Capitulo 19

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Narra Grecia:

Luego de lo ocurrido aquella noche. John y yo nos hemos estado viendo seguido, obviamente con toda discreción. Fuimos a visitar lugares fuera de la ciudad, incluso a veces Connor nos acompañaba. A pesar que a mi hijo parece no agradarle su presencia, la pasamos muy bien.

Incluso el viene a mi casa a tomar el café en las tardes. Justo como ahora, que nos encontramos en la sala de estar, Connor esta en su corral jugando con sus juguetes, con un ojo siempre puesto sobre él. Estamos enfrascados en una conversación interesante cuando ...

De repente sentí su mano subir por mi pierna.

-John- jadeé- esto no está bien.

-Tampoco está bien quedarnos con las ganas-susurró acercándose a besar mi cuello.

Ay dios mío, este hombre hará que me dé un infarto vaginal ahora mismo. Siento como se me pone la piel de gallina bajo sus manos.

Miré a Connor de nuevo. Pues no se, si esta bien que este disfrutando esto con mi pequeño presente.

-No hará nada, está bien así- me besó.

-John... ¿Y si viene alguien?

-Es tu casa, nadie entrará- volvió a besarme y me atrajo a él.

Mordió mi labio y sentí que todo se derretía. No recuerdo cuando subimos las escaleras, pero me vi en mi cuarto junto a John.

Caímos sobre mi cama, el olor a Roman inundó mis fosas nasales. El aroma intenso de su perfume invadio mi mente, y un nudo se formo en mi garganta al pensar, que profanare la cama en la que duermo con mi esposo.

Vamos... la culpa no puede invadirme ahora... No lo amo. Es decir, después de todo lo que me ha restringido... ¡Vamos! John me hace sentir libre, como siempre debió ser. Trate de borrar todo rastro de Roman de mi mente, para disfrutar este momento con el hombre que amo.

Sentí sus labios en mi cuello, mordí mi labio. Y no se el porque, pero pensé en mi hijo en este momento. Connor mi pequeño ojitos de mar, lo deje solo en la sala de estar.

Sentí la mano de John subir por mi pierna. Oh, demonios... y mi mente volvió a estar en blanco

-John...- gemí.

Él sonrió contra mis labios.

Narra Roman:

Vi a mi grupo entero esconderse tras los matorrales y arbustos, yo me escondí atrás de un árbol. Se suponía que estar era un misión de reconocimiento para establecer nuestra base de operaciones. Como pudo ocurrir esto...

Teniendo a tanto enemigo cerca, y la muerte latente sólo pude pensar en mi chica. En mi mujer.

Quizá está angustiada, pensando en que quizá ya me mataron, pensando en que ahora es viuda y tiene que cuidar de el revoltoso Connor ella sola. Que tendrá que arreglárselas como pueda, sabiendo lo difícil que es eso hoy en día.

Pero le prometí que volvería... si eso significa esconderme en un pozo de lodo, una cueva solitaria o matar a todo un país yo solo, lo haré. Sólo por estar a su lado de nuevo y respirar su suave aroma, ver su dulce sonrisa.

Narra Grecia:

Gemí fuerte y apreté las sábanas.

-Esperé esto tanto tiempo- gimió en mi oído.

-No pares- jadeé.

Lo atraje más hacia mi y rasguñé su espalda.

-Dios mío, John- mordí mi mano.

Me volteó rápido, me dio una nalgada y entró bruscamente.

Roman es bueno... pero jamás había sido tan osado como esto. Por que no puedo dejar de comparar el sexo con Roman, con hacer el amor con John.

-¡AH!- gemí fuerte, tiró de mi cabello y realmente me sentí sexy en ese momento, me sentí deseada, sentí que era capaz de excitar no tan sólo a un hombre... ¡Sino a dos!

Sentí sus gruñidos, embistió aún más fuerte. En ese momento repentinamente un grito , acompañado con sollozo y llanto se escuchó de la planta de abajo

-Cariño, espera- trate de gritar pero se escuchó más como un gemido. Mordí la almohada y apreté los ojos. Voy a morir aquí mismo, y quedaré sin piernas, es lo más probable.

Sonreí con la mejor sonrisa que pude poner, pero en realidad la cara se me caía del cansancio y satisfacción. Fue... Asombroso..

[...]

-Disculpa por irme así- murmuró- planeaba quedarme y cenar con ustedes...

Suspiré.

-Ve tranquilo- acaricié su cara.

-Te amo.

Me sorprendí, pero sólo sonreí.

No estoy segura de qué siento por él... pero me excita el tan sólo verlo. Es decir lo amo, y creo que se lo he dicho y demostrado pero aun asi estoy confundida.

-Mañana vendré- me besó y salió de la casa.

Connor me miró desde su sillita. Le llevé la papilla y suspiré.

-Perdóname hijo- me quejé

-¿Qué voy a hacer? ¿Qué hago, hijo? Dios una señal... por favor dame una señal.

Mi pequeño solo me miró atentamente, con los mismos hipnotizantes ojos que su padre.

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Saludos gente, espero que les guste el capitulo. Estare subiendo otro en breve solo denme tiempo de editar.

No olviden comentar si les gusta :3 

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora