°•×{Cuando las llamas rocen tu piel}ו°

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_Sabo_

«Al despertar súbitamente noté el insoportable olor nauseabundo de cómo algo se quemaba. Al abrir los ojos apenas pude distinguir nada, pues todo estaba manchado de un humo negro que teñía de muerte todo a su paso.

La calor me arrancaba la piel del cuerpo. El incendio se propagaba rápidamente por la casa. Comencé a toser y me quité la camiseta del pijama para arrugarla y taparme la boca y la nariz. No debía respirar aquello.

Enseguida recordé que por desgracia -en ese momento- no vivía solo.

-¡LUFFY! ¡ACE! -grité.

No sé cómo, pero grité. Aunque no sirvió de nada, pues el crepitar de las llamas anulaba mi voz. Me levanté como pude, esquivando el humo y los pedazos de techo que comenzaban a desmoronarse. La casa se me echaba encima.

Salté una viga que bloqueaba el pasillo y me dirigí corriendo al cuarto de mi hermano menor. La puerta, al no abrir, recibió una patada mía desesperada.

-¡LUFFY! -busqué por toda la habitación, que empezaba a arder, pero ni rastro de mi hermano.

-¿SABO? ¡SABO! -oí detrás de mi, y nunca estuve gan agradecido de oír la voz de Ace... O desagradecido.

Mi otro hermano cargaba en brazos a Luffy, el pobre estaba al borde del desmayo; tenía todo el pecho ensangrentado con una horrible herida y bajo uno de sus ojos brotaba sangre sin parar. Ace pareció ver mi miedo.

-¡Le ha caído el cristal de la ventana mientras dormía! ¡Hay que salir de aquí y llevarlo a un hospital rápido!

Me dijo, y enseguida echó a correr por el pasillo. Yo lo seguí inmediatamente, atormentado por la dolorosa imagen de Luffy. El pobre solo tenía 12 años, ¿qué habría hecho él para merecer aquello?

Vi como Ace se precipitaba escaleras abajo. Yo no fui menos, de hecho, casi me golpeo la cabeza con una viga que justo caía.

Vi a Ace detenerse frente a la puerta del salón. Estaba bloqueada, y la salida más cercana estaba pasando la estancia. Sin siquiera avisar me hizo cargar con Luffy en brazos. Yo lo sostuve fuertemente sin saber que hacer. Entonces vi lo que mi hermano planeaba.

-¡No! ¡Ace! ¡Para, no hagas tonterías!

-¡Cállate! ¡Tenemos que salir de aquí! -dijo cubriéndose la boca mientras daba patadas a la puerta llameante del salón, que enseguida comenzó a ceder.- ¡Cuando se abra la puerta sal corriendo con Luffy!

Yo solo pude aferrarme a mí hermano. No tenía ni que mirarlo para saber qué probablemente su vida dependiera de mí. Estaba paralizado del miedo, sin embargo Ace... Ace actuaba demasiado valiente. Lo envidio.

Ace dió una prominente patada y la puerta del salón cedió, y con ello el flameante techo de la estancia comenzó a derrumbarse.

-¡CORRE!

No lo dudé ni un momento. En cuanto tuve la vía libre salí corriendo con Luffy en brazos y crucé el salón. La salida más rápida era por la puerta corredera de cristal que daba al jardín. La abrí como pude, pues estaba atascada, y antes de que el techo se nos echara encima me lancé con Luffy al suave césped del jardín.

El aire limpio drenó mis pulmones de manera inmediata y yo lo vi todo negro. Gemí de dolor y me retorcí en el suelo. Enseguida escuché pasos acercase a nosotros. Pude distinguir los destellos azules y el estridente sonido de una ambulancia.

𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓭𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 (Sabo X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora