Epílogo

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Elsa


9 meses después...


—¡Corre, Jack, Kristoff nos está esperando!

—¡Ya voy, ya voy!

Bufé y sujeté bien mi maleta mientras la arrastraba tras de mí.

—¡No tan rápido, Elsa, espérame!

No pude evitar reír, hasta que llegué a la calle de los estacionamientos, donde Kristoff esperaba por nosotros. Él estaba allí, junto a la camioneta esperándonos. A penas me vio, sonrió.

—¡Pero que guapa estás! —Exclamó abriendo sus brazos para darme un fuerte abrazo.

—Hola, Kriss.

—¿Como ha ido el viaje? —Preguntó separándose.

—Bien, tranquilo.

—¿Y Jack?

—Por ahí viene —Dije mirando hacia atrás.

—Déjame adivinar, viene cargadísimo.

Rodé los ojos.

—No es mi culpa que se ofreciera a llevar una de mis maletas. —Dije sonriendo mientras veía como Kristoff tomaba mi equipaje para colocarlo en la parte de atrás de la camioneta. En eso, Jack llegó.

—¡No entiendo cual es la necesidad de llevar dos maletas!

Rodé los ojos.

—Ni siquiera tiene cosas mías, son solo regalos para mi querida ahijada.

—Ah, claro, tú vas apurada porque tienes solo ganas de ver a la bebé —Dijo Jack caminando hacia Kristoff. —Hola, amigo ¿Como va todo? ¿Que tal tu vida de padre?

Kristoff rio.

—Bastante bien, la verdad. ¿Como han estado ustedes? ¿Qué tal Los Ángeles?

Con Jack compartimos una sonrisa.

—Por allá todo va bien. —Dije sonriendo.

—Me alegro, ahora vámonos que Anna está ansiosa por verlos.

Asentimos y subimos a la camioneta.

Según supe, luego de que yo me marchase de Sitka hace poco menos de un año, Kristoff y Jack tuvieron una fuerte discusión y quedaron peleados, pero cuando fuimos a visitarles en marzo para disculparme con ellos y contarles todo lo que había sucedido con Hans, Jack le pidió perdón a Kristoff y arreglaron las cosas, así que todo volvía a ser como antes entre ellos. Fue también cuando vi a Anna con una pequeña barriga de 4 meses de embarazo, la verdad, lucía espectacular y la noticia me emocionó tanto que casi lloré al enterarme. Anna era una chica muy dulce que merecía toda la felicidad del mundo. Luego de ese pequeño viaje de una semana, no había tenido oportunidad ni tiempo de volver a Alaska, por lo que aún no podía conocer a la pequeña bebé más que por fotos. Así que Jack y yo decidimos dejar como tradición dejar diciembre para vacacionar en aquel pequeño y cálido pueblo que me devolvió a la vida un año atrás. Ese diciembre en especifico, era especial porque conoceríamos a la nueva integrante.

Así que allí estábamos, el uno de diciembre llegando a Sitka, otra vez.

Él camino a casa de Kristoff fue algo largo, pero nos la pasamos charlando sobre la bebé y cosas que habían pasado esos días. Como por ejemplo, que Diane, la hija de Carl, se había aparecido por allí después de años. resulta que su madre había fallecido y fue en persona a decírselo a Carl. Fue una noticia triste, pero Carl la acompañó durante todo esos días del velorio y funeral, así que la chica se había vuelto a marchar después de eso. Muy raro, sí. Pero Carl la amaba, era su hija, así que estaba bien.

Memorias de una canción [JELSA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora