Las clases se habían terminado y hoy me tocaba entrenar con el equipo, pronto tendríamos nuestro primer partido y hay que estar preparadas. No quiero sonar egoísta pero soy la que más destaca en el equipo, no lo digo yo sino el entrenador y él es el que sabe de esas cosas. No tengo mucha esperanza de que Charlotte esté, en su curso ya han empezado con pequeñas pruebas para ver su nivel y supongo que estaría estudiando, quien 100% seguro va a venir son mis amigos, me han escrito un mensaje diciendo que me darán una sorpresa y que lo podré ver cuando lleguen a las gradas.
En mitad del entrenamiento una compañera se lesionó, se hizo una esguince y no podía caminar. La única persona cera soy yo, el entrenador se había ido a por botellas para nosotras. Parecía una esguince hasta que ví que sus medias estaban manchadas de sangre, le quité la bota de fútbol y lentamente pasé a quitarle la media tratando de no hacerla daño. Tenía un golpe bastante duro que supuse que se lo hizo con un aspersor que se les olvidó tapar, no había nada cerca para mover tapar la herida y que dejase de manchar, por eso me tuve que quitar la camiseta y la utilicé como una especie de venda. La cargué y la llevé al banquillo para que el entrenador pueda atenderla cuando vuelva. Al finalizar el trayecto se oyeron aplausos de las gradas, no había muchas gente pero lo suficiente para que llamara la atención de los de alrededor. Agradecí y me fijé que allí estaban mis amigos con... carteles de apoyo en la mano e iban disfrazados de jugadoras profesionales, Sara iba de mi madre. Me empecé a reír al verles, me estaban dando la espalda para que vea sus dorsales con el nombre de cada jugadora pero aún así los reconocía, a veces llegan a ser un poco inmaduros.
Al terminar nos dirigimos al vestuario para ducharnos e irnos a nuestros respectivos cuartos a descansar. Como siempre fui la última en ducharme y prepararme para salir fuera, me quedé hablando con el entrenador y cuando entré solo quedaban unas 3 personas que se estaban vistiendo. Osea que estaría sola y no es que me haga mucha gracia pero puedo defenderme sola. Me estaba duchando cuando escuché que alguien entró, no le tomé importancia porque pensé que sería alguna compañera que se dejó algo y volvió a por eso, pero estaba equivocada cuando escuché a alguien hablar.
X: What beautiful views- su voz parecía uno coqueto y juguetón.
(Qué hermosas vistas)
Me asuste y pegué un pequeño brinco junto con un pequeño grito, agarré el bote de champú como arma para defenderme y me giré para ver de quien se trataba. Me quedé un poco aliviada al ver que se trata de Charlotte y no de un hombre, pero aún así mi corazón iba a mil del susto.
Carlota: ¿Qué haces aquí?- pregunta un poco confusa.
Charlotte: Apreciar las vistas- sonríe mientras la ve detalladamente.
Charlotte está yendo a unas clases de español que dá el instituto, a parte de las particulares que le dí cuando no sabía quien es realmente. Me hace sentirme feliz por su interés en aprender mi idioma, desde pequeñas siempre lo tuvo pero en unos pocos días no puedes aprender mucho.
Hay que tener en cuenta que después de lo que dijo sentí como comenzó a arderme las mejillas y mi corazón latía más rápido que antes, si no me cuido me puede dar algo ahora mismo.
Carlota: No son las mejores- se enjuaga la cabeza.
Charlotte esperó a qué me haya quitado todo el jabón de mi cuerpo para acercarse, y parece que le daba igual que el grifo estuviera encendido ella se acercó de todas formas.
Charlotte: Tienes pequeñas heridas por la espalda- habló en un tono suave mientras le acaricia la espalda lentamente.
Carlota: Eso es del fútbol- se da media vuelta y la ve.
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That Girl
RomanceEstá es la segunda parte de mi primer libro "That woman" Carlota, hija de las princesas Leonor y Marta, desde muy pequeña se ha hecho amiga de Charlotte, la hija mediana de los príncipes de Gales. A medida de que pase el tiempo comenzará a sentir co...