Hechizos y Armaduras

Capítulo 17: Mala idea

Harry rápidamente miró la carpeta que Kingsley le había dejado de Wakanda. Sorprendentemente contenía poca información. Pero aún quedaban algunas cosas: acuerdos celebrados, información sobre las tradiciones de Wakanda, su cultura y datos superficiales sobre el motivo de la revelación de los magos a este estado.

El teléfono cercano vibró y apareció un mensaje: – Ya me arrepiento de haberme ido. ¿Y por qué no pensamos que podrías volar conmigo, hmm?

Los labios de Harry se curvaron en una sonrisa. Al presionar el botón de respuesta, escribió una respuesta rápida: – Yo también te extraño, Tony.

El chico colgó el teléfono, pero volvió a vibrar: – Aún no puedo sacarme tu frase de la cabeza... “Tony, quiero…”  ¿Quieres qué, eh?–

Harry de repente sintió calor. Vacilante, cogió el teléfono, pero el hombre se le adelantó: – No contestes todavía. En la reunión.–

Cuando nos veamos... Este pensamiento lo hizo aún más caliente.

Alguien tocó la puerta. Harry se levantó abruptamente. Shuri realmente no podría haber encontrado su casa, ¿verdad? El joven miró su reloj: eran las doce de la tarde. Era la hora acordada para la reunión. Harry rápidamente guardó la carpeta, caminó con confianza hacia la puerta y la abrió.

En el umbral había una joven. Lo primero que llamó la atención fue su amplia sonrisa. Todo parecía volverse más brillante al mirar a Shuri. La niña brillaba de entusiasmo y energía. Corrientes brillantes, ligeramente violetas, pasaron a su alrededor, aparentemente Harry vio el aura nuevamente. Pero esta vez también pudo percibirlo. Esta vez, el aura se percibió aún más mediante sensaciones que mediante la vista. El color pasó a un segundo plano y el joven se dio cuenta de que pronto dejaría de ver los colores por completo, sólo percibiría la energía que emanaba del aura. Ya le gustaba Shuri en un nivel puramente intuitivo.

– Tienes ojos geniales, son tan buenos, son oscuros – la niña se inclinó hacia adelante con interés, examinando a Potter.

Harry se concentró, tratando de devolver su iris a su color original.

–  Um hola. ¿Shuri?

– Sí –asintió la niña. – Has escondido muy bien aquí, ¿sabes?

Harry no sabía cómo responder a esto; realmente no entendía qué esperar de esta reunión. El chico se hizo a un lado en silencio, dejando entrar a la niña a la casa. Entró y silbó, lo cual fue bastante fuerte considerando los techos altos.

– Está bien, cuando vi la casa por fuera pensé que aquí tendrías corrientes de aire, y bueno...–  hizo una especie de gesto con las manos, que el joven no reconoció. – Um... está bien – agitó la mano cuando vio que Harry no entendía el chiste.

El chico estaba pensando en cómo iniciar una conversación y le vinieron a la mente líneas de la carpeta. Harry vacilantemente levantó sus manos hacia su pecho, apretando los puños y cruzándolos, si entendió correctamente, entonces esto es una señal de saludo y reconocimiento de la grandeza de Wakanda. Los ojos de la niña se abrieron como platos.

– Wow – ella rápidamente le devolvió el gesto. –  Está bien, bien hecho. ¿Entonces? ¿Me alimentarás?

Harry miró a Shuri sorprendido, la chica actuó de manera muy espontánea, como si fueran viejos amigos, y de hecho al chico le gustó. Así que él simplemente le devolvió la sonrisa y entró en la cocina. Shuri lo siguió, observando los alrededores.

– ¿Cómo encontraste la casa? – esta pregunta preocupó al joven. ¿Dónde se equivocó?

– Oh, no te preocupes, te has escondido bien. Magia – respondió la niña, sentándose en la encimera de la cocina.