Me puse lo más linda que pude y como lo prometió me llevó a su casa pero solo fue para que él también se cambiara, para mi sorpresa su idea de "ir a conocer algunos lugares buenísimos de la ciudad" era un gimnasio
—Me da miedo preguntar que hacemos aquí.— dije y pude ver como se rio —¿Realmente me dijiste que me pusiera linda para traerme aquí?.—
—Te dije que te traería a la cita más estúpidamente romántica que pudieras imaginar y aquí estamos.— recordó con una sonrisa
Tomó mi mano para jalarme y adentrarme más a aquel lugar, yo solo veía como llegábamos a una sección donde se veían a algunos que entrenaban boxeo, eso me dio curiosidad
—Esto no es mi idea de "romance".— avisé mientras seguíamos caminando —Yo pensaba en una comida en un lindo restaurante o en un paseo por un museo.—
—Al principio yo también pensé en algo así.— confesó —Pero cuando te pedí que te pusieras linda apareciste con ropa cómoda y tenis así que se me ocurrió algo más.—
—Pero me veo linda así vestida ¿no?.— cuestioné
—Hermosa.— respondió y sonreí
Llegamos hasta un punto donde había uno de esos costales grandes que ocupaban para golpear así que miré con duda lo que se supone que haríamos
—Sigo sin entender la coherencia de esta cita.— avisé y noté que de una pequeña maleta que trajo sacó algunas vendas —¿Y eso?.—
—Te vendaré las manos.— avisó
—Pero si no me las lastimé.— exclamé dudosa y soltó una sonora carcajada
Me llevó hasta una banca que había cerca, dejó ahí su maleta y tomó una de mis manos para empezar a vendarla, yo no era consciente de lo que estaba pasando pero aun así decidí confiar en lo que se supone que estaba haciendo
—A veces se me complica un poco el vendaje.— dijo, ya se había tardado un poco
—Tomate tu tiempo, yo no tengo prisa.— avisé para darle tranquilidad
Después de algunos minutos ya me había vendado ambas manos y me ayudó a hacerme una coleta en mi cabello, aunque esa le había quedado un poco chueca, igual la intensión era lo que contaba
—Bueno, llevas días reprimiendo tus sentimientos.— dijo y asentí —Yo últimamente encontré una buena forma de sacar mi frustración en esto así que espero que pueda ayudarte también.—
Se puso atrás del costal de boxeo para agarrarlo, yo seguía con duda
—Golpéalo.— pidió
—Jamás he golpeado nada en mi vida.— confesé
—Tú solo dale.— insistió
Le di un ligero golpe al costal y pude escuchar que se burló
—Pero dale más fuerte.— exclamó ahora
—¿Sabes cuantos años he cuidado mis manos?.— pregunté —Está muy lindo el vendaje que me pusiste pero si llego con las manos dañadas Manu...—
Me detuve en seco, estuve a punto de decir que Manu me regañaría pero ahora él ya no formaba parte de mi vida, odiaba la maldita costumbre de tenerlo tan presente aún
—¿Manu que?.— cuestionó —¿Te regañará? ¿Te controlará la vida hasta que vea que ya no le estás haciendo caso y que perdió todo el control que tenía sobre ti? ¿Buscará el momento adecuado para traicionarte?.—
—Creo que es suficiente.— hablé
—¿Te tratará como "su estrella" hasta que ya no le sirvas?.— siguió haciendo que recordara todo lo que había hecho mi ex manager —¿Te arruinará la carrera en la que estuviste trabajando toda tu vida?.—
Sin siquiera pensarlo le di el golpe más fuerte que pude a aquel costal, realmente sentía mucha adrenalina en mi cuerpo en ese momento
—Eso estuvo bastante bien eh.— sonrió mi novio —Solo intenta no golpear con el pulgar así porque ahí si te vas a lastimar.—
—¿Ahora también eres boxeador?.— cuestioné
—Un poco de esto, un poco de aquello.— respondió usando su tono burlón
Reí y él me hizo una señal para que siguiera golpeando aquel costal así que empecé a hacerlo con más confianza, estaba con Roberto así que no debía importarme nada más. Mientras soltaba algunos golpes solo recordaba lo mal que me la había estado pasando estos días, quería dejar atrás todo de una vez por todas pero era muy difícil desprenderme de lo único que sabía hacer
Pasamos bastante tiempo entre golpes y otros ejercicios que él me puso a hacer, entre ellos saltar la cuerda y correr entre algunos conos, yo no entendía la razón de porque consideraba esto como algo romántico pero debía admitir que me la estaba pasando muy bien y que me había ayudado a descansar mi mente de todo lo que me estaba atormentando
—Ya no puedo más.— me quejé sentándome en el suelo, él se sentó a mi lado mientras me ofrecía una botella de agua así que la tomé para beber un poco —Estoy sudada, cansada y seguramente mañana me dolerá el cuerpo, sin duda no me preparé para este tipo de cita "romántica".— me quejé
—Fue romántica.— discutió —El mayor gesto de amor que pude tener contigo fue sacarte de tu casa y activarte con un poco de ejercicio, golpeaste ese costal para sentirte más tranquila, te aseguro que si te hubiera llevado a comer aún seguirías sobrepensando las cosas.—
Quizás en eso tenía razón, realmente el ejercicio había despejado un poco mis ideas
—Y para que veas que estoy orgulloso de que saliste de tu casa te cumpliré un deseo.— avisó y lo miré emocionada —Ya no digas que quieres tu cena en el desayuno, ten más originalidad.—
Reí por eso último, ¿Qué podía pedir que fuera más complicado? esta vez si quería hacerle las cosas difíciles
—Quiero mi carrera de regreso.— pedí
—Tampoco soy brujo.— exclamó y lo miré mal —Lo que quieras menos eso.—
Volví a pensarlo un poco hasta que encontré una buena respuesta, había algo que necesitaba conseguir antes de planear como recuperarme
—Quiero un nuevo manager.— pedí esta vez —Uno bueno.—
—Si quieres puedo presentarte a mi manager.— ofreció y lo miré con duda
—¿Tienes manager?.— era algo que no recordaba que me hubiera mencionado y eso que ya llevábamos tiempo conociéndonos
Ahora él me miró mal así que reí, si su manager aceptaba representarme podía ser mi salida de este agujero tan horrible donde me había metido. Quizás con un poco de suerte podía resurgir y demostrarles a todos que se habían equivocado al cerrarme las puertas... aunque aún me faltaba un gran proceso por atravesar
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𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 [Roberto Cein X Tú]✓
Fanfiction𝐋𝐑𝐃𝐂𝐑|| Donde _____, una actriz reconocida, conoce a Roberto en una fiesta donde estaba prohibido saber su identidad. O donde Roberto, un streamer cansado de la monotonía, decide mantener el juego del anonimato.