°•×{Cuando el Sol brille}ו°

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_Narrador_

Sabo cogió su taza -que había dejado de humear hacía una hora- y le llevó a sus labios, sintiendo el ahora helado sabor del café. Su mirada estaba clavada en un punto indefinido de la cocina y parecía embobado.

La alarma de su móvil lo sacó del trance. Giró levemente la cabeza y miró como el teléfono vibraba con una melodía asquerosa y marcaba en la pantalla "6:30 a.m.".

Suspiró, dejó la taza y con el cansancio acunado bajo sus ojos subió las escaleras al primer piso. Llegó a la habitación de Luffy. Se acercó lentamente y de repente lo sacudió bruscamente en la cama.

-Luffy, venga. -lo zarandeó- Tienes que levantarte o llegarás tarde.

El menor se retorció entre las sábanas, y tras minutos de forcejeo con su hermano terminó levantándose a la fuerza.

Para ese entonces en la cocina había un rubio deteriorado, sorbiendo su frío café, y un hiperactivo adolescente moreno comiéndose un tazón de cereales como si no hubiera un mañana.

Luffy, al ver que su hermano no salía de su empanamiento se limpió la boca con el dorso de la mano.

-¿Te has vuelto a dormir?

-¿Eh? ¿Qué? -Sabo lo miró confundido.- Ah... Que va.

-Sabo, ¿llevas desde las cuatro despierto y aquí sentado? -dijo rendido Luffy, soltando la cuchara de cereales- ¿Otra vez?

-No podía dormirme. -concluyó este, levantándose y retirando su desayuno.

-No querías, que es diferente.

Sabo ni le contestó. Se dedicó a salir de la cocina y a subir las escaleras hasta su habitación para poder vestirse.

Se vistió con el uniforme del instituto. Un pantalón chino azul marino, una camisa blanca y encima un suéter sin mangas blanco roto. El último toque fue la corbata granate que se ató frente al espejo.
Entonces se miró apoyando las manos en el lavabo.
Frunció el ceño y abrió el grifo para mojarse el pelo.
Se pasó al menos 20 min peinándolo con esmero y pasándole el secador. Todo para que sus hebras doradas cayeran suaves sobre su rostro y así ocultar su fea cicatriz. Al menos así era menos asqueroso para la gente que le mirara.

Una vez listo se dio una forzosa sonrisa al espejo y cogió su cartera junto con sus pertenencias.

Cuando llegó a la puerta de la casa la abrió y gritó.

-Luffy, como no bajes ya me voy sin ti.

Enseguida Sabo escucho los atropellados ruidos de su hermano bajando por las escaleras, y cuando se quiso dar cuenta, Luffy ya estaba frente a él, con la mochila cargada a un hombro.

-¡Listo! -gritó, y salió por la puerta hacia el coche aparcado en la puerta.

Sabo suspiró al ver a su hermano únicamente llevando los pantalones del uniforme y la camisa con la mitad de los botones de arriba abierta.

Ambos hermanos se metieron en el coche, y Sabo, con su recién adquirida habilidad para llevar un coche, condujo hasta el instituto.

Una vez allí se despidió de Luffy y lo vio alejarse hacia las clases de cuarto de secundaria. Él por otro lado, se dirigió al bachillerato, pues ese año cursaba el último curso.

𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓭𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 (Sabo X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora