°•×{Cuando el ruiseñor entone una balada}ו°

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-Ya no se ve. -Sabo, con ayuda del guante, miró la dirección en la que la bola salió disparada.

-Es verdad. -Yamato, con el bate al hombro y una mano sobre la cadera, respondió.

-Ha sido un buen golpe. -le alentó Sabo sin apartar la mirada.

-Ja... Lo sé. -se mofó ella.

-Pues ya estás tardando en ir a por ella. -dijo simplemente el rubio, mientras volvía a colocarse en el área de pitcher.

-¿¡Eh!? Ni de coña. -Yamato recriminó.

-Tú golpeas, tú vas a por ella. -Sabo le hizo un gesto con la mano para que fuera.

-Que vaya Kidd. -renegó la chica.

-¿Disculpa? -Kidd se quitó la máscara de catcher para encarar malhumorado a Yamato.- Cómeme los huevos. Vas tú.

-¿Y eso por qué, Ladybug? -dijo ella meciendo el bate y viendo como Kidd se acercaba.

-¡No me vuelvas a llamar así! -dijo, literalmente escupiendo mientras quedaba frente a ella.

-¿Ah? ¿Qué prefieres? ¿Tomatín? ¿Fresita? -entonces sonrió con malicia.- ¿Ariel? -dijo lenta y con mucho énfasis.

-Calla o te mato, marimacho. -dijo, levantando su dedo y advirtiéndole.

-¿Rayo McQueen? ¿Elmo? -siguió escupiendo Yamato.- ¿Caperucita?

-Venga, no os peleéis. Kidd, déjala. -un muchacho robusto y rubio, apodado Killer, se acercó a ellos y les puso una mano en el hombro a cada uno para separarles.

Sabo suspiró y dejó caer los brazos a sus lados, aborrecido porque esos dos siempre terminaban peleando.

-¡Yamato, Eustass! -el entrenador del equipo y profesor de E.F. del centro les pitó con el silbato.- Vengaaaaa... Que íbamos super bien.

Cutty Flam, aka Franky, un hombre alto de espalda ancha y facciones marcadas, con el pelo rapado y curiosamente pintado de azul; se acercó a sus jugadores para tranquilizarlos.

-¡Bepo! Ve tu a por la pelota. -mandó al pobre chico, parado junto a la cesta de pelotas.- Y vosotros dos... Uhg... ¿Qué os hago? Es imposible.

-¡Pero si ha empezado ella! -Kidd la señaló enfurecido, mientras esta alzaba los hombros con cara de no haber roto un plato.

-¡Buuuuu! ¡Buuuuu! ¡Deja de llorar, Kidd!

Todos miraron como una chica pelirroja y bajita abucheaba la escena con ganas desde un banco cerca del campo. Sabo miró a su amiga Koala y no pudo evitar reír.

-Dile a la empollona que se calle, anda. -dijo Kidd, frustrado, pasando junto a Sabo y dándole un empujón intencionado a Sabo. Este le miró mal.

-¡Venga! Basta ya. -Franky dió varias palmadas y alzó la voz.- ¡Todo el mundo a su sitio! ¡Empezamos de nuevo! -entonces señaló al rubio.- Sabo, bateador; Killer, pitcher; Yamato, primera base, y... ¡Niji! ¡Tercera base! -dijo nombrando al último y señalándole, pues estaba bastante lejos.

Cada uno se colocó en la posición indicada por el entrenador. Sabo miró a su compañero, escudriñando los ojos y clavando los pies en el suelo arenoso. Se inclinó un poco hacia delante y alzo el bate para dejarlo tras su espalda. Killer se acercó la bola a los labios, la sopló, y sin quitar la vista de Sabo levantó un poco la pierna delantera, retrajo el brazo y lanzó la bola con fuerza directa hacia el rubio.

Esta tardó milésimas de segundo en llegar a su destino. Sabo fijó la vista, y de un potente abanico, giró el bate, golpeó la bola y la mandó campo adentro. Tardó nada en echar a correr hacia la primera base. De mientras la bola caía en el césped, para ser atrapada por Yonji Vinsmoke. De nuevo lanzó a su hermano Niji, que dirigió la bola hacia el área del pitcher.

𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓭𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 (Sabo X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora