⌂ 21 : querer de formas distintas.

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¿Saben el dolor inexplicable de ver como tu mascota sufre y que no puedes hacer nada para pararlo? Porque Haechan está a nada de ponerse a llorar al ver como Chenle maullaba de dolor y esto parecía no tener fin.

Y bueno, no es que Haechan lo haya visto lamerse su cosita hace rato, porque de seguro ahí si habría caído en cuenta más rápido de lo que estaba sucediendo.

Tampoco es como que se haya dado cuenta de los líquidos que comenzaban a salir del pequeño cuerpo del gato, pues estaba más concentrado en llorar porque no sabía qué hacer.

Jisung quería estar a su lado, dándole mimos solo como él sabía, pero Haechan no se lo permitía, y estaba a nada de enterrar sus garras en esa bella carita con tal de que le dejara estar cerca de su pareja.

¡Pero Haechan lo empujaba y ya se estaba hartando!

¡Aléjate humano pedorro, piru miguel ya viene, y te juro que si no la veo nacer te voy a morder la nalga como Jungwoo!

Pero sus intentos estaban siendo nulos. Hasta que Haechan gritó y salió huyendo de ahí.

― ¡Le vi la cabeza, la vi la cabeza!

― ¡Le vi la cabeza, la vi la cabeza!

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Son tan lindos. ― suspiró Jisung, acercándose a los cuatro gatitos que se arrullaban cerca de Chenle.

El gato menor le miró con disgusto y negó. ― Están llenos de sangre y tienen poco pelo, son feos.

¡Son nuestros hijos!

Chenle rodó los ojos y le miró con eww. ― ¡¿Y qué?! No por eso van a ser bonitos, Ji.

Y Jisung lo ignoró porque, a los ojos de su padre, sus gatos siempre serían los más lindos.

Aunque en algo si tenía razón Chenle, es que olían feo.

Por ello Chenle comenzó a lamerlos sin cuidado alguno, intentando limpiarlos de todo ese fluído que los cubría, mientras que, Jisung iba por más ropa para que no pasaran frío.

Estaba emocionado, y sabía que no era solamente él. Sino también ese humano con cara de cola que le estaba tomando fotos desde la puerta mientras Renjun le daba indicaciones de cómo debía cuidarlos.

Pero eso no era algo que Jisung fuera a necesitar, pues él se sentía preparado para todo.

Y más porque veía que Chenle estaba cansado, pero también algo emocionado por todo eso, más cuando los gatitos comenzaban a bostezar cerca suyo aún sin abrir sus ojitos.

Jisung creyó que podría llorar porque, claro, era un papá orgulloso de ver como sus gatitos estaban bien y de como su pareja también.

Y más que nada, porque Chenle lo quería, por fin lo hacía, muy a su manera, pero era lindo así.

Y más que nada, porque Chenle lo quería, por fin lo hacía, muy a su manera, pero era lindo así

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gatitos 𖦹 𝙅𝙄𝘾𝙃𝙀𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora