°•×{Cuando las flores florezcan}ו°

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-¡UNO! -gritó Luffy, estampando una carta en la mesa, haciendo que el montón de estas se cayera hacia un lado.

-¿¡Otra vez!? -''____'' dejó sus cartas sobre la mesa, cansada ya.- ¡Ya van cinco rondas, Luffy!

-¡Es verdad! -Dadán tiró también las cartas sobre la mesa. Podían seguir jugando los otros tres restantes, pero ya no podían pasar por alto la tanda de Luffy.- No puedes ser tan bueno en esta mierda.

Sabo, al que solo le quedaban dos cartas sintió un pequeño tick en el ojo. Ensanchó una risa nerviosa mientras que se levantaba y estampaba las cartas con fuerza en la mesa, llamando la atención de todos. No se consideraba una persona competitiva, pero aquello le había tocado mucho la moral.

-Luffy... -este lo miró, ensanchando una sonrisa de dientes blancos que rozaba lo absurdo.- ¿Puedes levantarte un momentito de la silla...? Por fi, por fa. -dijo Sabo, rodeando la mesa hasta llegar al lado de su hermano.

-¿P-para? -pregunto este, sosteniendo la solapa de su sombrero de paja, mientras desviaba la mirada de su hermano.

Sabo, quién cubría la cicatriz de su rostro y por tanto un lado de su cara, clavó su azul y único ojo visible en su hermano, para luego dejar que su mano reposara con fuerza de más en el hombro de Luffy.

-Porque quiero... comprobar una cosilla de nada. -dijo, cada vez torciendo más el gesto.

-E-es que...

-¿Mmm? -ahora fue ''____'', la que sentada al lado de Luffy, apoyó su mano en el otro hombro del menor.- ¿Qué pasa, Luffy? ¿Escondes algo? -''____'' había entendido a la perfección las insinuaciones de Sabo, y como no, también le habían tocado la moral.

Luffy tragó seco. Se llevó una mano al borde del cuello de su camiseta y lo estiró un poco.

-Ay, que calor, ¿no?

Dadán miró impasible la escena, ella también quería justicia. Sabo agachó el rostro y se acercó al oído de Luffy, manteniendo su ligera sonrisa.

-Admítelo y nadie saldrá herido... -le susurró, y a Luffy le dio un terrible escalofrío.

-N-no sé de que me hablas...

-Bien. -Sabo suspiró tranquilo, al menos eso aparentó.

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-¿Estáis seguros de que está bien? -''____'' miró las escaleras por las que Luffy se había marchado corriendo.

-Sí, déjalo. Le gusta hacer drama. -Dadán habló tranquila mientras dejaba caer las cenizas de su cigarro en el cenicero.

-Que se aguante. No haber hecho trampas. -dijo Sabo resentido mientras reordenaba las cartas y las metía en una caja roja.

-Lo has cagado vivo. -rio ''____'', refiriéndose al rubio.- ¿Era necesario haber hecho eso?

Sabo bufó y rodo los ojos mientras que se centraba en cerrar la caja, reprimiendo una sonrisa al oír la risa de la chica. Dadán no lo pasó por alto. Miró a su hijo con los ojos entrecerrados. Este la descubrió y la miró confuso.

-¿Qué? -dijo mientras se levantaba e iba hacia un armarito donde guardar las cartas.

-¿Mmm...? No, nada. -dijo Dadán soltando el humo hacía el lado de la ventana y haciéndose la tonta.

-Ay, Dios... -''____'' suspiró mientras veía en su móvil las 23:30 como hora.- Disculpadme. Me lo he pasado muy bien, pero me tengo que ir ya. -dijo la chica mientras se levantaba y guardaba su teléfono.- Ha sido un placer, Dadán. Y muchas gracias por dejarme quedarme, Sabo. La cena estaba increíble.

𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓭𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 (Sabo X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora