Narra Grecia:
-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida- susurré. Cerré los ojos y suspire
- El Señor esté en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados
- Padre per... doneme porque e pecado.
-¿En qué sentido, hija mia?
-En pensamiento, en acto... en todo, padre. Retuve las lágrimas.
-Sólo confesándote puedes sanarte y conseguir el perdón del señor.
Inhalé profundo.
-Engañé a mi esposo... con otro hombre, un hombre que me cruza por mi mente hace mucho. Este hombre me lleva a pecar tanto en pensamientos como en obras . Le confieso que me acosté con ese hombre, más de una vez... pero lo peor de todo es que me gustó.
-Es un pecado gravísimo del que me estás hablando, hija.
-Lo sé- me apoyé en mis brazos- no sé cómo reparar el error.
-Alejándote de ese hombre, prometiste ante Dios y los hombre eterno amor y fidelidad a tu marido y una vida de plena luz de Dios. Recuerda que una familia sana y agraciada ante Dios, no forma sus bases en engaños e infidelidad. Mi única penitencia para espiar tu pecado y librarte de tu angustia, es que reces con todo tu corazón, si de verdad buscas el perdón de nuestro señor. Además pido que tu esposo y tu fortalezcan ese lazo debilitado ante la tentación. Ahora hija mía, pide la misericordia divina.
- Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí que soy una pecadora.
- que Dios te absuelva de tus pecados. Amen.
[...]
Salí del confesionario y arreglé mi vestido. Me arrodille un momento a rezar. Luego caminé fuera de la iglesia.
-Grecia.
Ignoré su llamado. He estado evitándolo estas últimas dos semanas. No puedo verlo a los ojos sin imaginarme a Roman allá, recibiendo balas.
-Grecia, ¿Qué pasa?- agarró mi brazo, miré la iglesia y al sacerdote quien estaba en un punto cerca de la puerta, por un momento sentí que me miró fijamente- has estado evitándome todo este tiempo.
-John...- suspiré- por favor no hagas esto.
-Fui a tu casa mil veces, no me abriste la puerta, ¿Te hice daño? ¿Te pasó algo?
-John- tomé su cara entre mis manos-escúchame. Esto no está bien, yo estoy casada, ¡Tengo un hijo, Dios Santo!
Frunció su ceño.
-Pensé que...
-John, no hagas esto más difícil, por favor-sollocé.
-Grecia.
Miré a mi lado. Dios mío.
-Me dijiste que ibas a la biblioteca.
Mi mamá apareció con Connor en sus brazos. Acercándose mientras decía dicha oración. De repente se paro en seco, creo que a analizar la situación en la que me encontraba.
-Hija...
-Madr...
-Grecia, que es esto. No me digas que me has estado dejando a tu hijo para encontrarte con este.
-No, mamá- murmuré- sólo... nos encontramos y nos quedamos hablando-murmuré. Ella me miro no muy convencida , mas no dijo nada mas.
John me soltó.
[...]
Al llegar a casa.
Corroboré que Connor seguía durmiendo, bajé las escaleras y miré por la ventana quién tocaba la puerta a esta hora.
Bufé al ver quien estaba en esta.
-Vete, John.
-Déjame hablar... no puedes dejarme así.
-Fue un error, ¿Si?
-No puedes decirme eso, Grecia... ábreme, no puedes decirme esto con un muro entre nosotros.
-Así es mejor.
-Eso lo dices porque sabes que si me miras a los ojos no aguantarás. Se que tu me amas tanto como yo a ti. Se como te sientes, yo tampoco planee enamorarme de una mujer casada. Pero nadie manda en el corazón.
-Pero lo nuestro es un pecado ante los ojos de Dios- dije ahora mas cerca de la puerta
-Quien te dijo eso... Dios bendice al amor puro y verdadero, o al menos eso dice mi abuela. Si dicen que amarnos es un pecado, acepto la condena en el infierno, siempre y cuando este contigo. Aunque no creo que el cielo se desborde de rabia solo por que dos personas decidan estar juntas y vivir la fantasia, robada por sucesos terrenales.
- Ya empiezas a sonar como un loco hereje.
- No se si soy hereje, pero me declaro loco, loco de amor por ti mi reina.
Abrí la puerta conmovida por sus palabras. Él me sonrió
-Hola, preciosa. Lista para probar el fruto prohibido.
-Confiésate 7 veces John. Por que acabas de decir muchas estupideces
-Pero es cierto, además tu empezaste con tus "esto no esta bien a ojos de Dios". Sabes no siempre lo que dice la iglesia debe seguirse al pie de la letra, y creo Dios hace excepciones en nombre del amor. Yo te amo, tu a mi y donde hay amor ahí esta Dios.
Demonios, tiene razón. Me lancé a besarlo.
-Quien diría que , que mi madre me obligara a tomar clases de catecismo me serviría tanto como en estos momentos-
-Ay , a cállate.
Lo seguí besando, hasta que volvimos a acariciar nuestros cuerpos desnudos consumando nuestro amor ilícito.
Lo peor de todo, es que ocurrió mas de una vez... sino que siguió pasando... por mucho tiempo, semanas, Meses y lo todas esas veces lo disfruté.
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Bueno aquí esta el otro capitulo que les dije. Espero que lo disfruten y no olviden comentar para hacerme saber que les gusta.
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1939
ActionEn una época donde las tropas se armaban listas para la guerra y donde las familias militares son muy prestigiosas. Un padre decide casar a su hija con un teniente muy joven y reconocido para mantenerla a salvo. ¿Logrará aceptar su destino ? ¿Encon...