Haechan estaba bien, más que nada feliz por ver como los gatitos de Chenle ya habían abierto sus ojos, y se encontraban bien de salud. Aún no sabía qué hacer con ellos una vez tuvieran la edad suficiente para estar lejos de su madre, pero quería pensar que todo estaría bien y que, conseguirá hogar para los pequeños sin que Chenle sufriera mucho por no verlos.
― Quiero uno, Jeno... ― pidió Jaemin, haciendo pucheros y ojitos que tanto le gustaban a su mayor.
Pero este seguía en pie con su decisión. ― Jaemin, amor, no.
Haechan rió, escuchando los pequeños quejidos de Jaemin, más el sonido de los besos que comenzaba a ser incómodo para él, por eso, huyó en cuanto pudo.
― Hey, Hae. ― saludó Renjun con una pequeña sonrisa mientras lo seguía a la cocina. ― Para aliviar un poco de tus problemas, yo puedo quedarme con un gatito, la blanca con la manchita de corazón me gustó, y la quiero para mi. Y bueno, por los demás no te preocupes, tengo amigos que de seguro estarán encantados de tener un gatito, no te preocupes si los cuidan o no, ellos son dedicados con sus mascotas y no le hará falta nada a ninguno de ellos. ― alzó su mano en señal de promesa, y Haechan agradeció en voz baja.
>> ¿Y cómo has estado? ― preguntó llenando su vaso con agua de nueva cuenta.
Haechan se encogió de hombros y no supo qué decir con exactitud. El mayor rió y él también lo acompañó.
― Tienes una risa linda. ― halagó, sintiendo sus mejillas quemar. El contrario se sonrojó y asintió calmado.
― Gracias, Haechan. Yo igual pienso que tienen una linda sonrisa. Me gusta.
Haechan sonrió encantado y haciéndolo sonreír a Renjun aún más.
A decir verdad, Haechan ya estaba bien, y sabía que con el tiempo estaría mejor.
Porque al final su amor por Mark sería pasajero, porque no fue el amor de su vida, y jamás lo sería.
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Chenle bostezó, causando que Jisung besara su nariz en el proceso, haciendo reír al menor que se acurró entre sus gatitos que comían haciendo ruiditos.
Sus mejillas quemaban y su nariz picaba, pero se sentía tan bien, tan merecedor de todo eso.
― No me puedes negar que son lindos.
― Agh, ya cállate, los son y listo. ― Jisung sonrió satisfecho, dejando pequeñas lamidas en las cabezas de sus hijos, los cuales comenzaban a caer dormidos después de tanta comida.
― Aún no tienen nombre.
― ¿Cómo que no? Cosa uno, dos, tres y Juan.
― Ya no me gusta Juan.
― No te pregunté Jisung, así que shh.
El gato chilló, yendo a besar a su amado, el cual le correspondió, haciendo chillar a los menores por haberse separado de la calidez de su madre.
Bueno, en momentos así es donde Jisung quería todo el amor de Chenle y agradecía que ellos fueran a crecer pronto, porque no soportaría vivir así el resto de su vida, no cuando ese amor apenas y le fue dado.
Pero estaba bien así, siendo dos gatitos padres que se querían, a veces no, pero esos eran detalles que estaban de más.
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¡Fin!
pero no se preocupes que quedan unos extras para terminar en su totalidad esta adaptación.
