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Dos días pasaron y nosotros ya estábamos abordando el avión directamente a España. Roberto me había presentado a su manager que afortunadamente había aceptado representarme aunque yo estuviera en algún tipo de "lista negra", él decía que aunque conseguir oportunidades para mí sería complicado no sería imposible así que eso me alivianó

—Te dije que podríamos viajar juntos.— sonrió mi novio mientras me ayudaba a ajustar mi cinturón 

—Y yo te dije que auténticamente perderías el vuelo que tenías originalmente.— recordé

Aún no me había dicho de que trataba su evento pero yo estaba lista para visitar España, es cierto que ya había ido gracias a mi carrera pero ahora tendría con quien disfrutar de esa experiencia 

—Señorita, aquí dice que tenemos que pagarle a la seguridad que nos hizo llegar al avión sin que los reporteros la molestaran y...— empezó a hablar Chucho, mi nuevo asistente personal

Miré a Roberto, él parecía querer aguantar una risa por la situación

—No te preocupes Chucho, vete a sentar, yo soluciono eso llegando a nuestro destino.— sonreí amablemente y él obedeció mientras iba a buscar su asiento 

Cuando no estuvo cerca escuché que Roberto por fin soltó una carcajada así que le di un codazo. Hace días cuando dijo que tenía un asistente que presentarme me envió el contacto de Chucho, a mí me urgía contratar a alguien así que no lo pensé mucho 

—Te dije que era bueno, vino para avisarte de lo que tienes que encargarte.— se burló 

—Manu no me avisaba, él se encargaba de resolverlo.— dije y solté un suspiro —Sé que te agrada Chucho pero ni siquiera sabe como revisar mis compromisos pendientes y eso que le di una tablet donde tiene todo.— 

—Dale tiempo para que se acostumbre, se ve que es buen muchacho.— lo defendió 

Chucho era un chico que venía de un pueblito, toda su vida había trabajando cargando cosas y de hecho había llegado a trabajar en la producción de la telenovela donde yo estaba participando gracias a que se encargaba de los trabajos que nadie más quería, desde cargar material pesado de las escenografías hasta limpiar varios desastres asquerosos que se hacían durante las grabaciones. Cuando lo llamé para ver si quería ser mi asistente no dudó en aceptar el puesto aunque supiera que tendría que estar pendiente a todas horas de lo que pudiera necesitar, pensé que podría encargarse de lo básico como revisar la tablet donde estaban anotados mis compromisos pero siempre me preguntaba que hacer, como si buscara mi aprobación en cualquier cosa

—Además, no creo que nadie más se hubiera aceptado viajar a otro país con tan poco tiempo de antelación solo para atenderte.— añadió Roberto 

—A decir verdad me sorprendió bastante que tuviera todos sus documentos en orden para viajar.— dije 

—Tampoco seas culera con mi compa Chucho.— pidió 

Los típicos anuncios antes de iniciar el vuelo habían empezado así que supe que estaríamos por despegar, el avión empezó a moverse y por un momento una sensación de miedo me gobernó así que cerré mis ojos con fuerza 

—¿Qué te pasa?.— preguntó confundido 

—No lo sé.— respondí aún sin abrir mis ojos —Es la primera vez que viajo sin Manu o sin mis papás, es extraño. Me siento de alguna manera agobiada.— 

Sentí que él tomó mi mano y la apretó un poco así que abrí mis ojos, ya estábamos despegando

—Te volviste muy dependiente del Manolete y sé que estás pasando por un proceso de separación muy cabrón.— dijo provocando que lo mirara —Estoy contento de que poco a poco sigas rompiendo esa burbuja donde has estado tantos años, aunque no lo creas soy muy comprensivo y aunque te sientas agobiada por otro wey, voy a estar sosteniendo tu mano para que veas que no hay nada de malo con empezar a hacer cosas básicas con otras personas a las que no estés acostumbrada.— 

Nuevamente él estaba demostrando que sabía que decir en los momentos que ni yo entendía así que me sentía afortunada de tenerlo a mi lado, sin duda había encontrado el amor donde menos lo había buscado

—No puedo creer que vaya a decir esto pero...— hice una pequeña pausa y sonreí un poco —Eres un wey tan pinche perfecto.— 

Escuché que rio pero aún así no me soltó, cuando terminó de reír conservó una sonrisa en su rostro, amaba esa sonrisa tan sincera que me hacía sentir que todo estaría bien 

—Que lo hayas dicho de esa manera me mató.— confesó poniendo su mano libre sobre su corazón —Neta fue lo más bonito que pudiste decirme.— 

—Creo que te he dicho cosas más lindas que esa.— me burlé y él empezó a discutir mi argumento como si realmente pensara que no le había dicho algo mejor que eso 

Mientras lo escuchaba hablar quedé embobada por todo lo que hacía, desde las veces donde movía las manos como si con esos movimientos quisiera dejar más claro lo que estaba diciendo hasta lo mucho que enfatizaba algunas cosas que decía, estaba tan enamorada de él que nadie lo entendería

—¿Me estás escuchando?.— preguntó sacándome de mis pensamientos 

—Sinceramente no.— admití y me miró mal 

—Son bastantes horas de viaje así que más te vale que me empieces a prestar atención.— amenazó, aunque no lo sabía me había quedado distraída en él

—¿Y si no te presto atención?.— cuestioné burlona —¿Qué harás?.— 

—Lo descubrirás cuando aterricemos.— dijo con una expresión bastante coqueta

Reí provocando que él también riera, sabía que serían varias horas de vuelo pero este sin duda sería el vuelo más interesante de toda mi vida

𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora