Perfección

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Narrada por Ethan

Desde pequeño me dijeron que el amor era un cuento hermoso y perfecto, que había un alma gemela esperando a por ti y que en algún momento encontrarías a aquel amor que tanto deseabas, a aquella persona que completara tus sonrisa, que escuchara tus ideas, que te amara y fuera única y especialmente para ti, que en algún momento encontraría a mi luna, a mi estrella y que podría decir que había encontrado al amor de mi vida.

Así que dedique gran parte de mi vida a dos cosas, la primera fue que yo mismo tenia que ser perfecto para así poder gustarle a quien fuera mi alma gemela, estudie una carrera de prestigio y forme un cuerpo atractivo, comía sano y estudiaba mucho, no forme hábitos desagradables porque quería que amara cada parte de mi sin detestar ningún defecto, lo segundo que intente hacer luego de centrarme en mi fue buscar que cosas debería tener aquella persona que me hiciera feliz.

Hice una lista de lo que yo consideraba que tener aquella persona especial:
1- Debía de ser delicada, una mujer con modales ejemplares.
2- Debía ser noble, un lenguaje adecuado y servicial.
3- Debía saber hacer las cosas del hogar, yo iba a apoyarla claro pero debía ser entregada a su familia.
4- No quería que tuviese ningún tipo de tatuajes, me gustan las mujeres que son recatadas.
5- No quería que sea fiestera, no me gusta que sean alocadas ni nada por el estilo.

Muchos consideraban esa lista machista, que se basaba en mis ideales pero yo también estaba dando algo a cambio así que mínimo merecería algo que se adapte a mis gustos, quería una vida tranquila no una aventura loca, había soñado siempre con la familia perfecta, una donde yo trabajara y mi mujer cuidara a mis hijos, una donde no hubiera problemas pues entre ella y yo seriamos la balanza perfecta, yo seria la cabeza del hogar y ella seria la que cuidaría nuestro mundo. Así que me pase gran parte de mi juventud buscando a aquella mujer que llenara ese vacío en mi corazón, aquella alma perfecta que se adaptara a mis gustos y fuese aquella parte que yo sentía que me faltaba.

Mi trabajo consta en ser el jefe de una empresa que forme con esfuerzo y sudor, usar trajes pulcros que demuestran lo importante que es el cargo donde estoy, con una apariencia impecable puesto que esto es lo que requiere alguien como yo, el lugar donde vivo es sofisticado, ordenado y siempre limpio, detesto la idea de suciedad, de un mal desayuno, de no tener las cosas en su lugar como a mi me gustan.

Este día es especial, hoy tendré una reunión muy importante para comprar acciones de una empresa, si todo salía bien tendría unos cuantos ceros más en mi tarjeta, y sería un exelente hombre para cualquier dama que buscara a su hombre ideal. Cómo siempre aliste mi traje, un traje azul marino que combinaba a la perfección con la corbata, unos zapatos de cuero que imponían clase y respeto, el cabello como siempre muy bien peinado, un corte atractivo que mantenía mi estatus, la piel como siempre limpia y con un olor a perfume, a limpieza, a paz.. un olor atractivo que dejaba en claro el tipo de persona que yo era.

Narrado por Damien:

Definitivamente la vida es una completa mierda, un completo desastre, aunque el peor desastre de todos soy yo, acabo de quemar mi supuesto desayuno, el huevo revuelto ahora es una bola de aceite y grasa que se sirve en un plato sucio ya que no pude lavarlo el día anterior, el olor a suciedad llena mis fosas nasales.. me encanta este olor. Las latas de cerveza están esparcidas por el suelo junto a algunos bocadillos a medio comer, la cocina parece un basurero con algunos trozos de comida rápida de días anteriores.

Trate de buscar algo de ropa decente pero solo encontré una camiseta sucia, una sudadera que definidamente no combinaba con el jean suelto que tenia, parecía un vagabundo.. definitivamente tenia la imagen de un vagabundo... Hoy tendré otra sesión para mis tatuajes, soy como podría decirse el estereotipo de chico malo, la espalda y brazos cubiertos de tatuajes, una cobra que abarca todo mi cuello y se enrolla por mi nuca, un dragón dibujado en mi espalda y algunos trazos imponentes tatuados en mis brazos, el día de hoy haría algunos en mis piernas, desde niño me agradaron los tatuajes, aquellos trazos eternos que podías hacer en tu piel, que quedarían como marcas de guerra para demostrar lo fuerte que eras.

Historias de un corazón que sueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora