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El día de la fiesta llegó y yo estaba a punto de llegar al lugar donde sería. Manu me había conseguido un vestido blanco elegante y un antifaz del mismo color, sin duda me veía muy bien

Cuando llegué pude ver que había muchísima gente que tenían antifaces, no sabía a donde ir porque no reconocía a nadie

—Hola.— se acercó un señor con una copa —Te vi entrar y supe que tenía que venir a saludar, tu vestido te hace ver como un ángel.—

Sonreí nerviosamente, por su voz y sus canas podía ver que tenía más de 40 años

—Gracias por el halago.— exclamé notablemente incomoda

—Debes ser actriz, solo ellas tienen una presencia tan imponente.— dijo, en eso tenía razón —Yo puedo conseguirte buenos papeles, soy productor de la televisora.—

Sabía que eso último había sido un tipo de propuesta asquerosa, este mundo estaba lleno de comentarios de ese tipo

—Ya tengo un manager que me consigue buenos castings.— murmuré —Ahora me tengo que ir.—

Me alejé rápidamente de él mientras pensaba en como encontraría a la jefa de la televisora, no podía reconocer a nadie así que sería como buscar una aguja en un pajal

—Disculpa.— escuché detrás de mí, la voz era de alguien joven así que me giré a mirarlo —Tu vestido...—

—¿Me hace ver como un ángel?.— cuestioné recordando lo que acababa de pasar —Ya te ganaron ese piropo.—

Miré como ese chico se agachó y estiró un poco mi vestido

—Te iba a decir que estaba mal doblado en la parte de abajo.— avisó levantándose —Si seguías caminando así te podías tropezar.—

Sonreí avergonzada por el malentendido

—Lo siento.— me disculpé de inmediato —No quería sonar arrogante o algo por el estilo.—

—Sonaste igual a cualquier otra persona de aquí, no entiendo porque todos son arrogantes.— dijo sin darle importancia y después se alejó

Quedé totalmente helada por aquella respuesta, era la primera vez que alguien decía que todos los que asistían a estos eventos eran arrogantes, usualmente los que venían solían ser lo más falsos posibles para conseguir contactos

Decidí seguir a ese chico, algo en él me llamó la atención así que si tenía que pasar mi tiempo en este evento lo haría en algo más interesante que solo buscar a la jefa de la televisora

Vi que salió del salón directo a un balcón así que tomé dos copas de champagne y me acerqué a él

—¿Quién eres?.— cuestioné ofreciéndole la copa, él se la tomó como si solo fuera agua

—Pensé que estas tonterías de los antifaces era para que nadie supiera quienes somos.— dijo —No puedes venir y solo preguntarlo.—

Yo tomé un poco de mi bebida, en el balcón habían más personas pero igual se sentía como si los demás no importaran

—Todos aquí me parecen aburridos pero tú llamaste mi atención.— confesé

—¿Gracias?.— se burló un poco —Aunque te entiendo, a mí me obligaron a venir aquí, yo estaría más cómodo estando en casa con mi perrita—

Al menos ya había algo que teníamos en común, ambos fuimos obligados a venir

—¿A qué te dedicas?.— cuestioné intentando sacar más información, si también era actor podríamos ser amigos y trabajar juntos en alguna ocasión —Si no me dices tu nombre al menos dime eso.—

—¿Por qué siento que me estás interrogando?.— preguntó —Tuve un gesto amable contigo, me seguiste y ahora en lugar de platicar como gente normal simplemente intentas descubrir quien soy.—

Para mí era muy difícil mantener "conversaciones normales", desde que era muy pequeña estuve frente a las cámaras y eso había afectado mi desarrollo social. No solía rodearme de amigos, podría decir que la única persona que tenía a mi lado en este momento era Manu

—¿Tanto te afectaría decirme quien eres?.— pregunté y miré como asintió —¿Por qué?.—

—Si rompemos el anonimato será mucho más aburrido.— exclamó en un tono juguetón

Antes de que pudiera decir algo más noté que una señora con vestido rojo y antifaz negro se acercó a nosotros, era obvio quien era por toda la gente que venía detrás de ella

—Me dijeron que me estabas buscando.— dijo dirigiéndose a mí, yo asentí —Te escucharé, tienes 5 minutos.—

Sabía que esta fiesta era hecha por la gente de la televisora, ella claramente sabía quienes estaba bajo cada antifaz, supongo que era para mantener el control por si algo llegaba a pasar

—¿Ahora?.— cuestioné confundida y ella asintió

—¿O quieres que te escuche mientras procesamos tu carta de despido en mi oficina?.— cuestionó ella —Porque si es así nos vemos mañana a primera hora.—

Suspiré intentando acomodar mis ideas, aquel chico seguía a mi lado, como si quisiera escuchar este chisme que no le incumbía pero sería más interesante que la fiesta

—Los rumores no son ciertos, cuando me captaron con ese señor fue porque estaba ofreciéndome un contrato con otra televisora pero me negué de inmediato.— dije —Es asqueroso pensar que yo tendría algo con él.—

—¿Cómo podría asegurarme de que todo es mentira?.— preguntó ahora —Los chismes vuelan y ver a una de las mejores actrices de mi televisora en los portales de internet causó un desplome con algunos patrocinadores por el daño a tu imagen. Si quieres que la televisora siga con tu contrato necesitamos más que solo palabras.—

¿Qué otra prueba necesitaba? Le estaba diciendo la verdad y se negaba a creerme. Tomé lo que restaba de mi copa y me armé de valor para usar una estrategia que alguna vez actué en una serie

—No puedo estar en una relación con ese señor porque estoy en otra relación.— mentí y me giré un poco para mirar a aquel chico –De hecho, con él.—

Tanto aquella señora como él no dijeron nada, gracias al antifaz no podían ver los nervios que sentía, rogaba para que él no me desmintiera y arruinara mi oportunidad de conservar el apoyo

—¿Por primera vez trajiste una pareja a las reuniones?.— cuestionó sorprendida y asentí, se lo había creído —Es increíble, deberías presentarlo en un programa matutino o vender la exclusiva al portal de la televisora.—

Pude percibir que aquel chico se iba a marchar así que tomé su mano para detenerlo, claramente la jefa lo notó también

—Pensar en exponer nuestra relación lo hace querer huir, nos pone nerviosos los comentarios que recibiremos.— justifiqué riendo un tanto nerviosa sin soltarlo —¿Verdad mi amor?.—

Esperaba que respondiera aunque aquel apodo había sonado ridículo, incluso para mí. Necesitaba que aunque fuéramos desconocidos me apoyara y no me dejara hundirme con aquella mentira frente a la jefa de la televisora

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora