CAPÍTULO 11 "Miedo a enamorarse"

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Alaia siempre había sido una chica que lograba ocultar muy bien lo que sentía si ella así lo quería sin importar de que se tratara, pero desde que se dio cuenta de esto que estaba volviendo a sentir por Oliver perdió completamente toda la cordura que le quedaba, pasaba noches pensando en porque sentía lo que sentía y el como eso repercutiría en su alrededor, nunca se hubiera imaginado que después de lo que había pasado y el tiempo, iba a renacer esos nervios cada vez que estaba cerca de él, pero el destino así lo quiso

Porque el destino siempre sabe lo que hace y porque lo hace, por más que ella misma intente e intente negar lo que le pasaba con el pelirrojo, le era inevitable.

Cada vez que lo veía sentía como él hacía que su energía se renovara, con cada palabra que le daba ella ganaba la confianza que necesitaba para afrontar cualquier problema o inseguridad que tenía que sobrepasar gracias a su cargo como reina.

Sin poder parar de pensar y pensar en Oliver, Alaia tomo un poco de su vaso de agua el cual se encontraba sobre una pequeña mesa en la mitad de la pequeña sala de conferencias que ella utilizaba para reunirse con los reyes de otros países.

Mientras tomaba su agua se preguntaba por qué Daimon aún no había llegado, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la abertura de la puerta de la sala por la cual luego entra un Daimon bastante agitado.

- ¿Me mandaste a llamar?- Dijo tratando de regular su respiración por haber corrido tanto.

- Sí, necesito tu ayuda cuanto antes- Apenas Alaia término de decir eso se paró y comenzó

a caminar bastante preocupada de un lado al otro sin poder detenerse, en silencio pensando.

El rubio solo la miraba sin poder creer que la energía le daba para caminar tanto cuando él se estaba por desmayar, pero prefirió advertirle sobre el bien estar del castillo.

- Romperás el suelo si sigues caminando así- la chica se detiene y gira bruscamente para mirarlo con una expresión que demostraba miedo pero a la vez indignación.

- ¿Qué está pasándome Daimon? ¿Ya perdí la cabeza? ¿Tan pronto?

- Solo te enamoraste Alaia, no es algo tan grave.

- Si lo es! ¡Cuando se trata del chico al que rechazaste por no saber lo que querías te aseguro que lo es!

- ¿Por qué sigues dándole tanta importancia a eso? Oliver ya la disculpo y además también se disculpó él según me dijo.

- Y así fue ¿Pero como no darle importancia? ¡Mi madre me matará! Además, no tengo tiempo para eso, debo concentrarme en mi reinado y en la guerra que se nos aproxima, nosotros nos deberíamos de reunir para habar de eso, no a tomar el té- se queda unos segundos pensando- dios, recuérdame cancelar la merienda de hoy a Oliver.

- ¿Lo ves? Es algo que no podrás evitar.

- Claro que podré, solo debo de estar confundida por su estúpido cabello rojizo que siempre se ve bien.

- Claro, confundida...- Habla en voz baja.

- Es que realmente no lo entiendo Daimon ¿Por qué me vuelven a pasar estas cosas? Siento que ni siquiera puedo ser capaz de controlar lo que siento, además esto es mucho más fuerte que la primera vez, pero yo creía que mi historia con Oliver estaba completamente cerrada...

Alaia se queda en silencio y finalmente se sienta un poco más calmada y comienza a viajar en su mundo de pensamientos.

- Lo que yo no entiendo es porque te encaprichas en darle un cierre a una historia que claramente todavía no termino, tú sigues sintiendo cosas por él Alaia, puedes tomar una decisión sobre que hacer con esos sentimientos, pero para eso vas a tener que aceptarlos primero- Daimon trataba de darle el mejor consejo que podía a su amiga, la veía realmente mal y él lo único que quería era ayudarla y lograr que se sintiera mejor.

- Pero no es lo mismo decirlo que hacerlo rubio, realmente es difícil para mí, pasar años de tu vida odiando a una persona para que luego venga un día de la nada y te arruine todo el trabajo que te costo tanto conseguir y vuelva a robar a tu corazón como si nada...

- ¿Sabes cuál es el problema? Que tú piensas que tuvo que recuperar tu corazón, pero la realidad es que siempre fue de él.

Alaia sintió que esa frase le cayó como un balde de agua fría, las palabras "siempre fue de él" no paraban de repetirse en su cabeza, una y otra y otra ver.

Sabía perfectamente que esa era la pura y única verdad, pero aun así estaba negada a aceptarlo o decirlo en voz alta, para ella sería como perder el juego sin siquiera haberlo comenzado.

Después de estar en silencio por unos largos y pensativos minutos habló.

- Imposible, ya lo decidí, lo olvidaré, no puede ser tan difícil ¿No?

Para Daimon le era imposible darle crédito a lo que escuchaba ¿Había gastado todos esos consejos y frases filosóficas para nada? Su amiga estaba enamorada hasta las manos pero sin dudas

- Y-yo creo que- Antes de que pudiera continuar, fue cortado por Alaia.

- Gracias por escucharme Daimon, te quiero.

Al chico ni siquiera le dio tiempo a responder porque la de ojos azules salió corriendo de la sala dejando así a un pensativo rubio el cual se quedó con la respuesta en la boca.

- Yo también te quiero Alaia, más de lo que crees...- Dijo mirando triste hacia la puerta.

UNA PRINCESA DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora