Dalila tiene una gran fama de chismosa, así que no pudo contenerse a preguntarle a Alaia sobre Oliver, Alaia ya se había dado cuenta de que su amiga quería preguntarle algo, pero que no se atrevía, por lo que sin más vueltas le habló directamente.
— ¿Pasa algo? Me estás mirando muy raro lila
— No...— Dalila hizo una pausa antes de seguir hablando —Bueno...— hizo otra pausa.
— Ya deja de titubear y dime de una vez.
— Es que...— otra pausa para pensar que decir —todos están hablando de tu tregua con Oliver, el hijo del rey Antonio, y hasta donde tú me habías contado ustedes se pelearon y ahí había cortado su "amistad"— haciendo comillas con los dedos.
— Pues si, así fue...— dijo Alaia.
— Si... pero déjame decirte que en las fotos que se publicaron suyas no parecían estar muy enojados uno con el otro, es más, yo hasta diría que se miran de una forma muy... Especial.
Alaia se quedó pensando en que decir, sabía que era innegable sus sentimientos por el chico, pero también recordaba la amenaza de Antonio, por lo que se apresuró en resumirle a su amiga la situación con él.
— ¿Oye me vas a contar o voy a tener que adivinar todo?
— E-es que es muy largo de explicar, básicamente su país estaba pasando por un momento muy difícil, al igual que el mío, así que decidimos hacer un trato para poder que ambos pudiéramos beneficiarnos.
— Si, ya me puedo imaginar la forma en la que se beneficiaron— soltó Dalila abiertamente, regalándole una mirada pícara a su amiga, quién se sonrojó en tan solo segundos.
— Cállate y déjame continuar— dijo frustrada e hizo una pausa para luego seguir hablando —Daimon nos encerró para que pudiéramos solucionar nuestros problemas, así que nos pedimos perdón por todo, hablamos y decidimos dar vuelta la página, no hay más que contar.
Dalila se quedó pensando unos segundos para tratar de procesar la información.
— ¿Daimon? — dijo impactada mientras abría los ojos sin poder creerlo.
— Sip.
— ¿Y me vas a decir que en ese momento que estuvieron encerrados solos con toda esa tensión no paso nada entre ustedes? Eso sí que no me lo creo.
— ¿Por qué pasaría algo? Solo somos amigos.
— ¿Amigos hasta que punto?
— Hasta el punto de amistad.
— Si, claro... Te conozco lo suficiente para darme cuenta de lo que en realidad sientes Alaia Elena Roberts.
— Sí... Había olvidado lo romanticóna que eres— dijo Alaia burlándose de lo que insinuaba su amiga.
— Ay ¿Estás de chistosíta? Aún no me estás diciendo nada en concreto ángel.
— ¿Sobre qué?— Aláia se estaba poniendo demasiado nerviosa, ya sabía lo que estaba insinuando.
— Conmigo no te hagas la tonta, tal vez no pasa nada entre ustedes, pero ¿Qué te pasa a ti con Oliver?
Alaia sabía que por más de que mintiera, ella sabría que lo estaba haciendo, así que no le quedó más opción que decir la verdad de lo que le estaba pasando.
— Es que no lo sé rubia, es una mezcla de emociones cada vez que lo veo, pero por más de que él me guste, no puede pasar nada entre nosotros.
— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Está comprometido?
— A mí me dijo que no, pero aun así nunca se sabe.
— Esas son tus ideas locas pensando por ti, si él te dijo que no es porque no.
— Pero eso no es lo único por lo que no podríamos estar juntos, sería muy complicado y ni hablemos de lo que paso, yo le hice mucho daño en el pasado Dalila, no quiero volver a lastimarlo, no lo soportaría— Alaia recordaba esa noche con mucha tristeza y nostalgia, toda su amistad y incluso lo que podría haber pasado a un tono más que amigos se arruinó por su culpa.
— Eran casi unos niños ángel, eso pasó hace años, no puedes seguir reprochándote, además tu misma me acabas de decir que ya le pediste perdón y que está todo bien entre ustedes, si tú realmente lo quieres, lucha por él y no dejes que nada se entrometa.
Las palabras de Dalila estuvieron resonando en la mente de Alaia unos minutos, tal vez ella tenía razón, tal vez había alguna posibilidad de ser felices con Oliver sin que importe ni su padre, ni el pasado, ni nadie.
— ¿De verdad es lo que crees que debo hacer? Que tal si no siente lo mismo por mí.
— Ángel, vi dos fotos suyas en Internet y solo con eso me sobro para notar el amor con el que te mira, tú eres la única que no se da cuenta.
Rápidamente una sonrisa comenzó a formarse en la cara de Alaia, las palabras de su amiga habían causado efecto positivo en ella y la habían convencido para ir a decirle a Oliver todo lo que sentía ¿Qué podría interponerse en dos jóvenes que se aman?
— ¡Está bien! Lo haré, pero tú me ayudarás.
— ¡Ay, Me encanta! Armaremos una hermosa cena a la luz de la luna, o con velas, eso da igual.
— Tengo miedo rubia.
— Tranquila es normal, es tu primera vez enamorada, pero verás como todo saldrá bien lía— Alaia se queda en silencio mirándola con una cara seria y Dalila no entiende el por qué —¿Qué pasa?
— Nada, es solo que solo Oliver es quién me dice así.
— Ayyy lo siento señorita enamorada— Dalila habla con un tono irónico mientras se ríe —cuando anuncien que son pareja me hago la sorprendida.
— Shhh, ya cállate— ambas ríen un poco, pero se quedan en silencio hasta que Alaia decide hablar.
— No creas que te estás salvando, ya hablamos mucho de mi vida amorosa, hablemos un poco de la tuya.
Dalila se quedó petrificada en su silla, mientras se atoraba un poco con su jugo —¿Qué pasa con mi vida amorosa?
— Olvidas que yo también te conozco bien rubia, estás muy alegre últimamente y sé que cuando estás así es porque alguien te gusta ¿Quién es el afortunado?
— Tumediohermano— Dalila habló tan rápido que no se le entendió ni una sola palabra.
— ¿Qué?— la de pelo negro preguntó con una notoria cara de confusión.
— Megustatumediohermano— aunque Dalia había hablado un poco más lento, Alaia todavía no entendía.
— Dalila no te entiendo nada, habla más lento.
— ¡ME GUSTA TU MEDIO HERMANO!— Ambas se quedaron en completo silencio por un minuto entero, Dalia no podía creer que al fin se lo había dicho y Aláia no podía creer lo que estaba escuchando.
— ¡¿QUÉ?— Aláia gritó sin poder creerlo.
— Lo siento ángel, se que debí decírtelo antes pero no pude ¿Estás enojada?— preguntó con miedo viendo la cara de shock de su amiga.
— No estoy enojada rubia, solo me impacto mucho, tomás no parece el tipo de chico que te gusta, en realidad no creo que sea el tipo de chico que le guste a nadie— Alaia habló un poco más calmada, después de haber procesado —¿Por qué te gusta?— ahora habló con una expresión de entre asco y extrañeza, también frunciendo su ceño.
— ¿Tiene bonito cabello?— dijo sin poder buscar una explicación del porqué.
Ambas amigas se miraron en silencio y enseguida se largaron a reír a carcajadas casi sin poder respirar, no podían creer todas las tonterías que habían confesado esa tarde, sin dudas que ambas estaban contentas de tener una amiga así de incondicional con la cual contar.
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UNA PRINCESA DIFERENTE
RomanceElla se guiaba por la razón, él por el corazón, ella era como un témpano de hielo, él la chispa que podía derretirla, ella decía que no tenía debilidades, pero era la debilidad de él. Alaia y Oliver se habían conocido a los cinco años, y once años f...