La mansión Sinclair resonaba con las quejas y lamentos de Emily, cuya voz atravesaba las estancias como un eco cargado de frustración y resentimiento. Elizabeth, sentada en un elegante sofá de terciopelo, se pasaba una mano por la frente con gesto cansado, mientras trataba de mantener la compostura frente al descontento de su hermana.
―¡Es injusto, Elizabeth! ¡Daphne Bridgerton no debería haber sido nombrada el diamante de la temporada! ¡Es una verguenza a nuestra familia y todo lo que representamos!"―exclamaba Emily, su tono lleno de indignación y amargura.
Elizabeth suspiró, sintiendo la presión de la situación pesar sobre sus hombros. Trató de encontrar las palabras adecuadas para calmar a su hermana, aunque la tarea parecía cada vez más ardua.
―Emily, querida, entiendo tu descontento, pero no podemos permitirnos expresarnos de esa manera. Daphne es nuestra amiga, al igual que los Bridgerton, y no podemos olvidar eso. Además, la reina te sonrió; eso significa que aún tienes todas las oportunidades para conquistar a los pretendientes adecuados― respondió Elizabeth con voz suave pero firme, tratando de infundir un poco de sensatez en la situación.
Sin embargo, las palabras de Elizabeth apenas parecían hacer mella en el ánimo exaltado de Emily, cuya frustración seguía palpable en el aire. La joven continuaba lamentándose, sin mostrar signos de ceder en su enojo. A su alrededor, la familia observaba la escena con una mezcla de preocupación y resignación. Todos anhelaban encontrar una solución para calmar los ánimos de Emily y restaurar la armonía en el hogar Sinclair, pero la tarea se antojaba cada vez más difícil ante la obstinación de la joven. Elizabeth, agotada por la situación, decidió intervenir antes de que el ambiente se volviera aún más enrarecido.
―Emily, creo que sería mejor que te vayas a preparar para el baile de Lady Danbury― sugirió Elizabeth con voz calmada pero firme, buscando poner fin a la discusión que parecía no tener fin.
Emily, mirando a su hermana con una mezcla de sorpresa y comprensión, asintió con la cabeza en señal de aceptación. ―Lo siento, Lizzie. No quería arruinar tu llegada con mis quejas― se disculpó antes de retirarse hacia su habitación, seguida de cerca por Sophia, cuya mirada aún reflejaba un ligero resentimiento.
Una vez que Emily y Sophia se alejaron, Elizabeth dejó escapar un suspiro de alivio, sintiendo el peso de la tensión disminuir ligeramente. Se volvió hacia sus padres y su hermano con una expresión de disculpa en el rostro.
―Lo siento, de verdad. No debería haberle hablado así a Emily― se disculpó reconociendo su error y buscando enmendarlo.
Su padre le ofreció una sonrisa tranquilizadora, mientras su madre asentía con comprensión. ―Está bien, querida. Todos tenemos momentos de frustración― la consoló su madre, extendiendo una mano para reconfortar a Elizabeth.
James el hermano mayor de Elizabeth, intervino con un gesto de apoyo. ―No te preocupes, Lizzie. Emily solo necesita tiempo para asimilar las cosas. No es fácil aceptar los cambios― comentó con calma, ofreciendo palabras de aliento a su hermana menor.
Su con una expresión serena pero ligeramente pensativa, se acercó a ella y le preguntó con gentileza
―Hija ¿lograste saludar a los Bridgerton hoy?― inquirió, sus ojos reflejando un poco de curiosidad.
Elizabeth bajó la mirada brevemente, sintiendo una punzada de pesar al recordar su encuentro con la mirada de Anthony ―No, papá. Los vi de lejos, pero no tuve la oportunidad de acercarme― respondió con sinceridad.
El padre de Elizabeth suspiró con suavidad, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de su hija. ―Lo siento, cariño. Sé que los extrañastes― expresó con ternura, recordando los lazos profundos que unían a las dos familias.
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Destinos Entrelazados (Anthony Bridgerton)
FanfictionEn los salones iluminados por las luces brillantes de la alta sociedad londinense, donde las risas y los susurros llenan el aire, se teje una historia de amor y secretos enterrados en el pasado.Lady Elizabeth Victoria Sinclair la segunda hija del in...