angel (boypussy ver.)

09

Jungkook

—¿Pero por qué importa si sé cómo escribir bien mis letras? —Jihu gruñe.

—Es importante para que la gente pueda leer lo que estés escribiendo. —La voz de Yoongi es suave. —Si sigues haciendo tu 'a' sin la pequeña cola en la espalda, parece una 'o'. —Jihu refunfuña.

—¿Esto es correcto, señorito Yoongi? —Haneul levanta su hoja de letras.

—Sí, eso se ve bien. Ya debes haber estado practicando.

—Mami siempre me ayudó con mis letras, así que ellas…

—Escribir es una estupidez. —Jihu quita el lápiz y el papel de la mesa y se pone de pie.

—Jihu. —Yoongi, todavía gentil, se arrodilla junto a él. —Háblame.

—No.

Haneul se sienta a la mesa y apoya la cabeza entre las manos. —Fue un accidente. —Ella solloza.

—Te lo dije. —La irritación de Jihu se convierte en ira. —Te dije que no lo dijeras

—Jihu. ¿Qué le dijiste que no dijera? —Yoongi se acerca y pone la palma de su mano en la espalda de Haneul.

—Ella sabe. —Jihu retrocede, sus ojos llorosos. —Ella sabe que se supone que no debe hablar de ellos.

—Acerca de… —Yoongi traga saliva. —¿Sobre tus padres?

—¡Cállate! —Jihu se da vuelta y corre, jala de la puerta el resto del camino para abrirla y luego se detiene cuando me encuentra en su camino.

—Jihu, tienes que disculparte con Yoongi. —Sus lágrimas calientes y furiosas le caen por las mejillas.

—Jungkook. Necesita un descanso. —Yoongi se acerca y le toca suavemente el hombro. —Puedes irte a tu habitación un rato, ¿De acuerdo? Pero Jungkook tiene razón sobre esa disculpa. Sé que estás sufriendo. Yo también. Y desearía poder quitarte ese dolor, pero no puedo. Les debo a ustedes, a ellos, asegurarme de que crezcan adecuadamente y decirme que me calle, no está bien. —Él cae de rodillas frente a él. —Si quieres un abrazo, estoy aquí. Pero si quieres estar solo, también está bien.

Se da vuelta y recorre el pasillo hasta su habitación.

Yoongi suspira y le doy la mano para ayudarlo a levantarse.

—Ahora me odia. —Solloza Haneul. —Me dijo que no hablara de mamá o papá, y yo…

—Puedes hablar de ellos tanto o tan poco como quieras. —Yoongi corre hacia ella y la abraza con fuerza.

Yoongi hace todas las cosas que no entiendo, el amor que no sé cómo dar. Estos niños, les he prometido mi vida, pero no sé qué hacer cuando Jihu se enoja o Haneul llora. Por eso Yoongi es un regalo del cielo.

Solo ha estado aquí dos días, Haneul y Jihu ya están aprendiendo y haciéndose más comunicativos. Pero no está exento de golpes. Después de todo, los niños todavía no entienden realmente por qué sus padres no regresaran.

—Es la hora de la merienda. —Yoongi enjuga las lágrimas de Haneul. —¿Por qué no vas a la cocina y ves lo que te ha preparado Suni? Y si lo deseas, puedes llevar el bocadillo de Jihu a su habitación. ¿Bien?

—¿Crees que todavía está enojado conmigo?

—Oh cariño. —Yoongi le besa la frente. —No está enojado contigo. Realmente no

—Bien. —Haneul no parece muy segura, pero se va y solo me mira antes de apresurarse a las escaleras y bajar a la cocina.

—Lo siento por eso. —Yoongi se pone de pie, el nuevo atuendo de verano que lleva lo golpea en todos los lugares correctos. La compradora personal no me ha defraudado. Cuando llegó anoche con un coche lleno de cosas, no pude quedarme y ver el rostro de Yoongi cuando lo vió todo. Quería hacerlo, pero los Kim decidieron presentarse en mi club en el centro.