⌂ O8 : nos iremos juntos, gatito.

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Chenle estaba recostado boca abajo, su panza era una pequeña bola que le daba incomodidad a la hora del descanso, sumado a eso de que no sabía cómo debía de sentirse con todo eso de los bebés. Osea, le daba ternura ver a Jisung emocionado por ellos, y como se acercaba preguntándole si necesitaba algo para después irse a restregar su cara entre la manta para que su olor no se fuera.

Pero también estaba ese miedo de que sería papá y él no quería, no totalemente, es que jamás se había hecho la idea de que ese momento llegaría.

Tenía miedo de que los apartaran de él cuando tuvieran la edad suficiente para no necesitarlo... O que Haechan no los quisiera y los fuera a tirar como sucedió con él.

Se negaba a eso, no quería que sus hijos estuvieran por ahí llorando sin él.

No quería que pasaran por lo mismo que él pasó, era feo, un recuerdo que aún le daba miedo.

Hueles triste. ― Jisung se acercó, poniendo su cara cerca de la suya. ― No deberías estarlo, Hae cuidará bien de tí, y yo también. 

No quiero que ellos se vayan. ― sus ojos estaban llenos de lágrimas, y le miraba con el miedo reflejado en esos orbes color dorado. ― Hae no va a poder con más de nosotros aquí.

Pero va a encontrar la manera de que estemos cerca de ellos, como yo de mamá.

Chenle negó sin creerle, no sería lo mismo o al menos eso se hacía creer. ― Pero yo no quiero que ellos se vayan, tampoco tener que irme...

No te irás.

Será difícil cuidar de más.

Ni siquiera sabes lo que Haechan hará, no saques conclusiones antes de tiempo. ― besó debajo de sus ojos con cariño y después talló con su nariz la del contrario. ― En todo caso de que él no pueda hacerse cargo, nos iremos juntos. Los bebés son míos y tú eres a quien quiero, no pienso dejar que te vayas solo en esto.

Chenle le sonrió y cerró sus ojos dejando que el mayor lo llenara de su olor.

Se permitiría confiar, se sentía seguro bajo sus palabras, y aunque el miedo seguía ahí, no iba a dejar que fuera su mayor preocupación el resto del embarazo.

Se permitiría confiar, se sentía seguro bajo sus palabras, y aunque el miedo seguía ahí, no iba a dejar que fuera su mayor preocupación el resto del embarazo

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