Amor

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He tenido la suerte de amar y ser amado, describir al amor es difícil, describir ese sentimiento que florece en ti con una rapidez tan grande que a veces es imposible saber si amas o solo enloqueces sin poderte controlar.

Pero amores verdaderos tuve pocos, tan solo dos hasta el momento, siempre he buscado un amor sincero, uno que pueda dar todo lo que puede y reciba todo lo que merece, uno que me llene de alegría e ilusiones, un amor que incluso si no lo merezco este a mi lado solo porque me ama como ningún otro ser podría hacerlo.

Mi nombre es Arturo tengo 21 años y siento que los únicos amores verdaderos que he tenido llegaron a mi aquel 12 de enero, era verano y el sol brillaba con fuerza, cuando mi padre trajo a dos niños pequeños, a los cuales llamo mis nuevos hermanos y aunque mi corazón al inicio se negó a creerlo con pasar tan solo 3 minutos supe que mi suerte había sido bendecida por un dios misericordioso quien en un acto de compasión había llevado a mi vida a dos seres que me enseñaron entre risas y juegos el mas puro y único amor, uno que por mas que pasa el tiempo no deja de crecer, sigue aquí y que como una luz brillante ilumina mi existir.

Los nombres de quienes con apenas 19 y 17 años me han enseñado a amar sin limites, a querer de verdad, me han enseñado lo que se siente ser feliz hasta con las cosas mas mínimas, los nombres que aquellos ángeles que sin saberlo me hicieron amar como nunca amare a nadie, sus bellos nombres son Khaleb y Gabriel, ellos tenían 10 y 8 años cuando los trajeron aquí..

Hablare de ellos intentado decir con palabras lo que ellos son para mi, aunque se que es imposible describir el sentimiento que despiertan en mi alma.

Khaleb estudia música, es algo pequeño para su edad, con una risa tan sonora que parece una melodía alegre que se desliza por el aire con una suavidad estremecedora, cuando lo conocí por primera vez era callado y algo cortante, y aunque me costo llegar a el pude hacerlo y no me arrepiento por haberlo hecho, en unos días me di cuanta de que Khaleb en realidad era un ángel, uno que yo no merecía pero que si dios me lo había regalado haría todo por hacerlo feliz. Muchos opinan que es algo frio y distante, yo creo que es un pequeño niño que merece ser amado a mas no poder, que es tan hermoso y sincero como nadie jamás podrá serlo y estoy dispuesto a dar todo por verlo lograr sus sueños y se que lo hará, Khaleb puede ser lo que el desee ya que es perfectamente capaz.

Gabriel es el mas pequeño, llego a mi con 8 años, era un niño juguetón, divertido y algo travieso, que a pesar de no conocerme me enseño desde el inicio que ser su hermano mayor era el honor mas grande del mundo entero. Gabriel, el de los términos indescifrables, que hablaba en su propio lenguaje, usando palabras tan extrañas pero que dichas por él se sentían como caricias al alma. Con el aprendí a disfrutar aquellas tardes de lecturas donde junto a él conocí mil y un historias, imaginado que éramos los protagonistas, imaginado y deseando con toda mi alma que aquellos momentos sigan por toda la eternidad.

Esos dos bellos ángeles me enseñaron a amar, a amar sin limites, sin peros ni justificaciones, a amar porque amar es una bendición, una que no todos saben aprovechar pero que yo cada día y a toda hora me esfuerzo por aprovechar, porque amar es lo mejor que nos puede pasar y ser amado es una recompensa que debemos saber apreciar.

Historias de un corazón que sueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora