Capitulo 11

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Narra Grecia:

-¡Me siento tan orgullosa!- dijo  Jenny acariciando la mejilla de Roman- Mi hijito... ¡Si ahora serás ascendido a Capitán!

Roman sonrió.

-Ya, mamá, es suficiente- rió.

-¿Y tu no felicitarás a tu esposo?-Suspiré y me paré del sillón.

-Felicitaciones, esposo- sonreí falsamente, pero rápidamente dejé de
sonreír cuando mi pómulo dolió.

Caminé hasta la escalera.

-Pero que falta de respeto más grande- gruñó Jenny- ¿Y dejarás que se vaya así nada más?

-Déjala, mamá. prefiero que esté encerrada en la cocina a que esté aquí mirándome con odio.
[...]

Vi a John a lo lejos, bebía algún espumante color ámbar y miraba a los premiados, creo que él no será premiado.

Puedo jurar que aún tengo la mano marcada de Roman en mi mejilla, aunque, en realidad, lo tapé con maquillaje.
-¿No le aplaudirás?- cuestionó Jenny.

-Mamá, si te la pasarás cuestionando todo lo que hace Grecia terminará matándose antes de poder darte un nieto, así que te recomiendo que cierres la boca.

-¡Muchacha insolente!- gruñó Jenny. Natasha me sonrió levemente.

-Disculpa, es así con temas de mi hermano...-dijo ella .

Suspire -Sólo espero que a tu hermano lo envíen muy lejos, así nos alejamos de todo el mundo.. no estaría mal cambiar de ambiente. -dije pensativa y sonriendo .

-¿Quieres a mi hermano? O... sólo dices eso porque estás casada con él.

-Bueno, como estoy casada con él debo seguirlo a todas partes, así que...

-Pero... si no estuvieses casada con él, y él te pide que te vayas con él.. ¿Lo harías?

Apreté los labios, detrás de ella podía ver a lo lejos a John, con su uniforme, sonriendo a todo el mundo, alegre.

-No lo sé, Natasha. Las cosas serían muy distintas si yo no estuviese con tu hermano.

[...]

Tomé una copa de espumante y suspiré, me apoyé en la mesa.

-Hola...
Me sobresalté.

-Por favor aléjate- me quejé- por favor... -Frunció su ceño.

-Aléjate antes de que nos vea.

-Grecia... Tocó mi cara, me quejé.

-¿Ese idiota...?

-Es mi esposo, John, él puede hacer lo que quiera conmigo.

Arrugó la nariz.

-No... cariño, yo no te trataría así.

-Lamentablemente él es mi esposo, así son las cosas y no se pueden cambiar.

-Escápate conmigo- tomó mis manos- vayámonos muy lejos, donde él no pueda encontrarnos.

-John- reí- míralo, es un capitán. Ahora es tu superior, ahora seguirá mejor... mejor dejémoslo como algo platónico. Será mejor para los dos. De todos modos no hubiésemos podido estar juntos jamás. Tú debes casarte, yo tendré que darle en el gusto a Roman con su montonera de hijos.

-Hubiese deseado que esos hijos fuesen míos.

¿Qué hago? ¡Apenas lo conozco! Esto es estúpido.

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora