angel (boypussy ver.)

15

Jungkook

—Tú no estás escuchando. —Hoseok suspira. Lo miro por el espejo retrovisor.

—Dijiste que Yang probablemente está de acuerdo con los Kim. —Entrecierra los ojos, pero vuelve a mirar la carretera.

—Dije eso, y que deberíamos matarlo.

—Todavía podría ser útil. —Me froto la barba con la mano. ¿Le gustaría a Yoongi que rasguñe sus suaves muslos con ella? No lo sé, pero ciertamente tengo la intención de averiguarlo esta noche.

—Solo tenemos unos días antes de que todo se estropee. —Hoseok se detiene en mi puerta y pasamos rápidamente.

—Soy consciente. —Siento el tictac del reloj con cada uno de los latidos de mi corazón. Pronto, vengaré a mi hermano, a su esposa y podré mirar a sus hijos a los ojos y decirles que maté a los que se llevaron a sus padres.

—Estás distraído. El niñero...

—No está en discusión. —Le doy una mirada de advertencia.

Levanta las manos y hace esa cosa en la que se muerde el interior de la mejilla.

—Sé que estás tratando de cuidarme. Llevamos en esta mierda el tiempo suficiente para saber cuándo te estás poniendo ansioso, ¿De acuerdo? Pero estoy bien. Yoongi no es una distracción momentánea o una especie de… —No puedo encontrar las palabras.

—¿Una forma de procesar su dolor? —Completa cuando entra en el garaje más cercano.

—Puede parecer así, pero no lo es. —Salgo del coche. —Tengo la intención de procesar mi dolor a la antigua.

—Venganza. —Asiente cuando entramos en el pasillo trasero.

—Exactamente.

—Está bien. —Sus hombros se relajan solo un pelo. —Me callaré.

—Te conozco lo suficiente como para saber que eso es una mierda, pero al menos espera unos días antes de volver a mencionarlo. —Continúo por el pasillo mientras se convierte en mi oficina. Los negocios pueden esperar. Yo quiero ver a Yoongi y ... por primera vez, estoy realmente curioso acerca de lo que los niños están haciendo. Se emociona mucho cuando habla de ellos, de todo el potencial que ve dentro de sus cabecitas. Tal vez él me está contagiando con esa emoción, no, no con esa emoción.

Esperanza.

Eso es lo que nos está dando a los niños y a mí. Espero que aunque sus padres se hayan ido, podamos ser una especie de familia.

Sonriendo al pensarlo, salgo por la puerta trasera y me encuentro con una discusión.

—¡Te dije que no comieras mi manzana! —Jihu señala a Haneul con un dedo.

—No me la comí. Se la di a Lollipop. —Responde con descaro. El rostro de Jihu está rojo, la ira se eleva en él como una marea. Yoongi se apresura, la camisa amarilla que lleva le queda como un soplo de verano.

—Jihu, ella se la dio al caballo. Está bien. Puedo entrar y traerte otra.

—¡No! —Él echa humo. —El picnic está arruinado. ¡Ella lo arruinó!

—Jihu, tienes que calmarte. —Yoongi le rodea el hombro con el brazo, pero él se encoge de hombros y se aleja corriendo hacia la arboleda de duraznos.

—Siempre está enojado. Busca cosas por las que gritarme. —Haneul se enjuga los ojos, todo el descaro desapareció ahora que su hermano ya no está frente a ella.

—No era así cuando... —Se detiene y traga saliva. —Antes. —Corrige en voz baja. Su pequeña barbilla comienza a temblar. Yoongi la abraza y luego su mirada se encuentra con la mía. Hay lágrimas en sus ojos, unas que no derrama. La forma en que se aferra a Haneul, es como una madre, una que está haciendo lo mejor que puede. El mismo tipo de madre que era la mía. Me golpea justo en el pecho, la sensación de calidez y necesidad, todo envuelto. Y solo lo he sentido por él, por este desafortunado chico que el destino puso en mi camino.

—Hablaré con Jihu. —Me acerco a Haneul, que me mira con los ojos muy abiertos.

—Gracias. —Yoongi sonríe. —Creo que podría escuchar mejor si viene de ti.

—No sé. —Todavía no sé cómo interactuar con los niños, pero tal vez sea porque he estado tan concentrado en eliminar a mis enemigos y hacer justicia para sus padres que no lo he dado todo.

De hecho, sé que no lo he hecho. Haneul solloza.

—Shh. —Yoongi acaricia el cabello de Haneul. Aunque parece extraño, y no se parece en nada a mí, me arrodillo detrás de Haneul. Ella se vuelve y me mira. —Hola. —Sueno como un idiota.

—Hola, tío Jungkook. —Ella todavía se aferra a Yoongi.

—Jihu está en una mala racha. Como tú. Pero hablaré con él, ¿De acuerdo?

—Bien. —Suena insegura.

—Siento no haber estado mucho por aquí. —Se vuelve hacia mí y finalmente suelta la camisa de Yoongi. Yo casi puedo sentir Yoongi radiante hacia mí. —He estado ocupado con cosas del trabajo.

—Papá siempre dijo que tú hacías todo el trabajo duro para que él no tuviera que hacerlo. —Sonrío porque amaba a Eunwoo. Mi hermano era todo lo que yo no soy, y sus ojos azules brillan en el rostro de Haneul.

—Él tenía razón, y no me importó. Quería trabajar para que tu papá pudiera concentrarse en ti. —Ella asiente con timidez.

—A veces… —Ella enreda sus pequeños dedos juntos. —A veces, cuando te veo, creo que tal vez eres él. —Mi corazón frío se rompe por eso. —Pero luego recuerdo que se ha ido. No volverá, ¿Verdad? —Suena casi esperanzada, como si tal vez le dé una respuesta diferente.

—No, cariño, no va a volver. —Extiendo mi mano y para mi sorpresa, ella la toma. —Pero te prometo que haré todo lo posible para darte una vida feliz. Una en la que te sientas segura y cuidada y... —Miro a Yoongi, con lágrimas en los ojos, pero esta vez junto con una sonrisa brillante. —Amada. —Termino.

—Te quiero, tío Jungkook. —Haneul envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y me abraza con fuerza.

—Te quiero cariño. —Le devuelvo el abrazo, sin soltarme hasta que lo hace.

Haneul mira por encima de mi hombro y frunce un poco el ceño. —Jihu es tan malo a veces. —Yoongi acaricia con una mano el cabello de Haneul.

—Todo está bien. Él se calmará. ¿Qué tal si tú y yo vamos adentro y vemos si podemos encontrar más manzanas?

—Bien. —Haneul se limpia la nariz y me da otra sonrisa tímida mientras Yoongi la lleva de regreso a la casa. Por alguna razón, solo saber que Yoongi lo aprueba y verlo darme una sonrisa de un millón de megavatios, me da la esperanza de que tal vez, a pesar de todo, pueda ser alguien con quien los niños puedan contar. Me vuelvo hacia el huerto de duraznos y me estabilizo para afrontar el mayor desafío hasta ahora:

Ganarme a Jihu.