Un hombre extraño

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Hola, mi nombre es Ushka, no sé cuántos años tengo, ya he perdido la noción del tiempo.

-Hace muchos años atrás-

Mi nombre es T/N y tengo 13 años, vivo en Rusia. Yo era una niña no muy común, era muy tímida y no hablaba con casi nadie, solo con mi hermano mayor. Vivía con mis padres y con Basil, mi hermano mayor.
Todo iba normal, yo iba al colegio, tenía amigas, tenía una buena relación con mis padres, todo iba normal pero esto cambiaría después de un tiempo.

Un día común y corriente yo me desperté a las 5 de la mañana, me tomé una ducha y me puse ropa muy abrigada ya que estábamos en épocas en donde estábamos a -20° pero esto no era impedimento para ir a clases. En fin. Baje las escaleras de la casa hasta la cocina y me senté a desayunar con mis padres, en este tiempo ya se habían hecho las 7 de la mañana. Al terminar mi hermano y yo nos dirigimos corriendo al coche de nuestro padre ya que este nos llevaría al instituto.

Basil: T/N no corras, te vas a resva-
—Antes de que terminara la palabra yo ya me encontraba boca arriba en el suelo, me había caído.

Basil: ¡Pf! ¡Jajajajaja! Ven aquí, idiota.
—Me tomo de los brazos brazos y me paraba del suelo, se agachaba para estar a mi altura y comenzaba a sacudir la nieve de mi ropa y pelo.—

Basil: Ten más cuidado, sabes que no puedes correr en estos tiempos, el suelo es muy resbaladizo.

Cómo decirlo, mi hermano era una maravilla de persona, él tiene 18 años y está en su último año del instituto. Mi hermano era muy amable y responsable conmigo, me cuidaba, me protegía, me llenaba de cariño. Amaba a mi hermano (no se manera amorosa). Fuera de casa él era una persona amigable pero a veces seria, de su clase era el más inteligente, sacaba las mejores notas y era el presidente del consejo estudiantil. A pesar de todo el no tenía una novia, de hecho, decía que no le interesaba nada de eso que solo se concentraba en sus estudios.

Bueno. Nos subimos al coche de nuestro padres y poco tiempo después mi padre comenzó a conducir a nuestro instituto, el recorrido era silencioso como siempre, pero por algún motivo está hubo algo extraño. Mientras miraba por la ventana del coche miraba a algunas personas por la callé, pero mientras más avanzábamos el número de personas iba disminuyendo hasta que no había nadie en la calle excepto que había un hombre, su apariencia era algo "normal", lo que me llamo la atención era su pelo rojo intenso y sus ojos... ¿Rojos?... Espera ¿Rojos? Hice contacto visual con aquel hombre, sentí como si el tiempo se estuviera por un momento, en ese lapso de tiempo aquel hombre hizo una sonrisa el cual hizo que me helara la sangre de los pies hasta la cabeza. Cómo el carro seguía avanzando perdí de vista a aquel hombre, ya había quedado atrás. Miles de cosas pasaban por mi mente, estaba sobrepensando lo que había pasado hace unos momentos, me perdí completamente en mis pensamientos hasta que la voz de mi hermano me hizo entrar en razón  otra vez.

Basil: ¡T/N! Ya llegamos ¿Estás ahí?
— me daba un golpecito en la cabeza.

T/N: ¡Ah! ¿E-eh...? Ah S-si, y-ya voy.

En ese momento decidí no prestar mucha importancia, supongo que era algo normal. Mi día siguió como todos los demás, hice mis trabajos en clases, no tenía amigas así que en mis horas libres dibuje y por algún motivo decidí dibujar a quel hombre, remarcando su pelo rojizo y sus ojos color rojo, al recordarlo mi piel se erizo.

Ya era tarde, estaba en la puerta del instituto esperando a que mi hermano saliera, después de esperar unos minutos el salió y me sacudió la cabeza haciendo que valiera nuevamente de mis pensamientos.

Basil: Vamos T/N, vayamos a casa.

Nuestra madre estaba en el estacionamiento esperándonos, nos subimos al carro y nos dirigimos a casa, tenía la lijera sensación de que vería nuevamente al hombre pero no paso, no lo vi. Al llegar a casa todo transcurrio como siempre: llegué, me di un baño, comí, hice mis deberes y algo de aseó en la casa, pase tiempo con mi hermano, no volví a pensar en aquel hombre extraño.

Llegó la noche y yo ya me iba a acostar, me encontraba en la habitación de mi hermano, estábamos viendo una película, estábamos sentados en el sofá y yo tenía mi cabeza recargada en su hombro y el sueño me ganaba. Poco tiempo después caí en un sueño profundo.

En mi sueño me encontraba en una lugar, todo estaba completamente negro pero lo único que llamaba la atención era una gran puesta blanca la cual estaba a lo lejos,  camine hacia ella pero de repente sentí como me agarraban los puesz mire hacia abajo y eran grandes manos sobresaliendo del suelo, estás comenzaban a jalarme y undiendome en el suelo, yo no podía hacer nada más que mover mis manos y gritar tratando de escapar pero no pude, llegó un punto en el que mi cuerpo ya estaba undido en el suelo el cual ahora parecía ser una cosa viscosa. Despierte de aquel sueño dando un grito fuerte, abrí los ojos y yo ya me encontraba en mi habitación, al parecer mi hermano me había traído para que durmiera mejor.

Mi cuerpo estaba empapado de sudor a pesar de aquella baja temperatura, estaba temblando y tenía mucho miedo. Ese fue el comienzo de todo. Los días pasaron y los sueños siguieron igual y hasta peor, me despertaba llorando, gritando o pataleando, era así todos los días, Ahora tenía miedo de dormir, cada noche hacia todo lo posible para no dormir y lo lograba, a veces duraba hasta 5 días sin dormir y esto estaba claro, mi apariencia y comportamiento cambio, ahora tenía un aspecto desalineado, mi pelo alborotado, ropa muy mal acomodada y grandes ojeras inundaban mis ojos, aparte de que ahora era más tímida, asustadiza y bastante distraída, mis calificaciones bajaron drásticamente y esto alteró a mis padres, los cuales no sabían que hacer, el que más se preocupo era mi hermano, el pasaba más tiempo conmigo y se dio cuenta de todo, aparte de que le contaba todos mis sueños y no sabía que hacer.

Una vez estaba en mi habitación, estaba sentada en mi escritorio dibujado todas las cosas que veía en mis sueños. Mis padres entraron en mi habitación y se acercaron a hablar conmigo.

Padre: Mira T/N, desde hace tiempo hemos visto como has cambiado, Basil nos ha contado todo lo que te está sucediendo, tus sueños, alucinaciones, entre otras cosas, tu madre y yo hemos decidido que debes ir al Psicólogo.

Madre: Nos preocupamos mucho por ti y creo que esto es lo mejor para todos.

En realidad a este punto ya no me importa nada, solo quería que todo acabará, que acabarán con mi sufrimiento y intentar esto no iba a ser nada malo. Dirigí la mirada hacia la puerta de mi habitación y ahí se encontraba mi hermano, el asentía con la cabeza para que yo tomara la desición de mis padres.

T/N: Está bien, haré lo que ustedes quieran.

La mascota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora