12 de octubre

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Ya vuelve a ser el POV de Carlota

Hoy es 12 de octubre, y estoy bastante emocionada por lo que me depara el día. Por la mañana desfile militar y pasa manos, por la tarde estas típicas meriendas donde vienen gente súper importante que nunca me acuerdo de sus nombres. Me hacía mucha ilusión el look que llevaré para el desfile, como bien dice el rumor, mi abuelo me apuntó a una pequeña academia militar, mejor dicho se lo pedí yo, porque me hace sentirme más unida a mi familia, mis madres y el rey hicieron cursos militares, pero nunca voy a aceptar en público que esta es la verdadera razón. No puedo esperar a darles ese tipo de sorpresa, estoy tan emocionada que quiero que pase ya, y eso que aún queda una hora.

Mi hermano pequeño también va a asistir, él no suele venir porque al ser el tercero en la línea de sucesión socialmente es menos importante pero nosotras queremos hacerle sentir igual que yo. Además, él siempre mostró un fuerte interés sobre los coches militares, seguro que se le ilumina la cara cuando vea alguno. Este año va a ser un poco diferente, a principios de marzo hubo un terrible incendio que dejó a un centenar de familias sin hogar, y acabó con la vida de muchas mascotas a la vez que personas. Por eso, al principio de la ceremonia habrá un arco más de flores, como si fuera una dedicatoria. Esto afectó mucho a la ciudad, al igual que a mi madre, esa semana no era ella misma, estaba como más apagada y dispersa, mi abuelo quiso que se tomara un descanso pero le rechazó la propuesta.

Ya estaba todo listo, los coches esperando en la puerta y nosotros ya vestidos para irnos. Nos subimos al coche y nada más salir ya había algunos ciudadanos esperando para saludarnos. Íbamos separados en tres coches, mis abuelos los primeros, mis madres en el medio, y mi hermano y yo en el de atrás. Nos encontramos rodeados de motos de policía, Marcos las miraba con mucha ilusión.

Carlota: ¿Te gustan?- sonríe.

Marcos: Me encantan- mira fascinado la moto- ojalá yo tener una- dice un poco desilusionado.

Carlota: Y la podrás tener- le mira sorprendido- ¿qué? Eres hijo de las princesas de Asturias, puedes tener todo lo que quieras, pero eso sí, primero llega a los 18

Marcos: Esperaré con muchas ganas- sonríe y se acomoda en su asiento.

Cuando miré por la ventana ya habíamos llegado al inicio del paseo. Ya se veían los lados de la carretera vallados y repleta de gente. Saludamos con la mano mientras el coche nos llevaba hasta nuestro punto de recogida. Al salir seguimos saludando, hasta que se escuchó a varias personas gritar enferma o invertida. Traté de ignorarlos y seguir con el protocolo, incluso Marcos se estaba conteniendo. Llegamos a unas mini gradas, mis abuelos se pusieron en lo más alto, a su derecha mis madres y a su izquierda lo más jóvenes. Sonó el himno, los que teníamos, o estamos, en un curso militar hicimos el saludo. Cabe recordar que cuando salimos del vehículo hubo gritos pero de emoción, y gracias a Dios tapaban las malas palabras.

Nos acercamos a saludar al presidente de gobierno, y al resto de presidentes de la comunidad, incluido los ministros. A mi hermano esta parte se le hacía aburrida, creo que a todos se nos hace así. Mi hermano junto con mi abuela subieron a la grada donde iban a estar, mientras que mi abuelo, mis madres y to nos quedamos para dar inicio a la ceremonia. Leonor y Felipe llevarán el arco en memoria de los soldados españoles perdidos este año, y Marta y yo llevaremos otro en memoria de los fallecidos y afectados por el incendio de las dos fincas. Se escuchó música triste mientras que dejábamos las cosas al lado de un palo con la bandera de España. Estuvimos cabizbaja hasta que se dejó de escuchar el sonido, lo que nos dió a entender que debíamos de volver con los demás.

El desfile estuvo bastante bien, no hubo problema alguno, todo correcto. Marcos se le iluminaba los ojos cada vez que veía un vehículo militar, imaginaros cuando aparece el tanque, nunca antes le había visto tan emocionado, a lo mejor en su cumple le regalo unas entradas a un museo militar, no sería un mal regalo. Tuvimos que mostrar una expresión seria pero cuanto más joven seas más difícil se hace, y mi hermano fue al que más le costó. Me tomaba de la mano cuando estábamos sentados, lo hace porque quiere permanecer a mi lado y así yo no vuelva a Gales. No se despega de mi. Ví a mis compañeros de la academia desfilar, lo hicieron los mayores de edad y que anteriormente habían estado en la Academia militar de Zaragoza, allí mi madre Leonor estudió y yo seré la siguiente en dos años, si todo va bien.

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