miedo así que decidí mantenerme despierta.
Y así fue esa semana, no dormí nada por miedo a que las pesadillas volvieran. El señor Masacrik se la pasaba todo el día fuera de casa y llegaba hasta en la noche, eso de cierta manera me tranquilizaba ya que no me vería todos los días y no lo enfadaría mucho, aunque lo veía todas las noches, me traía un par de pastillas las cuales tenía que tomar, al principio pregunté pero el me dijo que me ahorrará las preguntas ya que no me respondería, lo deje así, no pregunté nada y me tomé cada pastilla que el traía. Había ratos en los que entraba a mi familia pero aún sentía mucho rencor hacia ellos por creerle a alguien más que no es su propia hija...

La semana sin dormir ya comenzaba a afectarme, estaba muy distraída, me asustaba por todo y ahora estaba empezando a ver alucinaciones por falta de sueño, era incómodo pero quería ver hasta cuanto aguantaba para que no Soñara nada, eso es lo que me había funcionado cuando aún no tomaba pastillas.

Pasemos al sábado, era de noche y estaba cenando junto al señor Masacrik, no habíamos intercambio palabras pero sentía como el me observaba, su rostro era serio y de disgusto por lo que eso me ponía más nerviosa, no entiendo el porque me veía así, me siento realmente incómoda...

Masacrik: Te espero en mi habitación, quiero que estés limpia así que bañate.

T/N: S-si, señor.

Terminamos la comida y lave todos los platos y cubiertos que ocupamos. Me dirigí a mi habitación y agarre un suéter que el me dio, en este caso escogí un suéter de rayas negras y azules, era lindo y agradaba. Me bañé, me puse el suéter y arregle mi pelo, después de cepillarlo, camine hacia fuera de mi habitación y camine a la del señor Masacrik con algo de nervios, no sabía que era lo que quería o para que me quería a mí.
Me encontré fuera de su habitación y toque la puerta, duro tan solo unos segundos para abrir y hacerme una seña para pasar algo que claramente yo hice.

Masacrik: acuéstate en la cama y tapate con las mantas.

T/N: E-esta bien...

Camine a la cama y me acosté tapandome con las mantas, el cerro la puerta otra vez y se dirigió a su escritorio, se sentó en la silla y comenzó a hacer algo, no le tome mucha importancia a ello, no quería meterme en problemas así que simplemente me quedé quieta ahí. Después una hora aproximadamente, Masacrik se paró de la silla y comenzó a apagar las luces, me quedé un poco extrañada ya que no sabía lo que iba a hacer, estaba a punto de pararme de la cama pero el señor Masacrik me detuvo.

Masacrik: Hoy vas a dormir conmigo, veo que últimamente no has dormido nada.

T/N: E-estoy bien, s-solo que no qui-

Masacrik: Te recuerdo que soy psicólogo y se cuando mientes y cuando no.

Masacrik se acostó en la cama y me tomo del brazo para así acercarme a él, mi cabeza quedó en su pecho, estaba rodeando mi pequeño cuerpo con sus grandes brazos, y por alguna razón se sentía bien... Me sentía cómoda y segura... Me sentía en confianza aunque aún estaba en alerta.

Masacrik: Buenas noches T/N.

T/N: Buenas noches, señor Masacrik.

Nos quedamos en silencio, el señor Masacrik ya tenía los ojos cerrados por lo que comprendí que el ya estaba dormido, yo lo tenía mucho que hacer así que me acomode un poco en su pecho y cerré mis ojos para dormir. En el momento en el que cerré los ojos sentí como una ola de sueño me comenzará a golpearme, poco tiempo después me quedé profundamente dormida, estaba segura⁶⁶ y protegida gracias al señor Masacrik...

La mascota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora