⌂ 18 : un sofá y dos gatitos.

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Chenle estaba posado sobre el pecho de Haechan, intentando hacerle saber que él cuidaría de su dueño, aunque Haechan desde hace rato se removía sin logro alguno porque, Chenle no era tonto, él sabía más que nadie la razón de su falta de sueño y existencia, se debía al chico comedor de sandías que hace mucho no iba de visita.

Aunque sabía que no volvería, muchos hacían lo mismo.

― Se está repitiendo la historia, ¿No te das cuenta, Lele? ― Chenle maulló haciéndole saber que lo entendía, pero Haechan estaba sumergido en sus pensamientos, dando caricias vagas en la cabeza del felino menor de forma incosciente. ― Papá se fue, mamá también se irá, algunos de mis amigos ni siquiera se acuerdan de mi, y ahora Mark, quien se suponía que me había prometido jamás irse.

>> y entiendo que hasta las promesas tienen fecha de caducidad, pero no creí que sería tan pronto, no ahora. ― miró al gatito, viendo como este mantenía sus ojos cerrados y ronroneaba bajo mientras recargaba su cabecita en los dedos de mayor. Haechan sonrió, y le besó repetidas veces su cabecita. ― Jamás me dejes tú, amor.

Jisung maulló subiéndose al sofá con ambos, haciendo reír a Haechan que rápido lo atrajo a sus brazos.

Se sentía bien, después de tantos días sumergidos en sus pensamientos, actvidades innecesarias y sueños, por fin se daba cuenta de que los únicos que no se irían de su vida serían los gatitos y Jaemin, quien le daba su espacio, y después volvía de encimoso a hacerle ver que, la vida tenía tantos colores pero el más bonito siempre llegaba cuando menos lo pensabas.

Aunque él lo quería ya.

Aunque él lo quería ya

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― Hey, Renjun. ― saludó sin ganas, viendo como sus gatitos se acurrucaban en el espacio donde él antes había estado. ― No era necesario que vinieras...

Él rió encogiéndose de hombros al instante. ― No tengo problemas con eso, aunque si no quieres que esté aquí...

― ¡No es eso! ― Haechan lo detuvo con suavidad, tocando su hombro siendo lo más dulce que su cuerpo le dejaba, aunque se sentía más cansado que nada. ― Es solo que, comienzo a creer que soy una carga para todos, incluso me siento mal cuando Jaemin viene después de sus clases, porque él ama estar con Jeno todo lo que le es permitido.

Él volvió a sonreír y negó dándole tranquilidad al corazón alterado de Haechan. ― No tengo problema con eso, me gusta estar con mis amigos, y tú me inspiras confianza y preocupación.

― No me gusta la lástima.

― Más bien empatía, pero tómalo como gustes. ― le mostró la bosa con comestibles y Haechan lo dejó pasar.

Los gatitos no hicieron ruido, ni siquiera se movieron a recibirlo como solían hacer, pues ellos estaban sumergidos en su amor, en donde Jisung le decía que hoy no comería ratón porque debía de cuidar más su peso.

Y Chenle estaba disgustado con eso, haciendo reír a Jisung con su carita molesta.

Dijiste que te molestaba estar gordo.

¡Pues ya no, los gatos cambiamos de opinión!

Jisung rodó los ojos, sabiendo que, después de comerlo comenzaría a sentirse mal y gordo.

No quería eso, así que se dedicó a darle besos, aún cuando Chenle se quejaba de ellos. Pero a él no le importaba, no cuando sabía que estos eran falsos.

 Pero a él no le importaba, no cuando sabía que estos eran falsos

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gatitos 𖦹 𝙅𝙄𝘾𝙃𝙀𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora