°•×{Cuando las páginas no se rompan}ו°

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Sabo cargaba en un brazo una enorme pila de libros, mientras que los iba colocando en los estantes en orden alfabético. Lucía cansado, como todos los días. Una cara larga le adornaba el rostro y las ojeras hacían contraste con su tez blanca. Precisamente, esa noche no había dormido nada, no quería revivir momentos pasados. Llevaba despierto desde aquella pesadilla que lo devolvió a la realidad la mañana anterior. Por ello ahora solo parecía un alma ausente.

Le quedaban dos o tres libros cuando alguien le tocó el hombro. Miró por encima de este a la persona y se llevó una grata sorpresa al ver a "____".

-Hola, ¿te pillo muy ocupado? -dijo la chica mientras agarraba uno de los tirantes de su macuto.

-Hola. No, claro que no. -dijo ignorando por completo los libros que llevaba en la mano.- ¿Pasa algo?

-Es que ayer me fui sin despedirme y me pareció feo no pedir disculpas después de que tú fueras tan... Servicial. -buscó una palabra adecuada.

Sabo sintió una ligera debilidad en las piernas que le hizo agarrarse disimuladamente a los libros que llevaba en la mano.

-Oh, no. -negó rápidamente.- No hacía ninguna falta.

-También quería darte las gracias por la merienda. -dijo balanceándose ligeramente en el sitio.- Es que si no lo hacía me iba a comer la cabeza toda la semana. -se excusó la chica.

Sabo la detuvo con una sonrisa amable y negó. Algo le tenía curioso.

-Tranquila. -dijo mientras colocaba los últimos libros.- Aunque... antes de que te vayas.

-¿Sí?

-¿Por qué tú ayudando a Luffy y no alguien de su curso? -dijo mientras se metía una mano en el bolsillo del uniforme.

-Ah... Es que Lucci de literatura es mi tío, y el otro día salió el tema de un alumno sin remedio... Y como yo conocía a Luffy, solo quise ayudar.

-Vaya. -dijo Sabo sorprendido ante el nuevo dato.- Pues me alegro. A ver si consigues que no suspenda, por favor. Yo ya no sé cómo hacerlo, parezco su madre. -rio por lo bajo el rubio.

"_____" contestó con otra risa y un "Descuida" y se balanceó de nuevo mirándose los pies. De nuevo se creó entre ellos un silencio, no cómodo precisamente.

-Ah... y quería disculparme por lo que dijo Luffy ayer, no sé si te incomodó o algo. -se apresuró a excusarse el rubio.

-Nah, que va. Él siempre está haciendo bromas. -la chica le restó importancia con un gesto.

Sabo asintió, ahora parecía más tranquilo. Él se metió las manos en los bolsillos y ella se balanceó ligeramente.

-Bueno, pues, era solo eso. -dijo finalmente la chica cambiando de posición.- Creo que iré esta tarde o mañana a ayudar a Luffy. Hasta entonces. -y se dirigió a la salida.

-Claro, adiós. -Sabo se despidió alzando una mano levemente, y sin poder evitarlo, viendo cómo la chica se alejaba y se perdía tras la puerta.

 -Sabo se despidió alzando una mano levemente, y sin poder evitarlo, viendo cómo la chica se alejaba y se perdía tras la puerta

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𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓭𝓪 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭 (Sabo X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora