Capítulo 33

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Narra omnisciente: 

Luego de la partida de Román esa tarde, Grecia se quedó en cada en un estado de inmensa ansiedad y sobre todo de miedo. Miedo a la reacción de Román cuando vuelva, creía que sin duda no escaparía de la paliza que le esperaba. Miedo a que Román venga y se lleve a Connor lejos de ella o que se lleve a su bebe a algún orfanato militar.  Sin embargo, en vez de entrar en pánico al verlo salir, solo pudo pensar y calmar a sus hijos quienes lloraban.  Luego de calmarlos en su ansiedad, simplemente empezó a limpiar. 

Ella nunca se había interesado tanto en los asuntos de limpieza como hija de familia acomodad si acaso recogía los desastres que hacía ella y sus hermanos o lavaba los trastes.  Del mismo modo, cuando se casó con Román, este contrato a una señora que venía a limpiar dos veces por semana. En el caso de los niños, sus amigas siempre decían que su vida sería más fácil si contrataba una Nana, pero Grecia no quería, no porque la Nana no los vaya a cuidar bien, sino porque desde la muerte de sus hermanos no se siente segura de dejarlos al cuidado de otros. 

Eran pasadas las 11 pm cuando Román, entro por la puerta con una expresión seria, de esas que te hacían cuestionar en que estaba pensando, se acercó a Grecia con pasos firmes y dijo: 

-"Tenemos que hablar, sígueme al estudio".

Narra Grecia: 

-Tenemos que hablar, sígueme al estudio- Dijo.

Esas fueron sus palabras tras pasar todo el día fuera de casa. Al estudio a que vamos a su estudio, ahí me va a golpear en la última habitación en la casa, donde si grito nadie vendrá a ayudarme.  Me levanté y lo seguí, aun sabiendo que no podría ser nada bueno lo seguí. 

Cuando entramos él se sentó en su escritorio y me apunto hacia la silla que estaba en frente. Empezó diciendo:

 -Primero, estoy sumamente enojado y muy decepcionado de las cosas que han pasado durante nuestro matrimonio; sin embargo, mi enojo no es hacia ti, sino a tus acciones.- Decía estas cosas con calma, como si fuese un discurso que memorizo, para alguna reunión importante- También reconozco que he sido un esposo ausente y muy egoísta contigo, te obligue a casarte conmigo e incluso a dar a luz a un niño cuando apenas tenías 20 años. Más aún con todos estos defectos no encuentro razones para tus engaños y mentira, por lo que solo me queda preguntarte ¿por qué? 

-Román... este yo...- Balbucee aun sin comprender muy bien lo que pasaba, respire profundo y hable.

Esa noche nos quedamos hablando durante mucho tiempo, creo que en el tiempo que teníamos de casado nunca habíamos hablado tanto. Hablamos de todo lo que paso, de mi aventura con John, de lo frío que podría ser Román a veces. Entre conversaciones a veces alzábamos la voz, peleamos, pero dejamos salir todo. El reloj marcaba la 2 am y Román fumaba un cigarro, él no solo cuando está tenso o estresado, pensaba en salir cuando él volvió a hablar. 

-En cuanto a Emma, quiero que sepas que seguiré siendo su padre, más no le negaremos el derecho a conocer a la madre de John- dijo y luego de dar una calada continua- John era hijo único de su madre, ahora muerto, creo que sí conoce a la niña no se sentirá tan triste. Esa parte, te la dejo a ti. Si quieres que la niña crezca sabiendo que tiene otro papa o si solo le dirás que es hija mía. 

-Entiendo- expresé, pues aún no sabía que hacer- en cuanto lo que hablamos de empezar de nuevo- mencione- si quieres no tienes que irte de la casa, podemos dormir separados y eso. 

- No, de verdad necesito pensar algunas cosas y tú también deberías.- respondió- hable con mi hermana para que mañana se lleve a los niños un rato.  Así podremos salir. 

-¿Podremos? -cuestiones.

- Sí, quiero que sepas donde se encuentra mi apartamento en la ciudad, además si quieres hacer alguna diligencia o visitar a tus padres después- divago 

- Está bien- respondí. Luego nos fuimos a dormir, Román a la habitación de invitados y yo al dormitorio principal. 

A las 9 am de la mañana la hermana de Román vino por los niños, Connor estaba emocionado porque jugaría con sus primos y Emma, todavía soñolienta, dormía en su canastita de bebe. A las 11 am Román bajo con su maleta y salimos.  


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¡Hi! 

Bueno, los capítulos que siguen son tranquilo y aún no lo sé, pero creo que sí habrá más dialogo. No sabía si detallar la conversación de Grecia y Roma; pero me pareció mejor narrarla de forma resumida. 

No vemos luego, Adiós. 

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora